INMUNDO [JunHao][M-PREG]

Capítulo 20 (FINAL)

Minghao debería estar estudiando para su futuro, estudiando en una biblioteca mientras que sus amigos le preguntan como está, como le van con los exámenes finales, mientras que todos le sonríen y le dan ánimos para ese último esfuerzo de fin de año. Minghao debería estar suspirando y cerrando la gran enciclopedia que lee, él debería estar apagando su celular con la música de ambiente que lo calma antes de un examen. Minghao debería levantarse del asiento y caminar por os pasillos solitarios de la biblioteca.

Minghao debería ser un chico como cualquier otro. Pero no lo es, Jun sabe que Minghao es diferente, es solo un inmundo con mucha suerte, o quizás solo una persona que nació en el lugar equivocado, Minghao podría ser muchas cosas, pero nunca la correcta. Y es que un chico tan joven no debería de lidiar con tanta mierda, no debería enfrentarse a la muerte tantas veces, no debería pelear por vivir. Es triste.

Si Jun pudiera escribir un libro de su vida el capítulo más extenso sería el de Minghao, porque lo merece, porque no lo merece. Porque Minghao le recuerda un montón de cosas que nunca le importaron antes. Su familia, por ejemplo, el amor que Jun le tiene a sus padres no se compara al amor que Minghao siente por los suyos, no se compara al amor que Minghao le puede dar a la gente, ese chiquillo amargado está tan lleno de amor que Jun realmente no sabe de dónde lo saca. La vida de Minghao fue una mierda ¿entonces porque tiene algo de lo que Jun careció por tanto tiempo?

¿Cuantas personas tienen tanto amor en el mundo para dar y están a punto de morir por alguna injusticia? A Jun no le queda mucho, él no sabe muy bien como amar.

Se detiene un momento intentando recordar direcciones, quizás él no tenga indicaciones para dónde ir, pero sabe reconocer el zumbido del arma, aquel zumbido que le trae memorias de hace años, cuando lo construyó. El sonido se cuela entre las paredes y él intenta escuchar con atención, cierra los ojos y se aísla del sonido de la alarma, por suerte ya no hay gente gritando y corriendo en los pasillos. Respira profundo.

—¿Buscas algo?

Alza la mirada y no tarda en encontrar a los cinco o seis hombres armados que apuntan en su dirección, los uniformes son negros, nunca había visto uniformes negros, no que fueran de la ciudad cuatro o tres, ni siquiera de las ciudades aledañas. Tampoco reconoce los rostros, o las voces. Lo que si reconoce son las armas, armas que un estaban en un periodo de prueba y que eran imposibles de conseguir.

Se olvida de tener miedo, de cualquier modo va a morir.

—¿puedo ayudarte?— Pregunta sin titubear.

—De hecho sí, Jun.— El hombre da un paso al frente de entre todos los demás, no e alguien grande, de hecho, ni siquiera es tan alto, sin embargo parece demasiado decidido y exacto como para no ser nadie. —Te estaba buscando.

—Y tu nombre es...

—Wonwoo.— Wonwoo sonríe y comienza a caminar con los hombres siguiéndolo de cerca. Pasa justo al lado de Jun sin siquiera mirarlo y continua su camino. —Supongo que quieres llegar hasta Woozi, te llevaré hasta allá.

Siente sus brazos ser tomados por los otros hombres y decide que es innecesario pelear, él solo los empuja y les suelta un pequeño susurro de molestia, parecen entenderlo porque no vuelven a acercarse, aunque si bloquean sus vías de escape. Suspira y sigue a Wonwoo. Las cosas pueden ir mal, pero mientras que Minghao este salvo, mientras que Sofía y Vernon lo estén entonces vale la pena.

La vida de Jun vale la pena por ellos.

&

El solitario ascensor le recuerda a la cabina en la que estuvo atrapado durante una semana, las paredes blancas y las cosas que no entiende se mezclan una vez más, miles de preguntas que quizás no tengan respuesta. Su hombro sigue doliendo, pero el dolor es fácil de ignorar cuando su mente no puede alejarse ni un segundo de Jun o de Sofía y Vernon, está tan dividido que es insoportable la simple idea de jamás reencontrarse. Minghao detesta la situación, pero detesta más el hecho de que no es la primera vez.