"El comienzo de nuestra historia."

5.3K 328 312
                                    

"Y así, comenzamos un sueño juntos. -"

Disfrútenlo, gracias por todo. -

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

-Aaaaay... mghh, po...r favor. - Leves gemidos se escuchaban en el pesado silencio de la habitación; solos dos cuerpos se lograban distinguir, uno más grande que resaltaba por su musculatura muy desarrollada y otro más pequeño, que era el que emitía los sonidos. - ¿Por favor que amor? ¿Qué puedo darte que no tengas ya? - El hombre alto y musculoso contestó con una voz grave, suave y anhelante.

-Ari... por favor, no seas así, ya cogeme. Deja de jugar conmigo. - La suave voz del hombre más pequeño respondió, con un tono que apenas se apreciaba, era como si hablar le costará mucho. - Shhh; tranquilo bonito, déjame disfrutar de tu cuerpo, ahora que sé que eres mío, tengo como objetivo aprenderme de memoria cada rincón de tu cuerpecito. - Le susurró; mientras pasaba sus manos por la parte delantera de sus muslos, acercando más su culo hacía su propia entrepierna.

-Me gusta mucho como hueles; me fascina el sabor de tu boca, el café de tus ojos, el largo de tus pestañas, la suavidad de tu piel, el color rosado de tu pequeño ano y sobre todas esas cosas. Lo que más amo; es tu voz al decirme "te amo", tus pequeñas manos peinando mi cabello alborotado por la mañanas, los lindos detalles que me das cada día y tu existencia misma. - Ari beso su garganta; recorriendo con sus grandes manos los costados de su cuerpo, haciendo énfasis en sus piernas, en sus costillas y cuello.

Lo besó de manera delicada; como si Ari se lo estuviera bebiendo, ya no había esos besos desesperados de hacía ya casi un año, ahora eran tranquilos, serenos, sabía que no se iría nunca de su lado. Ellos eran un organismo simbiótico; no podía existir uno sin el otro, morirían primero de tristeza que de vejez o enfermedad.

Fue como entre besos pausados; ligeros susurros, leves jadeos y caricias gentiles, que Ari, su ahora marido lo penetro, no importó el hecho que llevaban todo el día teniendo sexo. Temo aun sentía molestia; cada vez que su maltratada entrada era forzada a abrirse hasta el máximo de su capacidad, para alojar aquel pedazo palpitante de carne, había perdido ya la cuenta de las veces que se corrió al ser follado de manera brutal por su esposo.

Se lo había tirado por toda la habitación del hotel; en muchas posiciones distintas, lo puso a mamar verga muchas veces, mientras él jugaba con su ano, e incluso, en un ataque de exhibicionismo, se lo fornico en el balcón, con vistas al mar. Corriendo el peligro de ser vistos no solo por los vecinos, si no por los empleados y los transeúntes en la playa.

Porque sí; ellos estaban en su luna de miel, decidieron no salir del país, quedándose en Huatulco, en un complejo hotelero propiedad de los OrVero, habían estado una semana completa ahí, disfrutando de las amenidades del lugar, de los pueblos cercanos y de la gente. Ahora en su última noche, solo querían disfrutar de la calidez de sus cuerpos al tocarse.

- ¡Dios mío! Siempre tan apretado; tan suave, tan caliente y húmedo. - Ari rompió sus pensamientos cuando se enterró hasta el fondo; la posición en la que se encontraba le permitía sentir la presión del pene de su marido, justo bajo su vientre. Ignoro la ligera molestia; en pro del placer que lo embargaba, su piojoso comenzó a moverse lentamente, mientras besaba su mandíbula, sus manos apretaban con fuerza su garganta.

El roce del musculoso abdomen del Córcega; le daba un sensacional masaje a su pene erecto, que golpeaba de manera errática su vientre, dejando gotas de presemen y siguiendo el ritmo de las cada vez más fuertes embestidas de Ari. - Es una verdadera lástima que no pueda preñarte por más leche que deje dentro de ti, nuestros bebés serian hermosos, con tu belleza, tu inteligencia y tu cuerpo. Te amo tanto Temo, mi maravilloso esposo. - Quiso reírse, pero un empujón de su marido dio directo en su próstata, haciéndolo ver estrellas por el placer.

¡Te Amo Piojoso! *Wattys2019*Where stories live. Discover now