Anne (Parte 4)

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Disclaimer: Los Vengadores no me pertenecen, solo la historia y los personajes que no reconozcan. 

NOTA: Negritas en ruso. 

Inicialmente, la Viuda Negra pensaba que aquella misión sería lo más aburrido que habría hecho desde que se unió a la iniciativa Vengadores pero estaba equivocada. Mavie Aslan había comprobado ser todo un reto para la espía, quien se encontró disfrutando los momentos que pasaba con la niña.

—¿Te gusta la historia, Mavie? ¿O prefieres estudiar matemáticas?

Mavie miró a la espía con interés, parecía que esos ojos analizaban con detenimiento a la rusa, ella sentía que estaba haciendo mal las cosas. La niña no podía quedar en ese lugar, su padree estaba haciendo mal pero no tenía más familia. Un escalofrío la recorrió al pensar en lo que pasaría con ella.

—No me gusta ninguna, señora Rushman—dijo con timidez, como si esperara recibir una reprimenda por ello—pero soy buena en las matemáticas, así que prefiero continuar con eso.

—Te he dicho que no me llames, señora—dijo al espía—¿Por qué no me dices Nat?

—Me ha dicho que siempre debo respetar a los mayores.

Con esto, volvió la vista al cuaderno donde escribía complejas operaciones matemáticas. Eso era lo único en lo que la espía no podía quejarse, la niña recibía educación de calidad, quizá un poco avanzada para su edad; pero ella era capaz de resolverlo.

—¡El señor Aslan ha llegado!—apresuró Eylem—¡Tienes que bajar a recibir a tu padre! ¡Avanza, Mavie! ¡No te quedes pasmada!

La espía apretó los puños, pero no le quedó otro remedio mas que seguirlas. Desde la escalera de la mansión observó como el padre intentaba abrazar a la hija, pero Mavie se escurrió de sus brazos, chillando.

—Ya, ya, niña—Aslan le apretó el brazo con fuerza para que se callara—Veamos que modales te ha enseñado la señora Rushman—La pelirroja contuvo una mueca de asco ante la forma predatoria en la que aquel hombre la miraba; algo en ella le decía que las institutrices contratadas para su hija eran con el fin de satisfacer otra cosa. Tal vez, Steve terminaría teniendo razón peo ella se negaba a hacerlo—Ven a darme un abrazo, Mavie—continuó el padre–¡Agradece tus regalos!

Mavie chilló de nuevo, molesta, antes de correr y abraza a la Viuda Negra.

—¡No quiero!

Natasha podía ver el cambio en el rostro de Serkan; no estaba nada contento con la forma en que se había estrechado la relación entre ella y Mavie. Cada vez que la niña aumentaba el contacto con la Viuda Nega, su padre enfurecía. Por su parte, la pequeña solamente se aferraba a la pelirroja con fuerza, había conseguido saltar y enterrar sus talones en la espalda de Natasha.

—¡HAKAN!—ordenó el padre—¡Trae a Mavie aquí! ¡Es hora de darle una lección!

La Viuda Negra apenas pudo reaccionar, cuando el cochero le quitó a Mavie de los brazos.

—Pero...

—¡A su habitación, señora Rushman! ¡Voy a darle una lección a mi hija!

No podía hacer nada semás que obedecer, porque si reaccionaba de manera diferente se encontraría comprometiendo la misión. Apretó los puños y dio la vuelta, no odiaba nada tanto como quedarse indiferente ante una injusticia. Cerró la puerta de su habitación, pensando que era lo que podría hacer para sacar a Mavie de ese lugar.

—No puedes hacerlo, Natalia—se dejó caer en la cama—Es su padre y es su deber educar a su hija. Quizá es por eso que es así.

Se mordió los labios, a pesar de que intentaba concentrarse en continuar con el proceso de infiltrarse en los negocios de Aslan, no podía dejar de pensar en el perro que salía de los ojos de la niña. Por eso, se sorprendió al darse cuenta que no había ni un solo ruido en la casa; casi parecía que se habían ido. Con cuidado, al comprobar que habían pasado algo más de dos horas, revisó que la puerta estuviera abierta y decidió salir.

ASSEMBLE || AvengersWhere stories live. Discover now