Estiró las manos hacia el niño, quien se removió de los brazos de su madre para estirarse y querer pasar con su padre. La mujer lo permitió, suspirando cuando observó a su esposo e hijo marchar a la cocina, el hombre luciendo demasiado feliz luego de esa pequeña discusión, si se le podía llamar así.

Tyrone se movió por la cocina con Hoseok sobre su brazo izquierdo. El niño riendo y observando con atención todo lo que hacía su padre para darle de comer, que prácticamente solo era poner a calentar lo que ya había hecho con Yoora, y servir algo de beber para el pequeño. Yoora llegó y se sentó en la mesa, viendo la escena sin poder imaginarse el incluir un miembro más a su pequeña familia. Le gustaba así como estaba.

Cuando ella se enteró de que estaba embarazada de Hoseok, sintió que era el fin del mundo. Se vio bloqueada, se sintió ahogar, se sintió devastada, y eso que ya contaba con un buen trabajo y una relación estable, tenía 26 años cuando aquello ocurrió. Pero Tyrone le ayudó a mantener la calma, le hizo sentir que todo estaría bien y que, si se casaban y le daban la bienvenida a ese niño, todo sería perfecto. La familia que merecían.

Aceptó con felicidad, amaba a Tyrone con todo su corazón y se convenció de que apenas viera al bebé en sus brazos, su amor por él no haría más que crecer. Y tuvo razón. Yoora amaba a Hoseok, su pequeño sonriente que la abrazaba con cariño y le decía que la amaba a pesar de que hubiera veces en las que prefería no verle, eso le derretía el corazón a la mujer (a veces con algo de remordimiento), le hacía querer esforzarse para darle un mejor futuro a ese niño ¿Pero otro hijo? Ahí sí que se sentía mucho más presionada, por lo que cuando su esposo lo sugirió esa tarde su primera reacción fue decir que "no", siendo condenada a escuchar las quejas de Tyrone y como este buscaba convencerle de una u otra manera.

Fijándose en su esposo, le vio cantar feliz mientras seguía abrazando a Hoseok, jugando con él y haciéndole reír, contagiándola a ella. Ese era un momento feliz -¡Appa tengo hambre! –recordó señalando a la comida. Tyrone fingió no entenderle, preguntando que qué quería una y otra vez hasta que su hijo apuntó directamente a la comida y recibió cosquillas- ¡Omma, ayúdame! –pidió Hoseok, y ella se levantó dispuesta a jugar cuando escuchó claramente de su esposo.

-Mejor dile a omma que te regale un hermanito y él te va a ayudar, ¿Qué dices Hobi? –ella se quedó congelada al oír eso, viendo con terror cómo Hoseok se emocionaba ampliando su sonrisa.

-¡Sí! –exclamó bastante feliz- ¡QUIERO UN HERMANITO! ¡Omma, por favor!

-Hoseok, eso es... difícil. –fue lo que atinó a decir, retrocediendo al sentirse acorralada por su esposo e hijo. Negó, de solo recordar el calvario que vivió estando embaraza quería llorar. Colocó una mano sobre su vientre, sin sospechar que tenía semanas siendo ocupado por un feto que se desarrollaba lentamente.

-Por favor... -unió sus manos e hizo un puchero olvidando aparentemente que tenía hambre- quiero un hermanito para jugar, para cuidarlo, ¡Para que baile conmigo!

Abrumada, ella se dio la vuelta –Lo hablaremos luego. –exclamó buscando sus cosas para irse, ignorando los llamados de Tyrone. Hoseok fue sentado en esa silla especial que tenía cinturón y aparte, una mesita en la que le daban de comer. Ya casi no lo sentaban ahí, solo en momento especiales, como ese.

El niño vio a su padre irse, dejándolo solo en la cocina y de vuelta, le pareció escuchar sus voces muy lejanas, pero se sintió tranquilo. Estaban cerca. Decidió ponerse a comer lo que estaba ahí, el plato que sirvió su padre mientras jugaban, usando sus manos y levantando la cabeza de vez en cuando para ver si sus padres venían de regreso, pero entre la discusión, el niño se sobresaltó al oír la puerta ser azotada.

Cosas De Adolescentes - NamjinWo Geschichten leben. Entdecke jetzt