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Rojo.
Color de la pasión, la lujuria, la valentía, el amor, San Valentín, los besos y la sangre.
Rojo.
Hoy era rojo.
El espejo frente a mí demostraba perfectamente mis suposiciones. Hoy era un día de rojo, pues me había levantado y simplemente lo supe. Quizás fue el borroso sueño que había tenido la noche anterior, y que cuando desperté se quedó plasmado en el reverso de mi mente.
Se trataba de una sucesión de escenas difusas y enredadas, pero lo único que estaba claro era que su estrella principal era aquel chico de la uñeta azul. Creo que sucedía en un concierto bastante privado, porque el escenario se veía improvisado y descuidado. El chico se encontraba tocando la guitarra y cantando, mientras su cabello era una nube en contraste con las luces purpúreas.
Ahora que lo analizo es un sueño bastante nítido.
Reaccioné luego de varios minutos pensándolo y corrí a buscar el cuaderno que escondía bajo el colchón de mi cama. Lo saqué, tomé un lápiz cualquiera y comencé a anotar el sueño antes de que se esfumara de mi mente como el perfume de una rosa.
Qué poético.
Cuando terminé de anotar, observé la caligrafía torcida y rara que mi mano había producido. Una profunda sensación de vacío se instaló en mi pecho, y casi tuve ganas de llorar. El sueño me había hecho sentir inmensamente emocionada y feliz, pues su perfil y la manera en la que se movía eran muy reales. Además el escenario estaba decorado con iluminación púrpura, una excelente elección para la ocasión.
