—Me arrepiento inmediatamente de esta decisión —manifesté girándome, dispuesto a salir del lugar donde terminé al seguir a mi mejor amiga.
—Ni de coña. —Me lo impidió tomándome fuerte del brazo— Aquí te quedas.
—Eres como los tóxicos de las novelas que te agarran del brazo a lo animal y no escuchan razón, falta que golpees la pared o algo.
—Ni todas los reactores del mundo tienen la toxicidad para someterte Calem, eres demasiado libre para caer en esas relaciones... —sonrió maliciosa— Pero la patada tan grande que te voy a dar en ese lindo culo están aseguradas si te vas. Puto cobarde.
—Puto sí, cobarde ya veremos —bromeé sentándome al fin frente a la barra.
—Pero si es por tu pierna... entenderé—musitó ya fuera de cualquier broma.
—Es... incómodo, pero ya es como costumbre la molestia constante por la prótesis. Necesito urgente a mi bebé... —sollocé refiriéndome a la BiOM, mientras el barman nos traía nuestras cervezas.
—¿Tienes un bebé? —preguntó una curiosa y armoniosa voz en mi hombro, llamando la atención de ambos.
—Sí —afirmé y saqué mi móvil sin siquiera mirar a la persona a mis espaldas—. Se llama Anpan y es la cosa más hermosa del planeta.
Le enseñé la foto de mi hijo precioso y vi su sonrisa sobre mi hombro, giré más y fui subiendo la mirada de sus perlados y blancos dientes hasta sus ojos.
—Es... —Lo miró unos segundos y sonrió— simpático.
—¿Verdad que es lo más lindo? —dije alegre y al ver a mi otro costado Joey estaba a varios metros ya, con su mano apoyada en la pared, acorralando a su próxima víctima, mismo el cual se veía tan sonrojado que ni con la distancia lo podía ocultar.
—¿Puedo sentarme aquí? —preguntó el sujeto y me pareció bastante familiar. Demasiado.
—Ajam, digo, claro...
—Tiempo sin verte. —Ladeé el rostro
—¿Tú y yo... nos conocemos? —pregunté temiendo quedar como un desconsiderado sin memoria visual.
—De hecho sí —sonrió—. Gadiel. —Se presentó y una vaga idea de haberlo visto antes me invadió— Te di mi tarjeta incluso y me ignoraste, jamás llamaste. —Rió derrotado y no supe ni cómo disculparme.
—Oh... Ya recuerdo, el tipo agradable.
—Bueno, por lo menos tienes un buen recuerdo mío. —Mordió algo tímido su labio y me miró de costado, por alguna razón parecía esperar una respuesta de mi parte.
—Claro. —Di otro sorbo y volví a ver hacia Joey, pero no estaba, seguro arrastro al joven aniñado a algún lugar donde ni Dios podría salvarlo de sus lujuriosas manos.
YOU ARE READING
EN EL ARMARIO (+18↔GAY)
RomanceLa historia comienza con una persona huyendo de lo que lo rodea y encontrando finalmente refugio dentro del armario... No, no es metáfora, literalmente nuestro intrépido y fuerte protagonista se encontraba esa agitada mañana huyendo de su secretaria...