Cap 2. Y cuanto más acelero, más calentito me pongo.

94 13 18
                                    

*Leer preferiblemente "Cuanto más acelero" de Javi Cantero, pero si no pues nada*

Y todo eso fue mi primer día con Caesar. Ahora mismo estoy aparcado frente a su portal, esperando a que me vuelva a montar como sólo él sabe hacerlo. Mi primera noche después de salir del concesionario fue bastante dura, porque no me podía quitar de la cabeza todo lo que había vivido. Cómo frotaba mi palanca de marchas, cómo levantaba mi freno manual, como pisaba mis pedales con fuerza, cómo me rellenaba de gasolina calentita con esa manguera tan larga. Después de tanto pensar en los últimos recuerdos vividos, me dormí y tuve algunos sueños. Sueños muy subiditos de tono.

Soñaba con que íbamos por la carretera, nosotros solos, con sus cálidas, suaves y limpias manos sobre mi volante. Con el roce de su piel en mi volante me excitaba mucho. Brrrummm brrrummmmm. Frotaba mi palanca de marchas y yo me calentaba. Mis motores se calentaban a medida que subía la velocidad. Estábamos yendo muy rápido. Y cuanto más acelerooooo, más calentito me pongoooo. Me estaba poniendo tan calentito que iba a tener un orgasmo de coche.

Piiiii Piiiiiiiiiii.

Me sonó el cláxon sin que sempai me lo pulsara en una explosión de placer. Pero no pasó nada malo, no me devolvió a ese lugar tan horrible que era el concesionario. De hecho mi pitido le animó a seguir pulsando y frotando mi cláxon. Y yo cada vez me excitaba más. Piiiiii Piiiiiii. Qué vergüenza que el sempai me vea hacer esos gritos uwu me ruborizo.

Y bueno, los sueños no son muy realistas, porque llegó un momento que me convertí en persona humana y bueno, manteníamos relaciones en medio de carretera y hacía cosas +18 con su bubujiji y mi boca y claro pues yo me ecsité tanto que me acabé despertando y era de noche y estaba muy mojado porque estaba cayendo un chaparrón grrrrr qué frío (después pensé en Caesar sempai para que se me pasara el frío y se me pasó porque está muy hot)...

Menos mal que la lluvia escampó y ahora es de día y seguro que sempai viene a montarme para llevarle a alguna parte. Qué ganas tengoooo.

Pero mi sempai no viene, no sé qué está haciendo, me desespero, ¿estará teniendo sexo con otra persona? ¡¡¡Seguro que se está acostando con algún ser humano!!! Aghhhhh qué horrible sensación. Los segundos, los minutos y las horas pasan y mi hombre no viene a saciar mis necesidades de coche seminuevo. ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADOOOOOO? Voy a empezar a gastar batería sin explicación del cabreo que llevo encima...

¿Pero qué es eso que veo? ¡¡¡ES CAESAR SEMPAI!!! Por fin viene a llevarme con él. ¿A dónde me llevará hoy? Espero que a algún sitio romántico y bonito uwuwuwuwuwu...

Entonces, Caesar abre mis puertas. Todas mis puertas. Vaya vaya, esto sí que no me lo esperaba. Tanta sorpresa me parece un desafío. Siento que me excito. Qué rápido que va este chaval, que ya así de primeras me abre todas las puertas de golpe y se pone a mirar en mi interior. Ahora sólo falta que no sólo mire, quiero que me toque, quiero sentir sus manos sobre los asientos traseros que nunca fueron usados, quiero sentir que me toca donde nunca me han tocado.

Anteriormente, el señor que me conducía siempre iba sólo y si acaso con una persona sentada en el asiento del copiloto. La parte trasera del coche nunca se usaba. Si acaso alguna vez ponía alguna cosa como si fuera un maletero. Pero poco. Que sempai abriera mis puertas traseras era algo muy desconocido para mí.

Entonces sucede. Mi hombre pasa su mano por mis asientos traseros. Me estremezco.

Caesar: Mamma mía, cuánto polvo.

Mi mente: Para polvo el que te echaba yo a tí, guapetón.

Y entonces coge como una bayeta y algunos productos de limpieza. ¿Esto es lo que creo? ¿Voy a ser limpiado a fondo? Hoy es mi día de suerte. Parece que a Caesar no le gustan mucho los ácaros y yo tengo mucho de eso, porque mi anterior dueño no era muy limpio, y en el concesionario hubo un momento que me dieron por perdido y empezaron a limpiarme sólo por arriba. Total, que en la parte de atrás todavía había mugrecilla, polvo y ácaros. Eso a Caesar, una persona limpia y pulcra, no le gustaba ni un pelo.

Cuando Caesar empezó a frotar mis asientos con la bayeta y sus productos de limpieza especializados en coches me mojé muchísimo (normal con tanto líquido de limpieza). Poco bastó para que me calentara y sintiera una fuerte necesidad de descargar toda mi pasión sin riendas. Mis asientos de detrás estaban teniendo una vida que nunca habían tenido. Qué manera de frotarlos, se nota que Caesar sempai era un experto en estas cosas. Lo mejor vino cuando se adentró en el coche para seguir limpiando y frotando en los lugares más recónditos. Qué gustito. Pero más gustito me daba sentir su musculoso cuerpo recostado sobre mis asientos. Y su bubujiji, ahhhh su bubujiji, tenerlo pegado a mi asiento hacía que me ecsitara y que quisiera tocarlo y chuparlo y esas cosas de humanos que por desgracia un coche con conciencia propia como yo jamás podría hacer. Quién fuera Optimus Prime para volverme un furry de coche y poder tener manos y dedos y boca y todo eso para hacer todo lo que se me pasa por la cabeza cada vez que sempai está junto a mí.

Mis asientos traseros ya están relucientes, pero es que aún quedaba más. A pesar de que la parte de delante estaba decente, sempai es un maniático de la limpieza y decidió hacer lo mismo con el asiento del conductor y el del copiloto. Hoy era mi día de suerte.

Cuando frotaba los asientos me estremecía y quería más y más, pero ya cuando empezó a sacarle brillo a mi palanca de marchas es que no podía con mi vida. Si seguía así iba a estallar. Y parecía que nunca le parecía que me estaba dejando lo suficientemente limpio, porque seguía y seguía. Y yo a la vez quería que parase porque me estaba excitando un montón y acabaría explotando pero también quería más y más. Estaba cogiendo adicción a la limpieza y a todo lo que conllevaba. Estaba limpiando cada centímetro de mí. Me estaba sacando brillo. Y cuando empezó con el cláxon no podía más. Piiiiiiii Piiiiiiiii. Tuve un orgasmo de coche.

Acabé feliz y con esto, ya estaba reluciente, así que Caesar sempai se fue por ahí, pero cogió el metro así que estoy ahora mismo aguardando a su llegada como agua de mayo. ¡¡¡Qué ganas de que vuelva a conducirme see you next time friends uwuwwuwu!!!

Calentando motores (Caesar Bigote x reader)Where stories live. Discover now