Capitulo 9

242 19 1
                                    

El albino abrió la puerta, tenía un piloto amarillo y unas botas para la lluvia, estaba empapado y su rostro reflejaba preocupación.

Mérida y Rapunzel lo vieron llegar, y se acercaron.

— ¿Qué te dijeron? —  Preguntó Mérida.

—  Dijeron que tienen que pasar cuarenta y ocho horas para iniciar una búsqueda. — Suspiró. — Insistí pero casi me gano es un arresto por agresión.

— Mierda... — Mérida pasó sus manos por su cabello y suspiró. Aguantando sus lágrimas mientras Rapunzel tapaba su rostro tratando de que no se viera que lloraba.

— Ey, tranquilas, lo vamos a encontrar. Aparecerá.

— ¿C-cómo estás tan seguro? — Dijo Mérida con un hilo de voz. — Estos hijos de puta para lo único que sirven es para tener un arma, no ayudan una mierda.

Jack suspiró nuevamente.

— ¿Qué haremos? — Preguntó Rapunzel abrazándose a si misma, sus ojos estaban ligeramente rojos.

— Tendremos que esperar, no nos queda otra. — Mérida se había sentando en el sillón y tapó su rostro, se sabía que estaba queriendo llorar pero intentaba aguantar.

Rapunzel se acercó a ella, sentándose a su lado. — Ey... — Acarició su pelo. — Va a estar bien, volverá. — Su voz dulce hacia que el corazón de Mérida solo se sensibilice más.

Ella sacó sus manos de su rostro. Sus ojos estaba rojos y con lágrimas queriendo salir. — N-no podemos esperar t-tanto, ¿y si le pasa algo?, y si...—  El nudo de su garganta evitó que siguiera hablando. — S-si tan solo no le hubiese dicho n-nada de la fiesta o lo acompañaba a cas-sa... —  Pequeñas lágrimas surcaron por sus ojos. Jack estaba ligeramente sorprendido ya que Mérida odiaba que la vieran llorar.

— Mer... mírame... — Tomó su mejilla e hizo que la viera a los ojos. — No es  tu culpa, de ninguno de nosotros, ¿si? si su hermano y Hicc tenían peleas o... las cosas venían mal era obvio que todo iba a explotar en algún momento, era inevitable. —  Acarició su mejilla limpiando una lágrima de su ojo izquierdo. — Pero ahora lo único que nos queda por hacer es esperar.  —  Tomó con sus manos ambas mejillas, limpiando sus lágrimas. —  No te culpes, eres su mayor apoyo. Créeme. — Mérida rompió en llanto y solo abrazó a Rapunzel que aceptó sin problema, acariciando su pelo y aferrándose también a ella. Hasta que de reojo vió a Jack con una mirada llena de tristeza, la rubia le hizo una señal para que se uniera al abrazo, separando un poco su brazo. Jack se acercó con timidez a pesar que no eran sumamente afectuoso físicamente, en esos momentos no lo pensó demasiado.

Estaba triste y preocupado por su mejor amigo también.

Así que aquel abrazo de dos se transformó en tres. Tratando de que esa angustia se disipara un poco al menos un poco.

Mérida se separó un poco. — Es extraño recibir tanto afecto de repente. — Los dos amigos sonrieron un poco. — Gracias.

— Sabes que nos tenemos unos a los otros, para eso los amigos, ¿no? —  Animó Jack. — Tengo una corazonada de que aparecerá pronto.

— Eso espero. — Dijo Mer con un brillo de esperanza en sus ojos.

En ese momento el timbre sonó de repente. Los jóvenes se miraron sorprendidos y corrieron a la puerta.
Mérida la abrió impulsivamente, Jack pensó que podría llegar a ser la policía diciendo que buscarían a Hiccup, ya que tuvo que pasar sus datos y los de su amigo. Sus corazones latían velozmente.

Hasta que al abrir la puerta, todo se volvió en cámara lenta.

Hiccup estaba en frente suyo con el seño fruncido y totalmente empapado por la lluvia además de que su cuerpo temblaba por el frío.

— Pero que hacen aqu- Mérida lo abrazó sin importarle nada, y los otros dos jóvenes hicieron lo mismo.

— ¡Estás bien, estás bien! — Dijo Rapunzel completamente feliz.

— El susto que nos diste. — Habló Jack. Hiccup no sabía de que se sorprendía más si el recibimiento o que Mérida lo estaba abrazando fuertemente y no había dicho nada.

El abrazo se disipó. — Me alegra que estés bien. — Dijo Mérida. Hiccup frunció el seño por ver sus ojos llorosos, hasta que recibió un golpe fuerte en el brazo. — ¡Pero la próxima vez que me hagas eso te juro que voy a buscarte y te traeré a patadas, casi nos da un paro cardíaco! — Dijo enojada.

— ¡Ya, lo siento! — Dijo quejándose del dolor.

— Vamos adentro o nos va a dar una neumonía después le sigues pegando todo lo que quieras. — Habló Rapunzel.

— ¡Punzi, defiendeme!

— ¡No por qué yo haría lo mismo!

— Y yo.  — Dijo Jack. Alegre por qué todo había vuelto a la normalidad.
Los jóvenes a punto de entrar a la casa, Hiccup habló.

— Esperen, necesito ayuda con algo. — Los tres amigos fruncieron el seño extrañados. — No sabía que hacer así que... la traje aquí...

—  ¿Traer?, ¿A quién? — Preguntó Jack.

Mérida se cruzó de brazos. — ¿Tienes novia?, no me digas que después de todo estabas en la casa de tu novia y no avisaste por qué te voy a-

— ¡No! No es eso. Esperen. — Se fué unos pasos hacía atrás. No veían bien que hacía por la oscuridad sin embargo vieron como se acercaba nuevamente y está vez acompañado.
Pudieron ver mejor a la persona que estaba detrás de Hiccup..

— Chicos... ella es... Elsa.

Sus rostros de total sorpresa era la evidencia de que no entendían nada. Y no había una otra pregunta que resumiera todo más que...

¡¿Qué carajos?!

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Feb 10 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Sin almaWhere stories live. Discover now