—Liam James Payne, reportate con el sargento Malik. Eres su nuevo artillero.

Liam estaba aturdido. —¿Quien es el sargento Malik?

—División 3.

Liam asintió. Tomó una gran bocanada de aire y tomó su mochila equipada. Corrió hasta un tanque de guerra y divisó al que parecía ser el sargento Malik.

—¡Sargento Malik!

El hombre volteó a verle sin decir nada. Liam podría decir que aquel hombre tenía una mirada intimidante, sus ojos cafés contrastaban perfectamente con su cabello azabache y su piel semidorada. —¿Qué quieres?

—Soy su nuevo artillero.

El hombre lo estudio detenidamente por un largo momento antes de negar. —No. —Zayn trató de caminar nuevamente.

—Lo soy, me dijeron que me reportará con usted.

—Escucha niño, vuelve de donde viniste y deja trabajar a los hombres.

—¡Eso quisiera yo! Pero me reclutaron hace diez semanas y sólo sigo órdenes.

—Debe ser una broma. Se supone que sabes cómo manejar un arma, muestrame. —Malik le tendió su arma y Liam la tomó con temor. Trató de no parecer un idiota, pero la realidad era que en todo este tiempo no había tocado un arma, ni cuando practicaba la puntería. —Dale a esa botella. —Señaló por detrás de su hombro a una distancia de ocho metros.

Liam sólo apuntó y jaló el gatillo. Nada. Frunció el ceño y miró el arma.

—Niño, tienes siempre que revisar que el arma esté cargada. Mis hombres y yo en algún momento podríamos estar en tus manos.

[...]

Liam se estremeció con el toque suave entre sus omóplatos y gimió fuerte cuando una última fuerte estocada lo hizo correrse. Liam cayó rendido en la cama, trató de calmar su respiración y se levantó. Una mano le impido ir fuera de la cama por completo.

—¿A dónde vas?

—Voy a limpiarme. Me daré una ducha.

—Voy contigo.

—Preferiría ir solo esta vez. —Liam se soltó del agarré y fue directo al baño.

Tras cerrar la puerta se dejó caer por ella. —Sal de mi cabeza. Él no siente nada por ti, es sólo sexo. —Frotó ambas manos por su cabello y se levantó a encender la ducha. Bajo la lluvia de agua caliente se dejó ahí un momento antes de realmente limpiarse. Cerró sus ojos tratando de disfrutar el agua cayendo por todo su cuerpo. No en todos los lugares de Inglaterra había agua caliente y cuando la había era una bendición.

Liam de pronto sintió unas manos deslizarse por su vientre y un pecho presionando su espalda. —No dije que podías irte de la cama. Aún en esos momentos y ahora sigo siendo tu sargento.

—Lo-lo siento.

—Debes dejar de pedir perdón. Se firme siempre con tus actos si son lo que quieres. Incluso si traen malas consecuencias, incluso si se trata de enfrentarme.

Liam sólo pudo asentir con la cabeza mientras una mano se apoderaba con firmeza de su miembro. Suspiró y movió la cabeza a un lado, dando libre espacio en su cuello.

No podía asimilar aún como terminó en esta situación, como fue que el Sargento Malik terminó jodiendolo.
Esto había comenzado un par de semanas atrás cuando lo sorprendió haciéndose una paja en la oscuridad del bosque donde se refugiaban. Liam no podía engañarse y menos al bulto que crecía en sus pantalones. El Sargento Malik lo vio observándolo y en lugar de inmutarse aumentó la velocidad de su mano.

One Shots [ZIAM] ZTWhere stories live. Discover now