La historia del científico | Half Life |

Novatadas demasiado grandilocuentes

<<Dos de la tarde. Aún siguen queriendo construir un minitren que recorra todo el campus. Lo peor es que parece que funcionará. Al menos ya se me pasó el efecto del Helio>>

Pensó Gordon para sí mientras veía como todo el mundo quería ver un trencito por el campus. Los de la facultad de ingeniería electrónica lo estaban haciendo muy bien. Lo gracioso, es que su trencito funcionaría a base de una reacción química. Pero no cualquiera. Sólo necesitaban latas de Coca-Cola y un poco de Galio.

-¿Estás seguro que tenemos mucho para poder manejar el sistema? -Dijo uno con un acento algo extraño cargando algunas latas más.

-Claro, mientras mantengamos con agua el recipiente, todo debería ir bien -Contestó su compañero que tenía en un recipiente el galio.

Gordon veía de lejos como maquinaban todo ese plan. Los chicos se lo estaban tomando muy en serio, y de seguro que iba a durar un buen rato funcionando. Gordon sonrió por su parte, al menos no había tenido ningún problema. En el MIT son mucho más inclusivos e intentan impresionar a los nuevos, incluyendo a Gordon. Escuchó a unos tipos riendo y corriendo por los pasillos y se sorprendió ligeramente.

-¡Bienvenido al MIT! -dijeron tres tipos al unisono y llenaron de pintura a Gordon. Eran nuevos, cómo él.

Colores aquí, colores allá. Spray y témpera le cayó en cima a Gordon. Su polera ya no era negra. Ahora era roja, Rosa y azul y su cara estaba totalmente naranja junto a sus lentes.

-¡No! ¡No! ¡¿Que hacen?! -Un profesor iba tras ellos mientras los maldecía-, ¡Vaya puñetas, parecen niños pequeños!

El profesor suspiró y miró a sus lados para ver si alguien había sido víctima del ataque de pintura. Y ahí estaba Gordon, sin palabras ni aliento. Él mayor se le acercó.

-Siento esto, pero ellos creen que por estar aquí pueden hacer lo que quieran -Le dijo a Gordon-... ¿Eres nuevo?

Gordon asintió con la cabeza mientras sacaba la pintura de sus lentes.

-Este año comenzaré la facultad física -El profesor sonrió.

-Perfecto, yo doy clases en ese departamento casi todos los años. Soy el doctor Isaac Kleiner, un gusto en conocerlo -Le extendió la mano a Gordon.

-Gordon Freeman -Estrechó su mano con la de él.

-Freeman. Interesante apellido -Añadió el doctor Kleiner.

Luego de conocer a su profesor, Gordon decidió echar un vistazo al resto del MIT. Aunque primero que todo, fue a un baño a intentar quitarse la pintura. Al menos el de su rostro se quitó rapidamente, pero el poco que cayó sobre su pelo no. Mucho menos él de su ropa. Aún así decidió recorrer su universidad. Era increiblemente grande.

-Vaya, no sabía que habían residencias dentro del MIT -Se dijo para si mismo- me gustaría tener una, pero Barney no tiene ID ni mucho menos el dinero.

A la hora de salir, los chicos de la facultas de química y de ingeniería electrónica lograron hacer funcionar su creación. Todos se quedaron viendo como un pequeño tren de hojalata iba a toda máquina a partir de latas, refrescos y galio.

Gordon sonrió y salió del MIT lleno de pintura. Al menos la había pasado bien tomando Helio e intentando beber té con una cuchara de Galio. Al llegar a su piso comprobó si tenía su ID del MIT y entró.

-Hola campeón -Barney estaba echado en el sillón- que tal tu... ¿Qué demonios?

-Ya, me hicieron una novatada -Rió Gordon.

-Viejo, mejor vete a bañar en seguida.

-Ya, ya. Pero no espero por contarte lo enorme que es el MIT. De verdad.

-Oh wow, no espero por contarte cómo fue mi primer y largo día de trabajo -Dijo en respuesta Barney con tono irónico.