El castaño lo miró con los ojos brillando de alegría y Namjoon sonrió ampliamente.

—¡Eres el mejor!

Gritó Taehyung antes de salir corriendo de la bodega.

YoonGi caminaba por la obscura calle, con el viento chocando contra su rostro y sus mejillas rojas por el frío.

Estaba desértico, ni siquiera sabía que rumbo tomar. Estaba triste y se sentía cada vez más débil, no sabía cuánto más aguantaría su cuerpo.

—¡YoonGi! — el peli blanco volteó al escuchar aquel grito y se sorprendió cuando vió a Taehyung correr en su dirección.

—Tae. Pero qué...— no le dió tiempo de preguntar, pues los labios del mayor se estamparon contra los suyos, sorprendiendolo y haciéndolo sentir un cosquilleo en el estómago.

—YoonGi, quédate conmigo.— habló el castaño  sujetando sus manos.

—Tae.— lo miró sorprendido y también conmovido, pero pronto una expresión de tristeza se instaló en su rostro.— No creo que sea buena idea.

—Por favor Yoon, quédate conmigo.— insistió acariciando las mejillas del peli blanco.— Tú me haces sentir cosas que no sentí antes y no se si podría vivir alejado de tí.

—Taehyung... Recuerda que estoy muriendo, ni siquiera sé si voy a durar aquí una semana o un mes... Un día.

—Encontraremos juntos una solución, pero por favor no te vayas... Te necesito YoonGi. No sé como explicarlo, te conocí hace no mucho tiempo, pero siento que te conozco de toda la vida.

El peli blanco se quedó callado y una lágrima escurrió por su mejilla. Él quería quedarse, pero si algo malo pasaba, no quería lastimar a Taehyung.

—Lo mejor será irme.

—Bien.— Min asintió y se dió la vuelta para seguir su camino, pero la mano de Taehyung tomó la suya y empezó a caminar a su lado.— Entonces iré contigo.

—¡¿Qué?! ¿Estás loco? Taehyung por favor.

—No puedes impedir que yo vaya a donde tú estés, no me importa cuanto tiempo nos quede, sólo quiero pasar cada minuto a tú lado, hasta que el reloj se detenga y nuestros ojos se cierren para no abrirse más... ¿Aún no entiendes que te quiero?... Juntos vamos a curarte... Pero por favor. No me dejes.

El peli blanco se quedó callado y sonrió cuando vió los ojos cristalizados del mayor. Se acercó hasta poderlo abrazar y unió sus labios con él en un profundo beso.

—¿Prometes que no me dejaras por alguien más jóven cuando yo esté viejito y arrugado?

Taehyung soltó una carcajada y acarició las mejillas del menor.

—Jamás, siempre serás perfecto para mi.

Y nuevamente volvieron a unir sus labios en un suave beso.

...

Cuando el sol salió la mañana siguiente, el médico estaba firmando la autorización para dejar que JiMin saliera del hospital, claro, todo bajo amenazas de Jeon que no quería estar más en ese lugar.

—¿A donde iremos Kookie? — preguntó el peli gris terminando de vestirse.

—Amm, supongo que al lugar secreto.

—¿Lugar secreto?

—Si, bueno es una bodega en las afueras de la ciudad, ahí tenemos un lugar de repuesto por si nos íbamos al carajo.

—¿Y cómo vamos a llegar?

—No tengo idea...

—JungKook.— JiMin frunció el ceño.

—De acuerdo, tomaremos un taxi, pero no podemos llegar hasta allá en él, deberíamos caminar, pero esta muy lejos.

—¿Entonces para qué rayos nos iremos de aquí? Yo no puedo andar bien.

JungKook se quedó pensando hasta que una tercera voz se escuchó desde la puerta, captando la atención de ambos.

—¿Alguien pidió transporte?

—Jackson...

El rubio sonrió ampliamente y asintió.

—¿Cómo supiste?

—Años de conocerte Jeon, sabía que no ibas a aguantar tanto en éste lugar.

El peli negro sonrió y ayudó a JiMin a salir una vez que el médico les entregó el alta.

Subieron a una camioneta negra, donde ya se encontraban también Jae Bum.

—Es bueno verte de nuevo JK. 

—Lo mismo digo JB.

Jackson arrancó el vehículo, miró hacia ambos lados para asegurarse de que nadie los vió, pero justo cuando avanzó, un auto encendió el motor y empezó a seguirlos.

Experimento JK3 Where stories live. Discover now