Capítulo 2: El refrigerador

Comenzar desde el principio
                                    

Miraste hacía arriba, ya se veía que iba a atardecer y no querías andar de noche allí... pero viste algo a la distancia, algo grande, una montaña cuadrada. La curiosidad te mató por completo, apagaste el cigarro y te apresuraste a ver que había allí.

Un refrigerador... que aburrido.
Viste que estaba muy desgastado y feo, pero olía algo... extraño?

Empezaste a verlo por todos lados, lo examinaste y revisaste, era demasiado oxidado y feo.

Al final la incógnita se resolvió, abriste con decisión aquel refrigerados y tus ojos presenciaron el espectáculo más incómodo y asqueroso que hayas visto.

Ranas, ardillas, gatos y hamsters en descomposición era lo que había allí dentro... tu estómago bombeo y te apartaste tiritando a un lado.

Vomitaste, la escena era demasiado para tu estomago.

Cerraste de inmediato aquella puerta a las nauseas, y te mojaste un poco la cara con el agua del río al recordar esa extraña rana abierta....

Cerraste tus ojos asqueada y decidiste irte de una vez por todas, esto te daba asco y empezaba a anochecer. Diste la vuelta aún algo aturdida diste medio paso y chocaste.

-uh?? Eh... disculpe!-Dijiste aún sin mirar aquella persona, era demasiado alta.
Subiste la mirada para disculparte de forma decente.

Tu cuerpo se tenso y las nauseas combinadas con el pánico se hizo presente.

Era el enfermo de Patrick hockstetter... el cual te habían enseñado con miedo tus amigos, el más alto de ese grupo de bullys quienes ya te habían dicho uno que otro comentario cuando estabas con tus amigos.

Patrick era él que más miedo te provocaba y lo tenías enfrente tuyo.

En tu espectáculo de nervios empezaste a oler algo raro...
bajaste la mirada y te encontraste con un conejo con ojos podridos y tiezos estaban en la mano del palido.

Patrick abrió los ojos con expresión sería, lo que provocó más miedo en ti.

No sabías que hacer, la situación para ti era tensa... más si eras alguien que le llevo una semana completa para entrar en confianza con alguien.

Tus pies cayeron en desesperación al correr, corriste en pánico y respirando con dificultad deseando que Hockstetter no estuviera corriendo detrás tuyo.

Empezaste a agudizar tus oídos y sentiste pasos escandalosos detrás tuyos, giraste tu cabeza con miedo pidiéndole a todo lo bueno que no sea hockstetter.

Para tu mala suerte era él.... era su pesadilla.

Intentaste correr más fuerte y rapido, pero Patrick era más alto y fuerte que tu, sería imposible ganarle.

Estabas a punto de lagrimiar, el miedo te apresaba y cada segundo pasaba más rápido o más lento, creando un revoltijo de sentimientos negativos y nerviosos.

Algo muy brusco y fuerte te agarró de la espalda y te tiro contra el piso, sabías que tu vida había acabado, Hockstetter te tenía apresada y seguramente ahora tu vida se volvería un jodido infierno.

Hockstetter te miraba con furia en sus ojos y a la vez con una de sus características sonrisas, estabas confundida por completo.

Saco una navaja muy extraña y oxidada pero muy afilada.

-QUIERES TERMINAR COMO ESA MIERDA VIVIENTE NO????-Dijo este colocando su navaja en tu cuello presionandola de forma amenazante.

-Yo yo yo ehhhh-Estabas demasiado tensa para articular las palabras, a este punto te ibas a desmayar en unos segundos.

-VISTE EL REFRIFERADOR NO?!?!??!-Dijo este sacudiendote de forma brusca y presionando aquella arma punzante.

-S-sii-Dijiste con la boca tiritando.

Él armó una sonrisa gigante.

-Entonces tendré que acerté pagar por tu insolencia-Dijo este alzando su navaja.

-Espera!!!-Sabías que tu vida iba a acabar, y no ibas a permitir aquello, agarraste su brazo con la esperanza de detenerlo. Lo lograste, pero a duras penas.

Él te miro con una mirada fría y sería y bastante molesto al parecer.

-Yo yo no le diré a nadie lo juro!!!-Dijiste intentando sonar convicente.

A Patrick no le bastó y la verdad nunca tendría un mínimo de piedad contigo. Alzó de nuevo el brazo dando a entender que no tendría piedad.

Miraste hacía abajo, el te tenía apresada, pero tus pies no...

Usaste la vieja técnica, pateaste su entre pierna, y si que funciono! Soltó el agarre y empezó a gemir de dolor.

Saliste corriendo, llegaste lo más pronto a tu bicicleta sabiendo que Patrick iba detrás tuyo.

Te subiste y dejaste que la brisa te golpeara lo más fuerte en la cara.

No querías volver a encontrarte con tal psicópata.

BLOOD AND FIRE (Patrick hockstetter y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora