Capítulo 17 🦋

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Luca

Las suposiciones de Alayna no me sorprendieron y tampoco me asustaron. No esperaba nada bueno de mi padre. Recibí desprecios de su parte desde que tenía uso de razón. Fui humillado y abusado en su presencia, pero nunca hizo algo al respecto. Hubiese jurado que los atentados anteriores también habían sido obra suya. Me quería muerto y usaba su rivalidad con Moretti para culparlo.

—Mantente en tu papel —masculló Alayna—. Finge que no sospechas en absoluto de él.

—Lo tengo.

Entramos a la sala principal y me tomó desprevenido ver a mamá sentada en el sofá con una taza de café en la mano. Con expresión furiosa miró mi aspecto y después a Alayna. Ella lo sabía. Mierda.

—Déjanos a solas —Le ordenó a Alayna.

Ella me observó con una ceja arqueada y asentí dándole permiso de retirarse. Cuando estuvo fuera de mi vista, mamá se puso de pie con la rabia latente en su rostro.

—Dime que no lo hiciste —suplicó—. Luca Vitale, dime que no lo hiciste.

Gemí en frustración. Por esta razón no quería volver a casa. De nuevo a la realidad dónde todos intentaban controlar mi vida.

—Ahora no, mamá.

Su mandíbula estaba apretada, su nariz roja y ensanchada. La ira irradiaba de ella en oleadas.

—¡Marilla no merece esto! —gritó en mi cara—. ¡Tú eres su futuro esposo!

—¡No por elección! —exclamé con el mismo tono—. ¿Crees que a ella le importa lo que haga? ¡Despierta, mamá! Solo le importa el dinero y nuestro apellido.

La bofetada que recibí hizo voltear mi rostro. El golpe fue duro y mi mejilla ardía intensamente. Esta era la primera vez que mi madre me golpeaba. Cuando la miré el arrepentimiento era notable en sus ojos, pero no se disculpó.

—Te crié mucho mejor que esto —sollozó—. Pensé que serías diferente a tu padre, pensé que tendrías honor. Sé que no amas a Marilla, pero esto es ruin. No eres así, Luca.

Estuvieron a punto de matarme y no quería escuchar ningún sermón de su parte como si tuviera cinco años. No iba a permitir que me comparara con ese monstruo.

—Discúlpame por estar con la persona que me gusta —escupí—. Discúlpame por hacer lo que realmente quiero sin sentirme miserable, discúlpame por intentar ser yo mismo.

Mis palabras la devastaron, pero no iba a sentirme culpable. Estaba cansado de complacer a mis padres.

—Tienes que ser sensato, por favor. Alayna no te conviene, Marilla sí.

—Tú no sabes lo que me conviene o no —La interrumpí—. Hace mucho tiempo dejé de ser ese niño que pueden manipular. Hoy soy un hombre y puedo tomar mis propias decisiones. Deja de meterte en mi vida, por favor.

—Cariño...

Subí las escaleras que me conducían a mi habitación sin escuchar otra palabra de su parte. Estar con Alayna era lo mejor que me había pasado en mucho tiempo y no iba a permitir que nadie lo arruinara.

🦋

Me di una ducha para prepararme mentalmente. Mi padre pronto vendría con sus ataques por mi imprudencia y me echaría la culpa cuando él era el responsable. Las probabilidades eran muy altas y tenía sentido. Había tantas cosas que lo motivaban a desear verme muerto.

Le pedí a Amadea un té de limón caliente y un ibuprofeno. Estar bajo la lluvia había afectado mi salud. Me dolía el pecho y la garganta. Sin embargo, no había ningún remordimiento. Si pudiera lo haría de nuevo.

Belleza Oscura [En Librerías]Where stories live. Discover now