Domando una bestia en el armario.

56.4K 3.9K 3.7K
                                    

Narrador omnisciente

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

Narrador omnisciente.

Al llegar a la empresa sintió algo diferente, en los pisos inferiores trabajaban con normalidad, pero de todas formas algo en le decía a Stefan que algo no era habitual.

Subió al ascensor y al llegar a su piso la atmósfera cambió completamente, todos estaban inquietos, discutiendo, murmurando, maldiciendo o desesperádose por algún motivo.

Se detuvo con ambas manos en los bolsillos de su pantalón negro y miró de manera amenazante todo a su alrededor, sobre todo a sus empleados del otro lado de la gran puerta de vidrio que daba a la primera sección de marketing.

No tuvo tiempo de siquiera hablar ya que divisó a Daisy y detrás de ella venía Cristopher, su hermano mayor y CEO de la compañía.

—Joder —maldijo ladeando su rostro con hastío.

La secretaria quiso hablar pero Cristopher la hizo a un lado y tomó a Stefan de la camisa con violencia.

—¡Inútil irresponsable! ¿Sabes lo que hizo alguien de tu piso! —Stefan quedó estático, su hermano jamás perdía los estribos y menos de forma explosiva.

Nadie podía creer que Cristopher, el jefe de jefes, de estatura alta para el promedio, se viese tan pequeño junto a su hermano menor Stefan y encima lo tomara violentamente de su ropa.

Al reaccionar tomó al CEO de su elegante traje y gruñó de igual manera.

—¿De que verga estás quejándote! Acabo de llegar, no hice ni me informaron nada.

—I-Intenté por teléfono... —añadió Daisy algo impotente por no poder hacer algo más.

Su hermano mayor lo soltó con superioridad, prácticamente empujándolo y acomodó irritado su costoso y pulcro traje, con ese aire inalcanzable que solía desprender al enojarse por algo.

—Dos de nuestros más grandes inversionistas acaban de cortar sus lazos con nosotros y firmar con uno de nuestros rivales en el mercado. Encontraron una forma de invalidar sus contratos y, vaya que coincidencia, resulta que ambos lo hicieron en la misma tarde. Los de contaduría dijeron que enviaron a tu piso revisiones de números que estaban en falta y reuniones fuera del cronograma que debías revisar.

El imponente hombre quedó en blanco.

—¿Eso no es parte de tú trabajo? —espetó y Christopher, con suma hostilidad se irguió de manera autoritaria.

—El fallo inició en tu piso, uno de los tuyos jugueteó con la información de las cuentas y contratos que entregó contaduría, ayudó a nuestra competencia y les dio medios para convencer a los inversores. Es tu responsabilidad y esta vez tu falta de compromiso nos ha costado demasiado caro.

No podía creer lo que escuchaba y sus subordinados tampoco. Aunque con el resto de la empresa fuese indiferente, siempre era enérgico y certero en lo relacionado a mercadotecnia y no solo era efectivo, sino que innovador y superior en cada nueva campaña que realizan bajo su autoridad.

EN EL ARMARIO (+18↔GAY)Onde histórias criam vida. Descubra agora