La caminata

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-Eh, Lauren, ¿Crees que puedas ir este finde a mi piso? ¿O estás ocupada? -Preguntó Gordon acercándose a Lauren.

-Pues, creo que termino la tesis de Materiales Compuestos el viernes, así que creo -Respondió ella mientras pagaba un dulce que estaba comprando.

-Bien, así te presento a Barney de paso -Gordon rodeó los ojos-, bueno, creo que te caerá bien.

-Va, pero no des nada por sentado, te tendré que confirmar luego -Los dos comenzaron a caminar juntos al mismo rumbo, al norte de Massachusetts.

La señorita Lauren Coleman no era muy distinta a Gordon. Ambos se hicieron grandes amigos en poco tiempo. Ella era muy responsable y ordenada. Con una personalidad extrovertida y sacaba lo bueno de cada situación.

-Eh, Gordon, nunca me haz contado sobre tu familia, ¿Por qué? -Preguntó Lauren entre mordiscos de su dulce

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-Eh, Gordon, nunca me haz contado sobre tu familia, ¿Por qué? -Preguntó Lauren entre mordiscos de su dulce.

-Pues nunca se me ha presentado la oportunidad. Me crié más con mi papá que con mi mamá. Mi mamá era enfermera y siempre andaba fuera, pero ella era muy, ehh -Tenía la palabra en la punta de la lengua-... melosa. Pero mi papá era más buena onda, o sea, ya sabes.

Lauren rió.

-Pues para mi fue distinto, siempre quise ser una científica, aunque mis padres eran pedagogos y desconfían un poquito de mí-Explicó ella.

-Mira tú, mi papá también era profesor, pero, creo que el había estudiado química antes de ser profesor. Hacía clases en una universidad que ya ni me acuerdo cual era.

-¿Y no tenías hermanos? -Gordon negó con la cabeza- Vaya suerte, yo tengo dos hermanos menores y son un desastre.

Se detuvieron en una parada de autobús.

-Bueno Gordon, nos vemos mañana en el campus luego de la colación.

-Está bien, nos vemos Lauren -Se despidió Gordon y ella lo hizo moviendo su mano mientras se sentaba a esperar el transporte publico.

Por suerte, Gordon vivía cerca del MIT. Aunque bueno, el MIT era gigantesco comparado con otras instituciones. Su piso era algo pequeño, pero ahí podía perfectamente vivir con Barney. Él trabajaba, Gordon estudiaba, y sus padres le enviaban un poco de dinero extra más la cancelación de la matrícula del MIT. Agradecía a su "yo" del pasado por guardar algunos dólares por año para gastarlos en este momento de su vida.

Gordon caminaba sumido en sus pensamientos. Se imaginaba como sería el futuro, aunque sabía que cualquier cosa podía pasar. Miraba el suelo fijamente mientras se iba oscureciendo. Por alguna razón, le pareció natural ese cambio.

-Freeman -escuchó.

Levantó la cabeza y observó que su alrededor era oscuro y con algunas líneas fugaces que recorrían se un lado a otro el fondo. Después de unos minutos volvió a hablar.

 Después de unos minutos volvió a hablar

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-Armas. Guerra. Libertad.

Gordon empezó a marearse. Ya no sabía dónde estaba pisando, intentaba mantenerse en pie, pero se tambaleaba e intentaba mantener el equilibrio. Su mente había entrado en un trance que no le permitía orientarse, sólo escuchar atentamente lo que esa voz decía.

-Aprender. Armas. Comprenda. Doctor Freeman.

En un abrir y cerrar de ojos volvió a ver todo bien. No había oscuridad. Le dolía un poco la cabeza y no recordaba que había pasado hace un momento. Pero tenía una fuerte necesidad de querer usar armas. No sabía el porqué pero no era un simple deseo.

Volvió a retomar su caminata habitual. Pero esta vez se sentía intranquilo, como si algo lo estuviese persiguiendo. Tomó aire para calmarse. Llegó a su piso. Sacó las llaves de este de su mochila y abrió. Para su sorpresa estaba Barney esperándolo con la mesa lista y una cara bastante preocupada.

-¡Gordon! ¿Dónde demonios te metiste? -Preguntó en seco.

-¿A qué te refieres? -Gordon dejó su mochila en el suelo

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-¿A qué te refieres? -Gordon dejó su mochila en el suelo.

-¡A qué deberías haber llegado hace una hora, tonto! No sabes lo preocupado que estaba imbécil -Bernard estaba algo alterado, aunque estaba más tenso que otra cosa.

-Primero, calmate. Segundo... No se qué pasó yo... -Al intentar recordar se mareó un poco y se apoyó en un mueble que estaba al lado de la puerta-, mi cabeza... Nosotros tenemos que aprender a usar armas.

El tono de voz de Gordon cambió drásticamente. Desconsertado, su compañero se echó para atrás.

-¿A qué te refieres? -Tartamudeo.

-Tenemos que aprender. Tenemos qué usar armas bien -Respondió este y empezó a jadear por el mareo-, tenemos que...

Barney reaccionó a esto y ayudó a Gordon a caminar hasta el pequeño sofá que tenían. Le preparó un vaso con agua y junto a este le llevó su mochila. Dedujo que ese mareo lo retraso, ¿Pero tanto?

-¿Mejor, Gordon?

-Sí, mejor gracias...

-¿A que te referías? -Barney frunció el ceño preocupado.

-No lo sé -Gordon se tocó la lengua con el dedo-. Tengo fiebre...

La historia del científico | Half Life |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora