Beautiful Error (Styles #1)

TRES: ¿Destino o Casualidad?

Seis Palabras. Dieciocho letras y un significado.

Pum, Pum, Pum.

Releí la tarjeta con el corazón a punto de explotar. Ni siquiera ver desde el piso las flores sobre la encimera calmaban mis mareos, inconscientemente apreté el pequeño papel contra mis dedos tembloroso rogando que fuera una broma, que desapareciera, que no fuera él...pero era tarde.

Una de mis escurridizas lagrimas cayó sobre la "H".

Lentamente me puse de pie y guarde la nota dentro de mi bolsillo, su peso se sentía como un ladrillo de titanio al igual que mi cabeza, las posibilidades de un escape iban y venían.

¿El camino del cobarde? si, creo que me quedo con ese.

Cansada estire mi mano hacía la pared y comencé a caminar por la cocina. Mis pasos lentos y pausados me recordaron a los zombies de Walking Dead. Lo único que me faltaba era gruñir, porque de seguro mi rostro estaba blanco y sin vida como el de ellos.

Sin darme cuenta, la puerta se abrió. Mel fue la primera en entrar, su sonrisa era radiante. Me pregunte cual era su causa y si me contaría porque en estos momentos daría lo que fuera por sonreír así. Jax apareció tras ella y sonrió.

Sonríe, me dije y lo hice... luego entro Mike.

—¡¡Mami!! Tío Miki vino a hacel las pases—miré a Jax y asentí. Mi lengua estaba acalambrada bajo una rara anestesia, al igual que mi corazón.

Mi mejor amiga tomo la mano de mi chico y me dejo sola con Mike. Sinceramente no lo esperaba, pensé que después de nuestra última discusión se había cansado de mi, pero no. Mike estaba aquí, era uno de mis peores momentos y él, seguía estando aquí.

La nota de Harry aumento su peso.

—Lindas flores— comentó él mirando el ramo que seguía intacto sobre la encimera. Hice un pequeño ademan con la mano restandole importancia, pero la verdad era que entre mas miraba las flores, mas difícil era negar la verdad.

¿Podría ser un error del repartidor?

Mike se acerco al sofá.

—¿Son de algún compañero del Instituto?—el tono tenso en su voz era obvio. Estaba celoso e independiente de la situación, su falta de confianza no me hacía sentir mejor. 

En primer lugar, no recibiría flores de otro si estaba con él. No era tan tonta. Y en segundo lugar, sé que nuestra relación o lo que sea no tiene nombre, ni etiquetas, ni nada, pero el ha sido el único.

Él único después de él.

—No, no lo son—masculle. Él asintió dando otro paso hacía la lampara de noche. Si seguía así, con otro paso llegaría a mi lado, pero lo conocía, estaba tanteando terreno y me gustaba.—¿Que quieres Mike?

—A ti—contesto como si nada, luego otro paso—Te quiero a ti, Ash.

Suspire.

—¿Todavía.. me quieres?

Él hizo una mueca y toco mi mano—Si, preciosa y... lo siento, te juro que lo hago..no quise decir eso, ni muchos menos haber dejado pasar tanto tiempo. Es mi culpa, yo..

¡No! quise gritarle. No era su culpa, no era tampoco la mía, ni la de Harry. Era el destino. 

¡¡Jesús!! odiaba el destino. 

Mike sostuvo mi rostro y sonrió esperando que yo hiciera lo mismo pero no fue así, a cambio de una sonrisa le di un gemido seguido de lágrimas.

Oficialmente me había convertido en una debilucha después que siempre creí ser la heroína.