N° 28 Romero, Rosmaurys

15.9K 811 329
                                    

Las piernas de Rosallie y Andy parecían nudos mal amarrados debajo de la sabana de cuadros, sólo los pies estaban descubiertos por la gran manta. Ambos cuerpos desnudos estaban siendo cubiertos por solo una capa de sabana. La cabeza de Rosallie descansaba en el pecho agitado de Andy mientras él observaba el techo.

Rosallie no podía creer lo que había hecho. Esta no era ella. Ella era una chica reservada y no podía creer que había hecho tan apasionado y tan sucio en su propia casa, en su propio techo, con el chico que alguna vez odio.

Todo ese odio se había esfumado como el aire sucio se esparcía al abrir una ventana. Todo se había ido. Rosallie sentía como toda su anatomía estaba siendo tocada por Andy y no sentía vergüenza. Estaba esperando este momento por años, perder su inocencia por él era un sueño. Un sueño realizado, justo como lo esperaba.

— ¿Por qué no me dijiste que era tu primera vez? —Dijo Andy entre jadeos y no sonaba enojado, sino divertido.

— ¿Por qué habría de hacerlo? —Preguntó Rosallie con una media sonrisa e inclinó su cabeza para poder ver los ojos de Andy.

Ambos se observaron por unos segundos. Sus ojos oscuros eran la única claridad en la habitación, se había puesto la luna y ninguno se enteró. Eran dos faros brillando a través de una noche de insomnio. La dulce disposición de Andy y la amplia mirada fija de Rosallie hablaban. El tiempo no pasará volando, es como si se hubiese paralizado por sí solo.

—Te amo, Rosallie. —Dijo Andy en un susurro.

Rosallie se quedó anonadada. Este amor era traicionero, este camino era peligroso, y le gustaba. Su nombre le hizo eco en su mente.

—Yo también te amo. —Dijo Rosallie.

Una planta que se hallaba en la orilla de la mesa del computador de Rosallie cayó en el suelo. El sonido de la cerámica partiéndose era como un despertador de sus mutuos ensueños. Las luces del monitor comenzaban a parpadear y ambos se sentaron en la cama, Rosallie cubriendo sus pechos con la sabana observando la oscura habitación tratando de encontrar una silueta.

Andy sintió la mano de Rosallie tomando sus dedos. Su mano estaba helada que incluso Andy comenzó a sentir frio.

—Rosallie estás helada. —Dijo Andy.

— ¿Qué?

Andy observó como las dos manos de Rosallie estaban ocupadas sosteniendo la tela cubriendo sus partes privadas. Andy sentía como cada vello de su cuerpo se alzaba. Soltó esa mano misteriosa seguida de un grito y las luces iluminaron el lugar y la pantalla se apagó por completo. Todo había vuelto a la normalidad.

Algo le desconcertó a ambos. La puerta estaba manchada con sangre con la oración marcada en mayúscula. “¿Ya te olvidaste de mí?”. Quizás lo de ellos fue una obra maestra hasta que la destruyeron todo con unas garras llenas de suciedad y con el nombre de Kristen escrito por todas partes.

 ***

Verona se encontraba en su habitación leyendo el diario de Kristen en su cama. Estaba boca abajo apoyándose con sus codos para poder leer las escrituras. La letra de Kristen era oscura y ondulada, difícil de descifrar pero ya era algo normal para Verona, el leer mucho.

Había descubierto tanto en ese libro. Había descubierto la muerte de Laura en la página que estaba leyendo ahora.

Querido diario, hoy iba camino a la escuela caminando porque mi padre se reusaba a llevarme y mi madre debe de estar trabajando. En el camino me encontré con Laura persiguiéndome junto con otras chicas, creo que estaban Rosmaurys y Oriana Sierra. Las tres me gritaban cosas a mis espaldas. Escuche a Laura gritarme “Estoy harta de todas esas putas respirando mi oxígeno”. Me acorralaron contra una verja haciendo que las puyas se enterraran en mi piel aunque creo que no lo sabían. Me arrebataron todo lo que tenía en mi mochila y reprobé en las materias del día porque todo mi trabajo se lo llevaron ellas. Soy como un pedazo de papel roto tirado por ahí.

La Clase 09 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora