Cap 10. S&M

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*Leer preferiblemente escuchando S&M de Rihanna.*

Después de haberme dejado el maletero bien llenito, mi sempai procede a cambiarme la batería. Ya estoy muy satisfecho con todo lo que me ha metido en el maletero, pero aún quiero más. Nunca se saben las experiencias que esta vida te puede deparar, y yo estoy preparado para todo. Más sabiendo que la experiencia implica un cambio de batería.

Caesar sempai se pone unos guantes de latex. Al verlo me vuelvo loco. ¡Pero bueno! Qué atrevido. No puedo ni disimular mi estado de ecsitación descontrolada brrrummmm brrrrummm. La manera en la que se pone los guantes, lo ajustados que le quedan en las manos... No tengo palabras para describir el torbellino de emociones que se está produciendo en mi entrepierna, si tuviera entrepierna.

De mi maletero saca el kit de herramientas que llevo guardado por si acaso. Es la hora de utilizar mis juguetitos prohibidos. Ya tenía yo ganas de explorar terrenos indómitos. Los terrenos indómitos del sadomasoquismo. Mis engranajes están a flor de piel. Como siempre, pero más. El sadomasoquismo o BDSM es una experiencia que desde que conozco a Caesar he querido probar. Me encantaría que me dominase, que me causase dolor, que me hiciera sentir como su sucio perro sumiso. Muchas veces ya me lo imaginaba mientras rodaba por la carretera. Ahora voy a tener el privilegio de experimentarlo en mis propias tuercas.

Sempai organiza sus herramientas. Tarda un rato. Estoy impaciente. Quiero probarlas ya. No puedo aguantar más, sólo imaginarme toda la situación me predispone para los mayores orgasmos de coche.

Después de esperar y esperar, por fin llega el momento. Sempai abre mi zona prohibida y ve lo que hay en mi interior. Me muero de vergüenza. Soy un coche, pero todavía me queda pudor. Todo de mí está al descubierto ante los ojos de mi sempai. Me da mucha vergüenza y a la vez mucha ecsitación. ¡Vamos, sempai! ¡Utiliza tus herramientas de placer en mí!

Y comienza. Ohhhh sí. Sempai desconecta mi batería. Primero el lado negativo. Después el positivo. Es una extraña sensación: Noto una pérdida de energía, pero a la vez mi conciencia está muy activa. Está muy activa y quiere más. ¡Qué manos tienes, Sempai! Caesar utiliza su llave inglesa para desconectar mi cable negro. Me ecsito mucho. Cuando la fría llave inglesa se posa en mí siento un escalofrío de gusto en mi interior. Sí, Sempai, sí, sigue, sigue, no pares... Estoy viviendo una experiencia plena... Entonces va a mi lado negativo con su vigorosa llave inglesa. No puedo esperar más. ¡¡¡Ahhh!!! Al desconectar mi cable rojo me estremezco. ¿Qué es esta sensación? Es dolor, pero a la vez siento un incomparable placer.

Y todavía queda lo mejor. Sempai coge las pinzas y las coloca en mis tornillos. Voy a explotar de placer. Brrrrummmmm brrrrummmmm. Sabía que el sadomasoquismo me iba a gustar. Ya me ecsitaba la idea de antes. Pero esto... Esto es una sexsación única. Estoy muy ecsitado y no puedo disimularlo, pero no quiero venirme todavía, quiero disfrutar más de estos momentos de lujuria con sempai. Sempai me saca todos los tornillos. Y también me saca los colores, porque esta situación de sumisión absoluta hace que me ruborice dentro de la medida que se puede ruborizar un coche.

Ya no tengo ningún tornillo dentro. Entonces, toca el asa de mi batería con esos guantes de latex que tan atractivas hacen sus manos... Se me cae la baba al verlo. Domíname, amo Caesar, quiero ser tu perro sumiso. Y, entonces, me saca la batería. Es una sensación extraña. Siento que me falta algo, me siento vacío, pero a la vez me siento muy pleno.

Esta experiencia me hace conocer bien mi lugar. Mi lugar es ser el esclavo de mi amo y señor Caesar sempai. Soy de su propiedad, y no solo porque lo dicen mis escrituras. Ya he pasado a ser oficialmente el sucio perro sumiso de sempai y me siento tan bien...

Caesar limpia todo el hueco que ha dejado mi antigua batería. Se siente muy bien. Sempai se preocupa por mí y me limpia. A pesar de ser un sucio cerdo me limpia. No quepo en mi gozo. Qué ganas de que se me vuelva a gastar la batería otra vez para volver a pasar por todo esto. Aunque, conociéndome y sabiendo lo rápido que me ecsito, supongo que no tardaré mucho en tardar la próxima...

Y pasa lo que inevitablemente tenía que pasar. Sempai coloca la nueva batería en mi interior. Me estremezco. Estoy a punto de llegar al clímax automovilístico. Sentir esa nueva batería dentro de mí es una sensación extraña. Me siento como nuevo. Pero la fiesta no se había acabado. Caesar conecta el cable rojo en la llanura positiva. AHHHHHHH. Me siento bien. Me siento nuevo. Me siento pleno. ¡Quiero más! Estoy a punto... Y entonces coloca el cable negro en la ranura negativa y sucede lo que tiene que suceder. Tengo un orgasmo de coche. Pero aquí no acaba todo. Todavía le queda fijar los tornillos y abrazaderas. Lo siento, sempai, por haberme venido tan pronto. Pero no me importa, porque cuando fija mis tornillos vuelvo a venirme otra vez. Ahhhhhhh. No puedo parar de tener orgasmos de coche.

Me quedo exhausto. Ya se ha acabado todo. Pero poco me dura el cansancio. Esta nueva batería me da energía, vitalidad y ganas de seguir surcando la carretera con mi sempai a lomos.

Sempai entra en mi interior y me enciende. Todo va bien. Mi batería funciona bien. Parece que a mi maquinaria le queda mucha guerra por dar. Y yo ya estoy listo para volver a sentir la experiencia de la conducción. Aunque, tal vez, después de haber probado el S&M, nada volverá a ser lo mismo...

Calentando motores (Caesar Bigote x reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora