3. Yo También

9.9K 900 878
                                    


Lo que acababa de hacer no estaba bien. Pero, ¿Cuando ha hecho algo bien? Le regalo una bufanda solo para que no le contagiara alguna enfermedad. O eso es lo que quería pensar, porque hacer algo por otras personas era de débiles.

Pero si algo tenía claro era que su sangre estaba demasiado caliente en cuanto vio aquella escena. Su enano estaba a punto de tener contacto con otra persona. Entonces, era más que evidente que no permitiría que otra persona se acercase a él.

Por otro lado, lo que pasaba por la mente del castaño era caos. Demasiados asuntos y cuestiones lo habían tenido ocupado frente al espejo. Hasta que alguien más entro en el baño.

—¿Louis? ¿Qué pasó? ¿Ese idiota te hizo algo?

Su amigo parecía bastante preocupado, además de que aún tenía la rosa en la mano.

—¿Qué? —apenas atinó a responder.

—¿Te golpeó? —revisó a ver si encontraba alguna señal de golpes, pero lo que encontró no fue para nada lindo, agarrandolo por los hombros preguntó—¿Qué ocurrió en tu cuello? ¿Ese sujeto te hizo eso? —el menor no sabía que responder, su amigo comenzaba a perder la paciencia— ¡Louis!

—¡Basta!—se liberó del agarre.

—¡¿Qué pasa con él?! ¡¿Te esta acosando?! Porque eso fue sin tu consentimiento ¿cierto?

¿Si quiera había tenido tiempo de negar? O lo más importante, ¿Lo habría hecho?

—Yo... Él...

—Vamos a la dirección. Avisaremos de todo esto a la rectora—el pelinegro intentó tomar su mano para sacarlo de ahí.

—N-no—dijo rápido sin dejarse arrastrar—Esto... Él... Es... —sabía que si no respondía algo coherente su amigo no cedería —Él es mi novio.

—¡¿Qué?! ¡¿Ese idiota?!

—Sí... Y ya debo irme—salió del baño, dejando boquiabierto al otro.

En la salida, como siempre el rizado estaba esperándolo en la esquina. Al parecer tenían esa costumbre que no pudieron dejar de lado.

—¡Harry!

—Te tardaste mucho, vámonos—empezó con la caminata.

—¡Pero quiero hablar! —siguió al mayor mientras caminaba, tenía que dar más pasos para poder alcanzar su velocidad.

—Habla mientras caminamos, porque ya no puedo perder más tiempo.

—¿Por qué hiciste esto? —preguntó señalando su cuello.

—No lo se.

—¡Debes saberlo! ¿A que te refieres con que soy tuyo?

—No tengo idea, lo hice sin pensar.

—¡Harry!

—¡Cállate! —le gritó exasperado alzando su mano. El pequeño se encogió en su sitio, mientras cerraba los ojos y ponía sus brazos a la defensiva.

Era como antes, nada había cambiado al parecer. Porque por más que intentase convencerse de que el rizado era otro, aún lo trataba mal cuando habían personas presentes. Cuando estaban sus amigos seguían teniendo esa interacción violenta. Todo se calmaba cuando estaban a solas, sin nadie.

—¡No vuelvas a hablarme! —exigió afligido antes de irse corriendo a su casa.

Y a pesar de querer seguirlo, el mayor siguió caminando más rápido a la suya. Al llegar estaba justo quien no quería que estuviera.

He Is DangerousWhere stories live. Discover now