Volverte A Encontrar ~Fyoya~

capítulo IV

Finalmente el día llegó a su fin, el pelirrojo espero a su pareja fuera de su salón de clases mientras leía las publicaciones de sus redes sociales.

- hola - el extranjero se acercó al de menor altura haciendo un leve movimiento con su mano - Chuuya ¿cierto?

- si - el mencionado guardo el móvil cruzando su mirada azulina con los orbes violetas de su compañero

- ¿tienes planes para hoy? queria pedirte los apuntes anteriores de las materias y quizás invitarte algo - solo era una simple excusa para poder acercarse a él, para poder formar un vínculo que más adelante le ayudaría a tenerlo de vuelta

- pues hoy estaré ocupado pero puedo enviarte los temas por mensaje-

- eso me encantaría - de entre su chaqueta saco su teléfono agendando su número y de inmediato hacerle una llamada - ese es el mío, te agradecería mucho tu ayuda - de forma inconciente paso su diestra sobre su mejilla removiendo un mechón de cabello rojizo detrás de su oído

- si, no agradezcas - desvío la mirada sintiendo su corazón latir con fuerza, estaba nervioso, se sentía ansioso ¿porque aquello le era tan familiar?

- ¿podemos irnos? - una voz familiar se escucho detrás de ellos, sonaba molesta aún más la expresión en su rostro daba cuenta de ello

-Dazai, si vamonos-  se despidió del azabache tomando la mano del castaño y seguirlo pero había algo diferente, pues la opresión sobre su muñeca comenzaba a doler

- no quiero que estés cerca de él- se detuvo una vez se encontraron fuera del edificio donde creía que nadie los vería discutir

- pero ¿porque Dazai? me lastimas- intento soltarse sin embargo no consiguió nada - Dazai es suficiente, sueltame por favor - comenzo a suplicar, estaba asustado, no entendía que ocurría mucho menos el motivo por el que su novio se comportaba de esa manera, nunca lo había visto así

- Chuuya- lo soltó una vez reaccionó sobre lo que hacia percatándose de las marcas rojizas en su piel - lo siento, no se que me paso

- Dazai - tomó sus manos cuando consiguió tranquilizarse - mirame Dazai - acarició su mejilla con delicadeza para poder cruzar miradas, para apreciar esos ojos que le decían todo lo que preocupaba a su pareja - estas celoso pero no debes preocuparte por nada Dazai porque te amo a ti entiendelo

- lo siento Chuchu es solo que no quiero que te alejen de mi - se acuno sobre la palma antes de depositar un tierno beso en la misma

- no me perderás lo prometo - sellaron aquel juramento con un beso lento y dulce de la misma forma que la primera vez - vamos aún tenemos algo pendiente - dicho esto lo jalo para apresurarse a volver, tenía la casa vacía hasta la noche así que podían disfrurar de su compañia.

Por otra parte, en el segundo piso de la institución el ruso los observaba con total atención, temia haber llegado tarde y por eso haberle dejado la oportunidad a su mayor rival, sus orbes violáceo pasaron del patio a la libreta que tenía en su escritorio, toda la información de ese par estaba escrita en el, dirección, familia, relaciones sociales y calificaciones de cada grado académico cursado, conocía todo ellos y solo necesitan una oportunidad para arrebatarselo

- muy pronto Chuuya, porque fue escrito tu seras mío-