Harry Evans El Mago Gris [Terminada]

capítulo 22

―Gracias señor Ollivander ―dijo Harry, el hombre asintió y ambos jóvenes salieron de la tienda, mientras que volvían al castillo ―Neville, iremos a comer, aun tenemos 2 horas muertas, así que quiero que me busques en el tercer piso, frente a la estatua del director Fortescue, necesitas un par de clases rápidas, para acostumbrarte a tu nueva varita.

―Gracias Harry ―dijo Neville con una sonrisa, Harry asintió. Tras volver, ambos almorzaron, no lo habían hecho, pero de algún modo los Elfos Domésticos lo supieron y los condujeron a la cocina, donde ambos almorzaron, subieron juntos hasta la estatua del director Fortescue, ubicada en el tercer piso y para sorpresa de Neville una puerta apareció de la nada.

―Mi grupo y yo la usamos para entrenar y era donde solía venir, cuando necesitaba entrenar los hechizos de Lord Salazar ―dijo Harry, aquello extraño a Neville, quien encontró una sala de proporciones colosales. La mitad era una biblioteca y la otra mitad estaba acondicionada para el entrenamiento mágico, cosa en la que Neville se puso inmediatamente, sin poder dejar de llorar de la alegría de que finalmente todos aquellos encantamientos que había estado aprendiendo en el pasado comenzaran a salirle bien y sin poder evitar abrazar a Harry en señal de agradecimiento, ni dejar de repetir hasta el hartazgo de Harry que se lo pagaría a futuro de algún modo.

Luego de un largo rato entrenando encantamientos de ataque, protección y transformaciones; el Gryffindor y el Slytherin fueron al gran comedor, para cenar, ya pedirían a Hermione los apuntes de la clase. Al llegar, pronto llegaron los alumnos de todas las cases y se sentaron en sus respectivas mesas, nadie parecía darse cuenta de que Harry había usado un hechizo para agrandar la mesa de Slytherin y de que en ella estaban sentados Hermione, Luna y Neville. Harry y Neville se llevaron el regaño de su vida (Neville por parte de Hermione y Harry por parte de Evelyn), pero todas las conversaciones se silenciaron, cuando el director Dumbledore, hizo aparecer un Caldero con una llama azul, en medio de la habitación y habló sobre el Torneo de los 11 Magos, casi se arma una revuelta, al saberse que solo aquellos de entre 17 a 18 años podrían participar. Así que tendrían que los estudiantes tendrían que elegir a sus favoritos y cualquier nombre de alguien menor de edad sería carbonizado.

Despues de tal noticia, Harry caminó hacía la mesa de los maestros, sorprendiéndolos y le dijo algo al oído a Snape quien sonrío, le dijo algo a Lupin y ambos salieron escoltando a Harry, mientras que Draco, Evelyn, Luna y Hermione se quedaban sin saber que hacer o decir.

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―Así que en la noche soñaste con Lucius Malfoy cavando en la tumba de un tal Tom Ryddle ―dijo Lupin, Harry asintió, mientras que se decidía a relatar el sueño.

Recuerdo

Harry se encontraba en un cementerio, lo supo por las lapidas, vio a Lucius cavando una tumba, se acercó y vio el nombre y la fecha, casi le da un ataque al corazón: «Tom Ryddle» ponía la tumba «1905-1943»

―Un hueso del padre para revivir al hijo ―dijo Lucius, tomando una costilla del esqueleto, luego se vio a sí mismo ser levantado del suelo, por un hechizo silencioso.

―Me impide moverme con el Levicorpus ―pensó Harry, vio a Lucius trasformar su varita en una daga y tomar una gota de su sangre.

―Sangre del enemigo revivirá al enemigo ―dijo Lucius introduciendo ambos ingredientes en un caldero de gran tamaño, vio a un hombre vestido de negro, el cual se cortó un dedo y este fue introducido en el caldero. Luego vio a un Tom Ryddle calvo y con nariz de serpiente, salir del caldero.

―Avada…

―Glacius ―exclamó Harry dejando que desde la punta de su varita surgiera un viento de temperaturas gélidas, que congeló el pecho de su enemigo, Harry se giró y huyó de allí, mientras que varios hechizos y maldiciones le pasaban por el lado ―Accio escoba ―su Estrella Fugaz apareció, Harry la montó y huyó de allí.

Fin del Recuerdo

―Dijiste en tu segundo año, que ese era el nombre de El Señor Tenebroso ―dijo Snape sorprendiendo a Lupin, pues esa no era una información con la que él contaba― ¿Cómo sabes que no es su tumba?

―Porque la tumba tenía las fechas 1905-1943 ―dijo Harry ―Nuestro Tom, nació en 1926, me lo dijo mediante su diario y sé que no mintió, porque el director Dumbledore confirmó que al alma no le es posible mentir, luego se lo comunicó a los miembros de la Orden del Fénix, vi esa carta en la casa, dirigida a Mamá.

―Entonces es su padre ―dijo Severus, comenzando a caminar y llevando una mano a su barbilla ―Es el padre de Lord...

― ¿No creerás que sea el hechizo de resurrección o sí, Severus? ―preguntó Remus preocupado y Harry los miró. Ambos tenían velos de terror en sus rostros.

― ¿Hechizo de resurrección? ―preguntó Harry.

―Un hueso del padre, sangre del enemigo y carne de vasallo dada voluntariamente ―dijo un preocupado Snape ―Tendremos que decírselo a Dumbledore.

―El evento extraescolar… ―comenzó Lupin.

― ¡No significa nada, si cabe la posibilidad de que el Señor Tenebroso vuelva a la vida, Lupin! ―dijo Snape, antes de tomar aire ―En estos momentos se ha abierto la votación de la pareja de Hogwarts y a finales de mes llegarán los participantes de las restantes escuelas, debemos estar atentos ―todos asintieron.

―Es hora de Defensa, vamos Harry ―dijo Lupin, escoltando a Harry al salón, mientras que Snape iba a hablar con el director y luego a dictar clase a los alumnos de 6º.

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Ya en el salón, la clase comenzó ―Como bien saben, la magia puede llegar a poseer un elemento ―dijo Lupin, los alumnos se callaron y escucharon ―Existe una Maldición llamada Fuego Maligno, la cual permite convocar fuego con forma de dragón, es capaz incluso de perseguir seres vivos ―todos comenzaron a escribir en sus pergaminos ―Afortunadamente existe un hechizo para contrarrestarlo: Maximus Glacius. Otra maldición que algunos llaman "Familiar" del Fuego Maligno, es la llamada Confringo, que suele hacer que aquello a lo que se le apunte, acaba explotando. Les recomiendo usar un Protego Maximus o escapar del lugar.

Pero todos tenían en mente el torneo y que alguno fuera el participante, realmente no prestaron mayor atención a esa clase o a otras.

Ni siquiera notaron la llegada de los numerosos Aurores o de los miembros de la Orden del Fénix a Hogwarts.