Capítulo 22 🦋

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—Claro que no, pero admite que no es muy común ver a una mujer en esa profesión. Menos a alguien como tú.

—¿Cómo yo?

—Atractiva, cualquiera podría confundirte con una modelo de la revista Vogue.

Me reí por lo absurdo que sonaba. Le horrorizaría saber que mataba personas por dinero así que recurrí a la respuesta más decente.

—Fui entrenada en una compañía de seguridad hace diez años.

—Oh, wow...

—¿Qué hay de ti? —Cambié de tema—. Fui al hotel a buscarte, pero me dijeron que renunciaste a tu trabajo.

Jugó con un mechón de su cabello suelto y suspiró.

—Mi cargo en el hotel era muy agotador y decidí renunciar porque aquí decidieron aumentarme el sueldo. Las propinas son buenas también.

Ladeé las cejas.

—Ahora entiendo tu aspecto.

Se sonrojó.

—No me juzgues.

—No lo hago, soy la menos indicada. ¿Tienes familia?

Apartó la mirada.

—Sí, pero perdí cualquier comunicación con mis padres y mi hermano es un caso perdido que prefiero ignorar. ¿Qué hay de ti?

Había una historia cruda detrás y quería conocerla.

—Todos muertos.

Me dio la misma expresión de lástima que todos cada vez que los mencionaba.

—Oh, lo siento.

—Descuida—Mordí el panecillo dulce y sonreí—. Estoy mejor sin ellos. De hecho, me encanta no tener que relacionarme con nadie. Hago muy pocas excepciones.

—¿Debería sentirme afortunada?

—Muy afortunada, duende—Bebí el café y ante su cara de disgusto añadí—: Quise decir Eloise.

Puso los ojos en blanco.

—Necesito trabajar —Se puso de pie—. Espero verte pronto, Alayna.

—¿Y si me das tu dirección? En tu casa podemos hablar sin interrupciones la próxima vez.

Elevó una ceja.

—Eso sería genial, pero también muy extraño. No nos conocemos mucho.

—Bueno, podríamos empezar. Solo si quieres, no te sientas obligada.

Negó.

—Me gustaría, por supuesto—Escribió en su bloc rápidamente y arrancó una pequeña parte de la hoja para dármela—. Esperaré con gusto tu visita, mujer misteriosa.

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Cuando regresé a la mansión me encontré con una desagradable sorpresa. Marilla recorría los rincones en compañía de la señora Vitale. Pensé que Luca podría mantenerla fuera de su espacio personal, pero subestimaba a la ardillita. Tenía potencial como enemiga y si la descuidaba no dudaría en apuñarlo por la espalda.

—Estaré muy feliz de vivir aquí, señora Vitale. Es un honor formar parte de su familia.

¿Vivir aquí como la esposa de Luca? Qué cosa más absurda. Los ojos oscuros de Marilla demostraron disgusto cuando chocaron con los míos. Eran duros como el acero y maliciosos como cuchillas. El blanco destacaba su figura mientras yo la opacaba con el negro. Su existencia me daba pereza y su aspecto de puritana me provocaba náuseas.

Belleza Oscura [En Librerías]Where stories live. Discover now