Stronger / Ryan & Emma

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Capitulo 1

Suéltame! – gritó ella. Las manos de aquel hombre la tenían cogida de las caderas muy fuertemente.

-      ¿Por qué no puedes callarte una sola vez?

-      ¡Me das asco, suéltame, no me toques! – volvió a quejarse. Ryan levantó una ceja y la dejó caer sobre las sábanas de su propia habitación en Alaska. Ese había sido su lugar designado, a comparación con sus otros compañeros.

-      ¿Te doy asco? – le preguntó al verla tumbada sobre su cama y frunciendo el ceño. El solo hecho de verla ahí tirada… le estremeció el cuerpo muchísimo.

-      Mucho.

-      Pues tu más. Más… mucho más…

-      ¿Enserio?

-      No tienes una pequeña idea.

-      Por favor, darías tu vida entera por estar con una mujer como yo. – presumió Emma. Abriendo un poco más los ojos verdes. Preciosos. Ryan se quedó sin aliento por varios segundos.

-      Te quedas corta al costado de todas con las que he estado.

-      Sí, sí… seguro… - se puso de rodillas sobre el borde de la cama y alcanzó a Ryan con los brazos. Su juego era malévolo. Único. Sabía cómo manipularlo. Él solo se quedó en silencio esta vez. Su olfato quedó encantado con el estupendo olor que Emma traía en todo el cuerpo. Y deseó tanto besarlo de pies a cabeza… se le hacía estupenda la manera en la que era tan insoportable y a la vez… tan sensual.

-      Soy un asco, pero me abrazas.

-      Admite que soy la más bonita que has conocido.

-      No me gusta mentir.

-      Miente un poco… al menos conmigo.

Ryan tragó saliva. De aquellos dos días, jamás la había tenido tan cerca como ahora. Jamás habían estado tan unidos. Y aunque ella no quisiera aceptarlo, estaba haciendo que su propio secuestrador se sintiera más y más atraído hacia ella.

-      Tienes que dormir Emma, y no quiero verte salir de este jodido departamento una vez más. Tú no me conoces.

.-      ¿Qué pasa si me porto mal de nuevo? – le acarició el pecho con los dedos. ¿Qué co.ño hacía? ¿y por qué? Lo estaba poniendo de una manera indescriptible.

-      Te lo repito, tú no me conoces.

-      ¿Me harías daño?

Y se miraron. Más segundos de los previstos. Ryan optó por desviar la mirada y despegarse de ella.

-      Duerme.

-      ¿Ryan? – le preguntó ella, al observar que este había abierto la puerta de la única habitación en ese pequeño departamento. - ¿Cuándo vas a dejarme libre?

Ryan endureció la mandíbula. Y esa era la peor parte de la historia. Nadie regresaría. En unas horas sería otro día. Y probablemente Beau, el último que faltaba en asesinar a su secuestrada, ya lo habría hecho. Solo faltaría él. Él y Emma. Él y esas ganas de cuidarla, en vez de hacerle daño…

Se volteó a mirarla. Era bonita… más bonita de lo que había visto en una mujer jamás, pero no se lo diría.

-      Hasta mañana. – se despidió y cerró la puerta de la habitación.

Que frío hacía en Alaska. Que frío sentía en su propio corazón. Se abrazó por sí solo y pensó… pensó en muchas cosas. En cómo había llegado ahí. Cómo había aceptado el hecho de secuestrar a una de esas cinco mujeres con el fin de asesinarlas. ¿Cómo? Si ahora no podía… y se preguntaba… ¿habría alguien más como él que estaría pasando por lo mismo? ¿Qué estuviera sintiendo lo mismo con alguien que no debía? Y aunque él no lo supiera, eso mismo pasaba en otra parte del mundo. Con alguien que él  conocía perfectamente.  

Secuestrada |Beau Brooks|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora