Para ambos la situación era difícil de afrontar, Eddie podía irse en cualquier momento—Era algo que estaba en la mente del bocazas— además de que estaba más que claro que el contrario había venido por algo, por algo pendiente.
Ambos tenían un pequeño secreto que comentar, y ese momento tenía que llegar o si no, esta vez la oportunidad de confesarse se iría por completo y no es lo que se esperaba, no es lo que deseaba Richie, debía ser valiente y decirlo todo.

Para muchos puede resultar estúpido el tener miedo a decir algo frente a un espíritu pero había que tener en mente que frente a nuestro querido bocazas estaba Eddie, su gran amor desde pequeño, este momento lo había esperado desde hace años aun que lo había imaginando de manera diferente.

A medida que los minutos pasaban el abrazo se había vuelto uno más tranquilo, ambos seguian en silencio pero disfrutando del otro.

¿Hace cuanto que no sentían esta tranquilidad?

Sin dudas desde hace bastante, y ahora se sentía tan nostálgico el ambiente entre ellos, los recuerdos de lo vivido y realizado en sus vidas... Todo aquello iba y venía.

Entonces Richie sintió que era el momento, debía decirle lo que sentía, era ahora o nunca, pero estaba ahí el remordimiento, la presión en su pecho advirtiéndole de las cosas malas que podrían llegar a suceder, Henry Bowers había remarcado tanto lo de ser un "Marica" en su mente.

//Recuerdo de Richie//

Me encontraba en el mismo sitio de siempre entretenido jugando Street Fighter, mis manos se deslizaban por el tablero con agilidad, hacía las combinaciones necesarias mientras movia la palanca manejando mi personaje elegido, esta vez me encontraba batallando contra alguien más, un chico con habilidades en este juego, ambos teníamos bastante agilidad y sabíamos como dar el ataque fuerte que nos podría hacer ganador, como también sabíamos defendernos, cuando estaba por ganar mi vista se giro a observarlo, no sabía la razón pero algo me hizo el querer observarlo, ver de quien se trataba o al menos para tener una última imagen de ese chico en mi memoria, fue una distracción de segundos y con esa fue suficiente como para que un pensamiento algo estúpido se me cruzara, no me atreví a decirlo seguro, y mi corazón no lo sentía del todo, no lo admitia, ni lo quería o asi fue como lo pude leer en esos momentos.

Finalmente termine por ganar, ambos apartamos las manos de la máquina y chocamos nuestras palmas dando un suave apretón con las yemas de nuestros dedos, nuestros ojos conectaron y nos sonreímos.

—Eres bueno en esto... Bien, me tengo que ir

Esas habían sus palabras, pero yo deseaba seguir jugando a su lado, un nuevo camino se abría para mi o asi lo pensé, asi que entre mis segundos de desesperación tome la otra ficha que tenia y hable con algo de timidez.

—Espera... Uhm, aun tengo una ficha, podríamos jugar una última partida... Solo si tú quieres

Mi voz salía nerviosa y notaba que su mirada era entre de impresión, exaltación y algo temeroso también, no comprendi el por que de ello y menos de sus palabras cuando me contestó viéndose algo molesto.

—¿Por que me dices eso? No soy tu maldito novio...

—¡Wow! ¡No! Yo solo decía...

Realmente quise remediar ese mal entendido, me puse nervioso y todo empeoró cuando Henry apareció junto a su grupo de amigos bravucones, mi cuerpo dejó de responderme y quede paralizado por unos instantes al notar que aquel chico de cabellera rubia y Henry eran familiares —Mierda —Pensé y en esos momentos ya supe que todo se derrumbaria.

𝑹𝒆𝒅𝒅𝒊𝒆 "𝐽𝑢𝑠𝑡 𝑜𝑛𝑒 𝑛𝑖𝑔𝘩𝑡" Where stories live. Discover now