La historia del científico | Half Life |

Una carta

-Viejo, me siento como si tuviera quince -Rió Barney- esto es muy ridículo para un chico de veintiuno.

-Ay pero Barney, esto lo hace medio mundo -protestó Gordon que estaba al lado de él.

-Ya, pero me siento muy inmaduro -se tapó la cara con las manos.

Gordon empezó a reír a carcajadas. Era gracioso el hecho que Barney y Lauren se conocían hace poco más de un año y él estaba perdidamente enamorado de la chica, pero nunca supo expresar bien sus emociones así que temía que lo rechazara cruelmente. Por el lado de Gordon, se le hacía muy cómico. Aunque su mayor acercamiento al amor romántico era una cachetada y que su novia se cambio de estado sólo porque a su madre no le agradaba, sentía que podía ayudar a su amigo.

-Creo que nunca te he visto tan rojo, en serio -Dijo entre risas- a excepción de cuando te pasabas con el alcohol.

-Ja, ja. Que gracioso Freeman -Refunfuñó su amigo.

-¡Claro que lo es! Deberías verte en el espejo para entenderlo -En respuesta, Barney hizo un gruñido-. Va, que no es para tanto. Tu escribes bien, no se porque te complicas tanto.

-Que te lo muestre a ti no siginifica que se lo muestre a ella -Dijo entre dientes.

-¿A qué te refieres?

-¡Ya, escribo bien! ¡Pero sólo te lo he mostrado a ti y a tu papá! -Se cruzó de brazos mientras intentaba poner una cara seria.

-Ah, Barney. Deberías hacerlo y ya -Gordon se llevo una mano a la cabeza.

-No es tan fácil comprender algo que no haz sentido -Barney se sonrojó intentando ocultarlo.

-Eso crees -Gordon rodeó los ojos, pero si no puedo ayudarte...

-No, no, no, no -intentó excusarse.

-Barney. Escribe algo, me lo pasas y te diré si le gustaría a Lauren y ya -El tono de voz de Gordon ahora estaba levemente más serio.

Barney suspiró aceptando. Sí era cierto. Sabía escribir y su caligrafía no era mala. Pero esos recovecos de inseguridad aún estaban en si. Se preguntaba como Gordon podía ser tan seguro de todo ¿No dudaba de si mismo? ¿Nunca se preguntó si valía la pena existir? Dudaba al ver ese pasmoso comportamiento de su amigo, casi hermano.

Manos a la obra, Barney sacó un lapicero del portalapices y tomó su libreta. Comenzó a pensar que iba a plasmar en el papel hasta encontrar las palabras adecuadas. Luego de unos minutos terminó el primer borrador. Volvió a reescribirlo con partes nuevas y quitando cosas, así hasta que le gustó el resultado. Salió de su habitación y entró en la de Gordon.

-Toma -Barney tenía el papel en la mano y sé lo entregaba a Gordon.

-Ah, em, primero tocar la puerta, ¿No? -Su compañero se disculpó- Bien, termino la oración y lo leo. "Por eso la luz se vuelve rojiza". Ya, pasa pa'ca.

Gordon tomó el papel y comenzó a leerlo atentamente. Esperaba una carta simple, contando cuáles eran los sentimientos de Barney hacia Lauren, pero no. Era como una especie de historia narrada en primera persona que a Gordon le costó hilar y en la que poco a poco se daba a entender su objetivo principal. Luego de unos minutos, terminó de leerla y se puso a pensar en lo que había leído.

-¿Y bien? -Dijo Barney cabizbajo con los brazos cruzados.

-Ah sí, está muy bien ¿Cómo lo hiciste? -Su amigo se sobresaltó.

-¿El qué?

-Que quedase tan... No sé, ¿Bien? -Dijo Gordon.

-Bah. Sólo dasela a Lauren. A ti no debería importarte demasiado -Contestó Barney.

-Tienes razón. Mañana se la daré. A ver si responde -Gordon le entregó la carta a Barney para que la pusiera en un sobre.