Érase Una Vez

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Disclaimer: Natasha Romanoff, Steve Rogers y los Vengadores son de Marvel y no me pertenecen. Solo me pertenece la historia y los personajes que no reconozcan. Esto es solo escritura por diversión.

Abrió los ojos levemente desorientada, no sabía dónde estaba. Se puso en pie rápidamente, en posición de defensa y lista para atacar, sin embargo lo que vió la sorprendió. Era una casa pequeña a las afueras de una ciudad tan extraña para ella como conocida, rodeada de jardines y con un pequeño columpio colgado de un árbol. Curiosa, Natasha Romanoff avanzó hacia la casa, no podía explicar muy bien la sensación pero algo le decía que avanzara, que ese era un lugar seguro, donde todo estaría bien.

Natasha no recordaba la sensación de seguridad. Desde el primer momento que pisó la sala roja, siendo apenas una niña supo que su vida estaría siempre en peligro. Los años dentro del estricto programa que la formó como la Viuda Negra le enseñaron que confiar, amar o sentir protección eran solo sentimientos permitidos para los niños. Y ella nunca tuvo el derecho de ser niña.

Sentir un lugar seguro era algo que la tomó por sorpresa y la hizo detenerse abruptamente cuando avanzaba a la casa. Sus sentidos se agudizaron sabiendo que podía ser una trampa, especialmente cuando no tenía la menor idea de cómo había llegado a ese lugar. Al tocar sus muñequeras para cargarlas palideció. No las tenía puestas. Al bajar la mirada notó que no estaba usando su uniforme, usaba un vestido blanco de tela delicada y su cabello estaba más largo de lo normal, sus naturales ondas rojas sueltas volando por todos lados debido al aire.

Sea lo que fuese que estaba ocurriendo, no pintaba para ser nada bueno. Escuchó ruidos dentro de la casa y se apresuró a esconderse detrás de uno de los árboles que rodeaban, procurando hacerse lo más pequeña posible para descubrir que misterio rodeaba ese lugar y más importante, como salir de allí. Mientras buscaba rutas de escape, vio a una mujer salir de la casa.

Era una mujer aún joven, con el cabello negro como la noche, el cual caía en definidas ondas enmarcando su cara y sus hermosos ojos verde jade. Miraba a todos lados buscando a alguien y Natasha reprimió todos sus instintos de acercarse a ella mientras se mantenía en su escondite.

- кукла, ¿estás allí? - era esa una voz tan cansada y triste, parecía que hubiera repetido esa pregunta una infinidad de veces, sin respuesta...

Contra todas sus enseñanzas, Natasha salió de su escondite, algo en la voz de esa mujer la urgía a responder al llamado, a ayudar a buscar a quien fuera que estaba buscando, a sanar su dolor de alguna manera.

- No soy кукла, pero puedo ayudarle a buscar - susurró, sintiéndose sumamente vulnerable sin su uniforme y sus armas, pues revisando previamente, había descubierto mortificada que estaba completamente desarmada.

La mujer se sobresaltó al escuchar su voz, volteando para encontrarse frente a frente con Natasha.

- Боже мой - murmuró aquella mujer al verla. - кукла, eres tú - dijo con los ojos llenos de lágrimas.

- Disculpe señora, pero creo que me confunde con alguien más - susurró Natasha con las mejillas enrojecidas.

- No podría confundir a mi hija - dijo la mujer con voz resulta, mientras tomaba el rostro de la joven entre sus manos - Eres tú, eres mi Natalia -.

Natasha estaba estupefacta, no existía mucha gente en el mundo que conociera su nombre real y definitivamente ninguna lo había pronunciado con tanto amor y devoción con la mujer que estaba frente a ella.

La morena se dedicaba a observa a la pelirroja cómo si quisiera memorizar las facciones de la mujer frente a ella y ponerlas en el lugar de la niña que había perdido hacia tanto tiempo. Frunciendo el ceño cómo recordando algo, soltó el rostro de Natasha y se giró hacia la casa.

ASSEMBLE || AvengersWhere stories live. Discover now