Mentiras Peligrosas ✔

Capítulo 14 parte II

(*) Escuchad la canción de multimedia para mayor inmersión en el capítulo.
Debéis oírla en una de las escenas, no antes. Para no hacer spoiler solo digo que cuando llegue dicha escena, lo sabréis, besos. 

Editado, dejad vuestros comentarios para que los laterales no estén tan solitos.

|Alea iacta est|

El transcurso hacía el lago hasta el momento había sido de total y completo silencio, ninguno había pronunciado palabra en ningún momento.

Aún nos quedaban unos kilómetros pero en el aire ya se podía respirar el nerviosismo, entre nosotros el ambiente se había vuelto denso, incluso notaba como el miedo con cada metro recorrido se incrementaba más en nuestros organismos, al menos claro está en el mío.

Estaba sentada sobre aquel carísimo asiento de piel mirando por la ventanilla como caían aún las gotas de lluvia, una tras otra sin descanso. Mientras hacía esto, de forma inconsciente reflexionaba sobre lo que había sentido hace unas horas, sobre cómo me había sentido con ese abrazo.

Algo se revolvía en mi interior al rememorarlo.

Ian por su parte se mantenía con la mirada fija en la carretera, al parecer muy concentrado en hacer un esfuerzo sobre humano para vislumbrar algo, ya que entre la tenue lluvia y la espesa niebla, era difícil visualizar a dónde nos dirigimos exactamente.

Para mi suerte —nótese la ironía—. este aseguraba que conocía todo el pueblo y que podía llegar ahí, incluso con los ojos cerrados. En definitiva no era la noche perfecta para estar fuera de casa, y mucho menos en aquella precaria situación en la que seguramente acabaríamos metidos.

—Estamos llegando —anunció tensando ligeramente la mandíbula.

Por unos segundos me cuestioné la expresión que se enmarcaba en sus facciones, pero en cuestión de segundos recordé a donde nos dirigíamos y sobre todo lo que había sucedido ahí.

Todo aquel pensamiento que me rondaba acerca de cómo me sentía se desvaneció en un suspiro. I.K había matado a Kiara en lago Goldwater, ahí habían encontrado su cuerpo sin vida. La piel se me erizó al saber a dónde nos dirigíamos y por qué I.K seguramente había elegido ese lugar. Una vez más el asesino estaba jugando con nosotros.

Esta vez atacando de lleno el punto débil de Ian.

Miles de pensamientos atravesaron mi mente en los últimos metros que el coche recorrió hasta llegar al fatídico paraje. Una vez que estuvimos delante no pude evitar sentirme aterrada, el bosque se alzaba en la noche, profundo, oscuro e imponente, como si de una forma u otra se burlase de nuestro futuro destino. Desde nuestra posición en el coche se podía observar que para llegar hasta el lago teníamos que atravesar varios metros rodeados de árboles, densa niebla y tenue llovizna. La verdad nada que mejorase mis nervios ante aquella situación. El BMW de Ian se detuvo al costado izquierdo de la carretera, quedando justo ante un pequeño camino que daba entrada hacía el bosque, a la derecha de aquel camino, se podía divisar un cartel que se hallaba medio descolgado, despintado y antiguo.