❝Hey! Don't touch me❞ [EunHae +18]

Capítulo 39

Pov Donghae

Me dejé caer en la silla junto a Sooyeon con un profundo suspiro. Estaba agotado. Podía decirse que era porque llevábamos todo el día grabando, pero hasta las fans sabían que la verdadera razón se encontraba en otra parte. Más específicamente en el chico herido que me había mantenido despierto toda la noche. No en el mal sentido de la expresión, ya le gustaría a él. Si no en el sentido... en el de un chico que era incapaz de ver a la persona que amaba en ese estado.

Y también en el sentido de alguien a quien habían intentado asesinar. Por muy seguro que estuviera en mi nuevo apartamento, yo no me sentía más protegido que en casa de Hyukjae. Por muchos guardaespaldas que llevara a las grabaciones. Por mucho que prohibieran la entrada a desconocidos y se aseguraran de que las personas que me rodeaban eran inofensivas. Había intentado no hacer teorías extrañas sobre quién podía ser mi atacante, pero ahora mismo hasta Jessica me parecía sospechosa.

Saqué el móvil de mi bolsa y lo desbloqueé. La mayoría de los mensajes eran positivos, llenos de ánimo, de amor e incluso de apoyo a mi "secreta relación con Eunhyuk". No sabía cómo sentirme respecto a lo último. Por mi culpa ahora todo el mundo sabía que Eunhyuk era Hyukjae. Había acabado con su privacidad y no solo como mi amigo, gran parte de mis seguidoras también daban por hecho que era mi novio. Y yo no quería que fuese así. Tampoco quería vivir escondido, pero... me hacía tan feliz que Hyukjae fuera alguien mío, alguien privado. Alguien con quien ser yo incluso recién levantado, con el pelo sucio, ojeras bajo los ojos y malhumorado.

Pero era famoso. E igual que no me dejaban en paz cuando era la primera mitad del "HaeSica", tampoco iban a hacerlo siendo la segunda del "EunHae". Podíamos decirle adiós a nuestra privacidad para siempre. Sobre todo ahora que la prensa no paraba de especular.

¿Gay o hetero? ¿Eunhyuk o Jessica? ¿O ambos? ¿Bisexual? ¿Qué hay realmente tras esa adorable fachada? Titulares de todo tipo aparecieron en mis notificaciones. Al final solo podía reírme.

Hasta cuando llegué a los comentarios llenos de odio me reí. Gente que me odiaba sin más, gente que había sido mi fan y ahora me odiaba por ser (supuestamente) gay, gente que se lamentaba porque el atacante no había llegado a matarme.

Y yo me reí mucho, víctima de un ataque de nervios.

Siempre había existido gente que me odiaba, pero nunca me habían deseado la muerte. Yo no me lo merecía. No había hecho nada para merecerlo. ¿Por qué alguien querría acabar con mi vida?

—¡Lee Donghae!

Salté cuando Sooyeon me quitó el móvil de las manos. La miré con reproche a través de la cortina húmeda que cubría mis ojos e intenté recuperarlo, pero ella se lo metió en el bolso.

—Quería llamar a Hyuk —exclamé pucheroso.

—Ya hablarás con él cuando vuelvas a casa. Lo que menos necesitas ahora mismo es ahogarte en las redes sociales. Pensaba que ya lo habíamos hablado —me miraba muy seria, casi como lo habría hecho mamá—. Lo mejor será que desconectes hasta que las aguas se calmen.

—¿Y no vas a devolverme mi móvil?

—Me lo pensaré —me sonrió.

Abrí la boca, dispuesto a quejarme, pero la cerré porque eso no iba a solucionar nada. En parte mi querida mánager tenía razón. Por muchos comentarios buenos que hubiera, los malos siempre iban a hacerme sentir que era escoria. El estrés que una situación como la mía causaba no era bueno para nadie. Tal vez viviría mejor aislado de las redes durante un tiempo, centrado solo en trabajar y volver a casa sano y salvo, dejándole todo lo demás a ella. Para algo le pagaba, ¿no?