EL ARMA

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Dos miembros de una mafia coreana, bastante poderosa conocida como "The Snakes" se encontraban escondidos en el pastizal de una de las instalaciones mejor protegidas por el gobierno. Estaban conscientes de que allí dentro ocultaban el arma mas poderosa jamás creada, aún no sabían qué era pero estaban seguros de eso.

—¿Qué vamos a hacer?

—Escuchaste a Namjoon, debemos penetrar esta jodida fortaleza.

—¿Mataremos?— preguntó SeokJin, un chico de cabello rubio y lacio que poseía ojos verdes y una sonrisa amplia; mientras preparaba sus cuchillos.

—Te encanta ¿No?

—¡Kookie! ¡Me conoces tan bien!— exclamó el rubio mirando malévolamente a su amigo peli negro.

—Debemos avanzar.

Empezaron a moverse pecho tierra, no debían ser vistos por los muchos guardias que rodeaban aquella enorme construcción.

El jóven JungKook, preparó su rifle, era un excelente francotirador.

—Bien, en cuanto me deshaga de los guardias corremos hacia el interior.

—Ok.

JungKook apuntó y enseguida disparó, una bala tras otra salió haciendo caer muertos a todos los guardias que rondaban por ahí.

—¡Ahora!—gritó JungKook.

Ambos jóvenes se levantaron y corrieron tratando de no ser vistos. Una vez adentro, caminaron con sigilo y precaución.

JungKook con el arma recargada en su hombro y apuntando al frente, sin despegar el dedo del gatillo y SeokJin con sus cuchillos listos para ser utilizados.

Llegaron hasta uno de los corredores donde se encontraban más guardias de seguridad.

—¿Listo?— preguntó el peli negro.

—Obviamente.

SeokJin corrió hacia los guardias quienes estaban desprevenidos, y al darse cuenta del ataque, intentaron sacar sus armas pero los cuchillos del rubio se los impidieron. Hacía cortes por todas partes, sus movimientos eran demasiado rápidos como para esquivarlos.

Gargantas cortadas y otras partes atravesadas era lo único que se apreciaba.

JungKook caminó hacia adelante para ayudar un poco. No quería disparar pues el sonido probablemente atraería más guardias, así que con la parte trasera del rifle golpeó a algunos hombres y con sus ágiles movimientos de batalla pudo noquear a otros cuantos.

"The Snakes" eran conocidos por ser excelentes asesinos y no dejar ni una sola huella.

—Que aburrido.— habló SeokJin viendo los cuerpos sin vida en el piso mientras limpiaba la sangre de sus cuchillos en su playera negra.

—Vamos, tenemos una misión ¿recuerdas?

—Insisto... Que aburrido.

Continuaron caminando como al principio y entonces llegaron al cuarto de seguridad, el guardia que vigilaba las grabaciones de las cámaras estaba comiendo cuando ellos llegaron. Intentó tomar su arma pero una bala proveniente del rifle de JungKook le atravesó la cabeza.

—Ahora veamos qué es lo que estamos buscando.

Comenzaron a buscar entre las cámaras alguna​ arma, alguna bomba, una sustancia, pero no había nada.

—¿Qué mierda es esto?— preguntó JungKook al enfocar una habitación merodeada por unos cien guardias.

—Tal vez... Esté ahí dentro.

—Entonces vamos allá, tú entras primero y una vez que llames su atención entro yo.

—¿Porqué siempre soy la carnada?

—Callate, bien sabes que lo disfrutas.— gruñó el azabache provocando una risita en el mayor.

Caminaron hacia aquella habitación y antes de doblar en una esquina del pasillo, se pegaron a la pared, se concentraron y entonces salió SeokJin a atacar.

—¡Cuidado!— gritaron algunos guardias apuntando al jóven rubio.

Sus cuchillos ni siquiera se veían por sus rápidos movimientos, definitivamente amaba su trabajo. Atravesó varios cuerpos con ellos, sus habilidades de pelea eran extraordinarios ya que esos jóvenes habían sido entrenados desde muy pequeños.

Una bala salió disparada hacia SeokJin, quien gracias a sus buenos reflejos logró esquivar haciéndose a un lado y dejando a la bala casi rozar con su rostro. Molesto lanzó su cuchillo y se clavó en la cabeza de ese hombre.

Poco después apareció JungKook, quien mató a unos diez hombres en cuestión de segundos. Sus disparos eran precisos y perfectos, jamás fallaba.

Y así, en minutos, esos dos jóvenes lograron deshacerse de casi cien guardias de seguridad.

—Esto le hubiera gustado a J-Hope.—mencionó JungKook pateando algunos cuerpos que les impedían la entrada a la habitación.

SeokJin sacó un radio y llamó a los demás miembros que esperaban en una camioneta algo alejados de las instalaciones.

—Aquí Jin ¿Me escuchan?, Cambio.

—Jin, ¿Qué pasa?

—Lo hemos conseguido, estamos apunto de llegar al arma.

Perfecto, los esperamos afuera. Cambio.

Los dos chicos se adentraron en el lugar gracias a una llave que consiguieron del cuello de uno de los guardias muertos. Buscaron por todas partes pero no vieron nada.

Hasta que de pronto la vista de JungKook se clavó en una de las esquinas del lugar.

—Pero qué mierda...

Experimento JK3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora