Capítulo 2

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Los tres oficiales se encontraban en la central de cámaras, bajaron del auto mientras Yoongi se introducía en el local con caminar altanero. La puerta al abrirse llamó la atención del empleado gracias a que el ensordecedor silencio, únicamente opacado por una radio que reproducía música de cuando los padres de Yoongi aún estaban en sus buenas, que fue opacado por el incómodo sonido citadino del afuera. El trío se detuvo frente al mostrador, dónde el empleado de edad algo avanzada miraba curioso a los tres jóvenes al otro lado del mostrador.

—¿Puedo ayudarlos, caballeros? —Preguntó el empleado con una sonrisa cálida, pero Yoongi se mantuvo, lo que él llamaba, profesional.

—Somos agentes de la CIA. —Yoongi mostró su placa de manera rápida, no tenía todo el día y Hope seguro hacía de las suyas en ese momento. —Necesitamos las grabaciones de la calle de Insa-dong de toda esta semana, 11 pm.

El hombre asombrado y nervioso por tener agentes de la mismísima CIA en el lugar, se levantó dispuesto a obedecer. Encaminó a los tres hombres a la sala donde eran guardadas las grabaciones en anticuadas cintas de VHS y buscó las grabaciones pedidas.

—Hyung, si no vemos la matrícula en las grabaciones... ¿Irá a patrullar usted solo? —Preguntó Namjoon con preocupación.

—No, tendré varios refuerzos conmigo para que no se me escape. —Relamió sus labios emocionados al pensar en poner a ese bastardo tras las rejas.

—Aquí están, agente. —El empleado aún nervioso entregó las cintas a Jin, quién con una cortés reverencia agradeció su ayuda.

—Gracias, señor. A contribuido mucho a una severa investigación. Se le pedirá total confidencialidad con esto, sabremos si más de lo que queremos fue dispersado. —Habló Yoongi con esa voz ronca que ponía de rodillas a cualquiera que tuviese el don de escuchar, el señor tragó saliva y asintió viendo a los tres hombres abandonar el local.

—Cielos, Yoongi. Pobre hombre. —Rio Jin en el asiento trasero. —¿No puedes dejar de vivir en una película de James Bond por un día?

—Soy un hombre profesional Jin, es necesario el temperamento. —Respondió Min fijo en la carretera frente a él, maniobrando el volante con gracia.

Namjoon rodó los ojos y sonrió viendo hacia la ventana, Jin miró a Namjoon carcajeándose suavemente y Yoongi mantuvo su semblante serio. Ya de regreso en la base, colocaron la cinta en un reproductor, en la parte superior de la pantalla se veía la fecha y la hora de la grabación, aunque la cinta lo tenía escrito pobremente en una hoja de papel pegada a esta. Yoongi observaba fijamente la pantalla con miedo a perder el más insignificante detalle, aunque sea una microscópica bacteria moviéndose sagaz y sospechosa sobre el asfalto.

Su cuerpo se sacudió al ver el movimiento de una camioneta negra en la calle, con sus luces estratégicamente apagadas seguramente para no ser vista en la penumbrosa noche.

—¡Ahí! —Señalo Yoongi la pantalla, Jin y Nam se inclinaron asombrados hacia la pantalla. La palma de Yoongi picó en ansia, se sentía cada vez más cerca de su cometido y ahora que estaba aquí, no iba a retroceder. —No se ve la matrícula, dame otra cinta. —Extendió su mano y Namjoon le ofreció la siguiente cinta. Y así fue con la siguiente, y la siguiente. Hasta que irremediablemente cada cinta fue utilizada. Veían como la camioneta introducía personas a su interior aún con la ardua pelea dada por las víctimas.

—El auto no tiene matrícula ¿Vio hyung? —Namjoon acarició su barbilla. Yoongi se alborotó sus oscuros cabellos ahora frustrado.

—La camioneta ni siquiera tiene una secuencia o un patrón por el cuál conduce. Maldita sea. —Suspiró el de tez pálida.

—¿Entonces, supongo que harás el patrullaje? —Jin colocó sus manos sobre su estrecha cintura alzando una de sus bien delineadas cejas hacia Yoongi.

—Claro que lo haré. Namjoon informa a algunos oficiales para que me apoyen en la misión, mientras más mejor. —El mencionado asintió caminando a otra parte de la base.

Jin sonrió. —Buena suerte con tu misión, iré a encargarme de un papeleo. Me mantuviste ocupado.

Yoongi rio.

—Lo siento, anda ve.

Jin abandonó la habitación dejando a Yoongi jugando con un lapicero entre sus manos, no iba a dejar escapar a Hope aunque muera.

Jin abandonó la habitación dejando a Yoongi jugando con un lapicero entre sus manos, no iba a dejar escapar a Hope aunque muera

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El café caliente se deslizó por su garganta, pacientemente aguardaba por movimiento en la desolada calle. Era la hora en la que la camioneta hacía aparición diaria, en la misma calle dónde realizaba su labor atroz.

Varios otros oficiales vigilaban por otras zonas de aquella calle, lo atraparían, aunque sea metiéndose entre sus axilas. Las horas pasaban, y el único movimiento que había era el viento sacudiendo las hojas de un verdoso sucio por la oscuridad, y una mosca intrusa en su camioneta que de vez en cuando trataba de aplastar para que deje de estorbar.

Sus ojos empezaban a cerrarse y su cabeza a pesarle de forma incómoda, no había tomado sus siestas de belleza por varios días, todo por culpa de cierto hijo de puta. Se desesperaba y finalmente dieron la media noche, la camioneta nunca apareció ni a las una.

—Joder, justo cuando decido patrullar no aparece la maldita camioneta. —Gruñó y pasó sus manos por su somnoliento rostro. Era raro, que ahora que armaba un plan de patrullaje la camioneta no pasara. Como si supiera que le estarían esperando. Quiso llamar a sus dos amigos, pero sabía que a esa hora estaban sumidos en sueño y sumergidos entre sus sábanas. Una tentación recorrió su cuerpo y quiso dormir con urgencia. Contactó con los oficiales finalizando el patrullaje y ordenándoles ir a casa, agradeciendo su servicio.

Luego de dejar las camionetas en la base, Yoongi subió a su auto y condujo a casa. Sentía que todo lo que había avanzado lo había retrocedido irremediablemente. Pero estaba dispuesto a encarcelarlo.

Cynical [HopeGa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora