N° 36 Vernice, Verona

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-No -dijo Rosallie frunciendo el ceño-, ¿Y qué te dijo?

-Que aun gustaba de mí y quería que te dejara para estar con ella.

Silencio.

Rosallie guardó silencio y no pudo tomar la camiseta de la impresión. Sus pupilas se volvían diminutas y su piel comenzaba a palidecer.

- ¿Y... que le dijiste? -Preguntó Rosallie tartamudeando.

-Que te amaba.

Rosallie respiró hondo y liberó el aire. Estaba tan asustada.

-Estoy preocupada por ella -dijo Rosallie colocándose la camiseta-. Veliz murió y pronto será su turno.

-Sí, lo sé -dijo Andy con una mueca de desconsuelo-, pero no podemos cambiar el curso de un destino. Es como cambiar el sentido del aire.

-Sí. -Dijo Rosallie y se acercó a Andy sentándose a su lado.

Andy tomó el rostro de Rosallie en sus manos apartando un mechón de cabello. Su mirada revelaba más que ternura, aprecio.

-Te amo. - dijo Andy en un murmullo.

-Dieciséis.

Andy la acercó esta vez y la besó.

***

Más tarde, después de esa hermosa tarde, Rosallie había recibido una llamada, sin ver la identificación decidió contestar. Yacía en su cama sola observando la ventana viendo como el sol huía de ella.

- ¿Sí? -Preguntó Rosallie.

-Rosallie -dijo Verona con optimismo en su voz-, soy Verona.

-Lo sé. -Dijo Rosallie con una sonrisa y se sentó apartando su melena de su rostro.

-Oye -dijo Verona y su voz se llenó de melancolía-, no tengo mucho tiempo ya y quería gastar mi tiempo contigo y quería saber si querías venir a casa de Andy.

-Sí, por su puesto. -Dijo Rosallie observando el ocaso.

-De acuerdo, gracias. -Dijo Verona y colgó.

Rosallie se apresuró y cambió sus prendas a unas más aceptables. Un short de corte alto era lo más aceptable para estas primaveras, al igual que una camisa de manga larga con unas botas negras. Caminó por los senderos desolados de las calles de Seattle. Había algo oscuro en el ambiente, la luna no se encontraba en la cima y las estrellas no iluminaban con la intensidad de otras noches.

Rosallie tocó la puerta y para su sorpresa Verona se hallaba detrás de ella. Su sonrisa era grande llena de positividad, Rosallie estaba confundida. Si ella supiera que la muerte estaba en camino no tuviera esa sonrisa en su rostro.

-Hola, Verona. -Dijo Rosallie con una sonrisa.

-Hola, Rossi -le dijo ella-. Ven, vamos.

Rosallie entró a la casa. Las luces se encontraban apagadas y no podía reconocer la mitad de los utensilios. Verona cerró la puerta de la entrada y tomó la muñeca de Rosallie guiándola hasta el segundo piso. Rosallie intentaba no tropezarse con los peldaños.

Un sentimiento le hizo pensar a Rosallie que algo andaba mal con respecto a su actitud. Primero se había confesado con Andy y quería estar con ella por última vez. Todos esto no tenía sentido.

Verona abrió la puerta de su habitación y Rosallie entró con recelo. Verona cerró la puerta y le colocó seguro. La oscuridad era más intensa en la habitación de Verona y sólo brillaba el foco de las calles de enfrente.

- ¿Verona, podrías encender la luz? -Dijo Rosallie y giró.

Sabía que algo andaba mal. Verona estaba en medio de la puerta bloqueándola con algo en su mano, algo metálico. Sus manos no temblaban al sostenerla, estaba decidida a usarla. Su mirada era inescrutable. Era un arma.

-Verona -dijo Rosallie en un susurro. Estaba totalmente impactada-, baja el arma, por favor.

-Te odio -dijo Verona y un camino de lágrimas comenzó a marcar en su mejilla-, me arrebataste a mi primer am0r. Andy me amaba y yo a él.

-Verona -dijo Rosallie tratando de calmarla. La adrenalina estaba al tope-, Andy no te ama.

- ¡Mientes! -Gritó Verona-, te hubieras quedado en prisión y nada de esto hubiera pasado. Yo estaría con Andy y seríamos felices para siempre. ¿Por qué no puedes dejar de cagarlas?

No lo sé. Rosallie levantaba ambas manos para que supiera que no pensaba lastimarla. Verona comenzaba a temblar y la pistola comenzaba a sacudirse.

-Verona, no sabes lo que haces. Te dejaste cegar por la envidia, hay muchas personas en el mundo, no necesariamente tienes que encerrarte en una sola persona.

- ¡Cállate! -gritó Verona. Rosallie supo que por sus estruendosos alaridos no había nadie en el hogar-. Kristen dijo que una iba a sobrevivir y si logro adivinar eres tú.

-Verona -dijo Rosallie y sentía como un nudo se formaba en su garganta-, soy una persona como tú y yo también cometí errores. Kristen también me quiere muerta como a cualquiera quien le hizo daño.

-Pero tú no la heriste del modo que yo lo hice.

-Salió lastimada de todos modos.

-Si disparo todo esto acabará -dijo Verona manteniendo la punta de la pistola rígida. Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras las lágrimas seguían escurriéndose-, yo estaré con Andy para siempre y me darás tu inmortalidad. Viviré hasta tener hijos de Andy y una vida, mientras tú morirás y saborearas el sabor del cielo.

Rosallie lo sabía, Verona había perdido la cabeza. Estaba loca.

- ¿Y qué tal si la inmortal eres tú? -dijo Rosallie tratando de ganar más tiempo rogando porque Kristen apareciera y la tomara como lo había hecho con Nicieza-, y por matarme tomas mi alma y mueres el siguiente día, o si Andy es el elegido. Él no estudia con nosotros y puede que Kristen hubiera jugado con nosotras todo el tiempo.

¿Y si tenía razón? Kristen había jugado todo este tiempo. Podía que Verona fuera la elegida pero era imposible, había asesinado a su madre, pero Andy. Eso tenía más sentido. Podía ser Andy el elegido. Verona bajó el arma lentamente.

Rosallie bajó ambos brazos de la misma manera y relajó los músculos. Verona desvió la mirada y vio la fotografía donde estaban Rosallie y Andy con una sonrisa en sus rostros disfrutando del uno al otro.

Verona despertó. Levantó el arma nuevamente y apuntó en la cabeza de Rosallie.

-No puedes jugar conmigo -dijo Verona con las lágrimas en sus mejillas-, yo quiero jugar contigo.

-Escúchame -dijo Rosallie observando a Verona a los ojos con compasión-, aunque quisiera terminar con Andy él no dejaría que tú fueras su novia. El ama a alguien más.

Rosallie no se atrevía a decir su nombre entre la palabra "amar".

-Quiero vivir. -Dijo Verona en un susurró casi inaudible.

Verona cargó el arma con solo levantar el pulgar. Rosallie sentía que era su fin, no vivió para contar o para despedirse de sus seres amados. Adiós.

¡Bang! ¡Bang!

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Holaaaa!!! OH DIOS! Este fue el capítulo que ame hacer *-* Dos disparos. Siento que me van a odiar cuando lo lean xd. Gracias todos por todo. Aún no es el final, faltan dos capítulos. Y quería agradecerles por todo lo que hacen :') Me hacen llorar. Hicieron tanto, con solo darle al corazonsito y comentar hacen que la inspiración fluya en mí y no se que haría sin ustedes. Ya no se que decir o hacer sin ustedes :'D

La Clase 09 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora