Relato 7: En tu recuerdo

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Hoy hacia una noche muy calurosa del mes de julio, estaba trabajando en mi nueva novela, hasta que me asaltó tu nombre en mi memoria, ya que se cumplía diez años de casados, en el que tú no estás presente para celebrarlo.

Tan dulce tu recuerdo, pero tan agridulce porque no estás aquí conmigo.

Recordé cada detalle y cada escena cuando tú estaba aquí conmigo que lo atesoró cada minuto en mi corazón roto, como por ejemplo cuando nos conocimos por primera vez en la universidad, estudiando la Licenciatura de Historia juntos. Los dos éramos unos jóvenes muy callados, pero poco a poco nos conocimos y nació el bello amor entre nosotros. Cuando nos dimos el primer beso o cuando me invitaste a cenar en tu casa en el día de mi cumpleaños y, que por cierto, la cena que preparaste ese día estaba deliciosa. Fue un gran regalo de cumpleaños y una sorpresa porque descubrí tu gran pasión por la cocina.

Nunca había probado un plato tan rico como aquella noche de noviembre.

Después me viene otra reminiscencia a mi mente cuando nos prometimos ante nuestras perspectivas familias. Los dos estamos radiantes y felices ese día en el que me regalaste un anillo de compromiso, un anillo bañado en oro y con una circonita blanca en el centro, y una rosa roja en el que simbolizaba tu amor por mí.

Hasta que llegó el día de nuestra boda y después nuestra luna de miel.

Otro día que nunca olvidaría.

Cada día que pasaba a tu lado fue maravilloso y me sentía muy feliz, hasta que nació nuestra hija, Brianna. Era tu viva imagen.

Pero el cruel destino nos tenía preparada un plan para separarnos para siempre, pero no para toda la eternidad.

En una tarde de un día lluvioso a principios de diciembre, llegué a casa de la editorial y no estabas, como otras veces te veía, preparando la cena. A continuación, encendí la televisión, estaba en el canal de Noticias, y vi la carretera por donde tú pasabas para ir de casa al trabajo o viceversa. En la pantalla del televisor vi que había ocurrido un accidente en el que bomberos, agentes de seguridad y personal sanitario estaban presentes allí para ayudar a las víctimas.

De repente sonó el teléfono de casa y mi corazón iba a mil por hora hasta que descolgué la llamada para comunicarme la triste noticia de que tú ya no estabas a mi lado.

Desde aquel fatídico día, pienso en ti a cada momento de mi vida, recordando los momentos felices y maravillosos que vivimos juntos y también en compañía de nuestra hija. Nunca me olvidaré de ti y siempre estarás en lo más hondo de mi corazón hasta que esté a tu lado para vivir juntos en la eternidad.

También sé que estarás a mi lado para protegerme siempre, como mi ángel guardián.

Te quiero mucho Christian. 

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