Grown Up [Maylor]

«13»

Cuando despertó, el sol de la mañana lo hizo taparse los ojos. Era bastante molesto. Si estaban en invierno ¿por qué era tan intenso? Se preguntó cuándo había llegado a su habitación.
Se frotó los ojos y se levantó. Iría a ver a Roger. Lo invitaría por pizza después de clases. Así que cruzó el pasillo y tocó la puerta.

— Buenos días, mi amor —dijo—. ¿Me abres?

Como no esperó, no le abrieron la puerta, así que volvió a tocar bastante extrañado.
— ¿Roggie? —tocó—. Bebé, ¿estás ahí?

— No, vete —le respondieron del otro lado. Brian rió levemente.

— Roggie, ábreme, sé que estás ahí —sonrió pensando que Roger lo decía por bromear.

— Deja de hablar como imbécil y de llamarme Roggie, me llamo Roger —escuchó su voz al otro lado, Brian hizo una expresión de confusión.

— ¿Rog...?

Roger abrió la puerta con un gesto brusco y le quedó mirando molesto y desafiante.— Ya, abrí, ¿podrías dejar de molestar?

— ¿Qué diablos te sucede? —preguntó Brian.

— ¿Que qué me...? ¡Agh! Debe ser una broma —masculló lo último—. No sé, ¿qué crees tú?

— Que te llegó el periodo —dijo Brian, Roger lo miró con cólera—. ¡Hey, era solo una broma! En serio, ¿qué te pasa?

— Digamos que cuando te dejan pagando por quinta vez unas... ¿tres horas? Y que más encima me avisan unos amigos que tu novio anda diciendo estupideces acerca de ti... no sé, como que uno se molesta, ¿no crees?

— Oh, diablos...

— Ni se te ocurra venirme con "oh, diablos", hipócrita.

— ¡Yo no soy hipócrita!

— Ajá, y por eso después de haber estado chismeando acerca de mí vienes con "Roggie ábreme". Es un poco hipócrita de tu parte, ¿no?

— ¡Solo intentaba ser cariñoso!

— ¡Ya sé que dijiste que no me soportabas! ¡Entiéndelo!Brian guardó silencio un instante, sin saber qué decir, finalmente habló.

— Yo... no lo dije en serio, era un chiste.

— Estoy seguro de que no lo era —dijo—. Dímelo a la cara.

— ¿Qué?— Dímelo, escúpelo, suéltalo —dijo—. Pero frente a frente.

— No puedo.

— ¿Por?

— Porque no es verdad.
— ¿Y por qué lo dijiste?

— ¡Estaba ebrio!

— Si lo dijiste ebrio, sobrio lo pensaste.

— Por dios...

— ¿Qué más le dijiste?
— ¿Ah?

— ¡Que qué más dijiste, Brian! —exclamó con frustración.

— ¡Por Dios, cálmate! —gritó Brian, Roger tenía lágrimas en sus ojos, pero mantenía la mirada de molestia.

— Qué dijiste —musitó.

— Nada más.

— Qué dijiste —insistió con un tono más fuerte y quebrado.

— Que... que...

— Vete al diablo, Brian —dijo y salió por la puerta, el susodicho lo siguió.

— ¡Pero espera! ¡No entiendo nada! ¡Estás molesto por algo que dije estando ebrio!