Capítulo 41

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Pov Hyukjae

La culpa era mía por ilusionarme, por pensar que, ya que habíamos descubierto la postura perfecta por follar sin preocupaciones, íbamos a tener sexo todos los días. Si hubiera obedecido a Donghae desde el principio, ahora no estaría a punto de arrancarle la garganta de un mordisco a ese director de pacotilla.

Él quería estrenar la segunda temporada lo más pronto posible y a toda costa, lo cual le iba a resultar imposible si su protagonista se iba a Bali. Entendía su frustración, pero también sabía que las fans iban a entenderlo. Yo mismo había leído cómo casi todas pedían por redes sociales que le dieran un descanso para estar conmigo. Las otras querían que se fuera de viaje con Jessica, pero a esas no les prestaba demasiado atención. El caso era que todos estábamos de acuerdo en que el mundo no se iba a acabar si posponía la grabación de la serie un par de meses. Y, claro, la presión de grupo (y de Sooyeon) había podido con él.

Pero no iba a hacerlo hasta que nos fuéramos de verdad, lo cual significaba que Donghae debía seguir trabajando hasta la noche antes de marcharnos. ¿Y por qué influía esto en nuestra intimidad? Pues porque el dichoso director estaba grabando todas las escenas posibles de Donghae, ya fuera solo o acompañado, para así poder adelantar en las que él no salía mientras estaba de vacaciones y no tener tantos capítulos atrasados cuando volviera del viaje. Obviamente, estar todo el día trabajando sin parar era demasiado para él y llegaba agotado a casa. Con suerte dejaba que me metiera en la ducha con él, pero solo para que le lavase el pelo mientras bostezaba y luchaba para no quedarse dormido.

Así pasaron los días, demasiado rápidos y aburridos para mí y lentos y agotadores para él. Terminé varias series, leí algunos fanfics sobre nosotros, e incluso me metí en un foro contra el Haesica. El décimo día, fui al médico mientras mi novio grababa por fin su última escena. Después de una revisión, mi doctor decidió que estaba orgulloso de mí por haber guardado reposo total. Sonreí solo porque eso significaba que iba a quitarme los puntos, no porque me alegrase ese "total". Me habría conformado con un reposo "moderado", la verdad.

Pero eso al final era lo de menos. Faltaban horas para que nos fuésemos a Bali y, aunque no tuviera muy claro si íbamos a contarle la verdad a sus padres, cualquier cosa era mejor que eso. Yo quería salir de casa sin preocuparme de fans o haters, sin necesitar un guardaespaldas. Él necesitaba (no solamente quería) unas vacaciones. No preocuparse porque alguien quisiera hacerle daño. Descansar de ser Lee Donghae y poder ser solo Hae.

Aproveché que ya podía moverme para dejarlo todo listo y que él solo tuviera que ducharse y cambiarse de ropa antes de salir hacia el aeropuerto. Preparé nuestras maletas y nuestras mochilas, metiendo todos sus productos para el cuidado de la piel y su maquillaje en una bolsita de We Bare Bears que encontré en su lado del armario. Doblé y ordené su ropa en una de las maletas, con varias zapatillas, su portátil, los cargadores y todo lo que yo creía que él hubiera metido en ella. Hice la mía y dejé fuera dos camisetas, un par de gorras, mascarillas y pantalones cortos. Todo mío. Seguro que nadie nos reconocía si íbamos vestidos con ropa vieja y barata.

Estaba terminando de calentar el ramen picante que me había hecho para cenar cuando escuché una voz que me resultaba familiar. Salté en el sitio y corrí hasta la puerta. Me asomé por la mirilla para comprobar que mis sospechas eran ciertas. Cierto chico adorable vestido con una enorme sudadera y cubierto con la capucha se acercaba a la puerta mientras hablaba por teléfono. No presté atención a lo que decía. Vi que colgaba y que se estiraba para pulsar el código que abría la puerta y me alejé un poco. Estiré los brazos para que lo primero que viese al entrar fuese a mí, listo para abrazarlo y comérmelo a besos.

Sin embargo, no alzó la cabeza mientras cruzaba el umbral. Cerró la puerta a su espalda, se quitó las zapatillas y retiró la capucha de su cabeza, dejando ver una mata de pelo castaño y corto que me dejó sin palabras. Sabía que quería cortárselo, pero había imaginado que solo se tocaría las puntas. Aquello era una verdadera sorpresa.

❝Hey! Don't touch me❞ [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora