Capítulo Tres

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03. 

148 días antes de.

Las manecillas del reloj suben y bajan, moviéndose en constante ritmo con el tiempo. Sin detenerse, sin vacilar sobre la vida que se escapa a cada segundo. 

—Profesor, necesito que me escuche. —El joven aprendiz tragó con fuerza antes de adentrarse en aquella oficina. Temeroso del aspecto desquiciado de su mentor. 

Su ojo izquierdo se cerraba constantemente, como si hubiese desarrollado un tic nervioso. Cientos de papeles arrugados decoraban el piso, acompañados por colillas de cigarrillos pese a que se supone que no deberían de fumar en un espacio tan cerrado y pequeño. 

El ron estaba frente a él, media botella parecía no ser suficiente para aliviar sus penas, para callar las voces en su cabeza que le reprochaban.

¿Qué había salido mal? La ecuación era correcta, la cantidad de energía era perfecta, la profundidad era ideal. Entonces, ¿Por qué habían sufrido una sobrecarga?, ¿Cómo es que el pararrayos no funcionó? La tormenta debería haberlo ayudado a crear el vórtice; pero nada había sucedido. 

—Necesito tiempo para encontrar el error, déjame solo, Park —dijo el moreno tomando un profundo trago directamente de la boquilla y arrugando el gesto ante el sabor del licor. 

—Por favor, usted está muy ebrio. Necesita descansar. Además...

—Basta, vete de aquí. 

—Profesor, si me dejara explicarle...

—¡Dije que necesito encontrar el error, maldición! ¿¡Dónde está, Jimin!? ¿¡Dónde!? Es el trabajo de mi vida, y no tengo ni la menor idea de dónde me equivoqué. 

Golpeó el escritorio con rudeza, desquitando toda su frustración. Namjoon había tenido muchos fracasos en su carrera, pero ninguno comparado con este, sus años de investigación se habían ido al carajo. O al menos eso pensó, eso debió pasar. 

—Profesor —tragó temeroso—, la cuestión aquí es que... no hay ningún error. 

El moreno volteó a verlo sin entender lo que pasaba. 

—¿Qué intentas decir?

—El radar del lago comenzó a funcionar. Significa que el vórtice está allí, profesor. Lo logró...

—Tengo que verlo por mí mismo. 

—¡Eso no es todo! Espere...

Se levantó rápidamente, en un impulso por confirmar las palabras del muchacho, sin siquiera detenerse a analizar su mirada de preocupación, o en realidad, de miedo. Sin darle tiempo de explicarle lo que había pasado. 

Ambos corrieron por los pasillos del pequeño edificio, apresurados hasta llegar a la sala de control del laboratorio. Entraron abruptamente; el corazón de Kim Namjoon casi dejó de latir cuando el sonido del radar que indicaba una concentración de electricidad en el centro del lago apareció. 

Era real, había logrado crear una brecha hacia otro punto del espacio. Pero no, él estaba equivocado, y su esperado vórtice no funcionaba, o al menos no lo hacía del todo. 

—¡Maldición! ¡Este es, el avance más significativo de la física en la década! —Su emoción era evidente, comenzó a levantar los brazos en señal de victoria. Pero era el único que parecía estar feliz—. ¿Qué pasa con esas caras largas, muchachos? ¡Lo logramos!

Todos se veían entre sí, como intentando encontrar la forma de dar malas noticias. Jimin, su pupilo, se acercó a él y tratando de mantener la calma comenzó a explicar.

LA TEORÍA DE KIM.《version one》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora