DRAGONFIRE ━ rhaegar targaryen.

06. ━ They were meant to burn together.

06 | ESTABAN HECHOS PARA ARDER JUNTOS.

King's landing, 277 d.C.

Vaelys estaba asustada. Mantuvo el rostro sereno, negándose a mostrar su verdadero sentir, como la orgullosa princesa que era. Sin embargo, Rhaella no era cualquier persona, era su madre, y la conocía lo suficiente para notar la falsa fachada. No era capaz de ignorar los ojos violetas de su hija, que a gritos le pedían ayuda. Tomó las manos de la joven entre las suyas, en un gesto maternal y le dio una sonrisa de comprensión.

Vaelys suspiró, rechazando el toque—. Lady madre, no veo relevante esta conversación. La Septa ya me ha explicado cuál es única mi función y deber en el día del casamiento.

La reina dragón parpadeó, todavía sorprendida por el arrebato de su hija. Pero ésta no había querido parecer brusca con su amada madre, sólo estaba tensa. Su padre no había dejado de recordarle constantemente la promesa que indirectamente hizo.

A la mañana siguiente, Vaelys Targaryen se convertiría oficialmente en la esposa del príncipe Rhaegar. Lo que significaba que debía cumplir su palabra.

—Mi dulce niña, no tienes por qué temer.— respondió la mujer con una mueca—. Yo, más que otra persona, comprendo tu situación. Estaba igual de asustada que tú el día de mi matrimonio con tu padre. No debes preocuparte ni temer, tu hermano será amable.— por un instante, Vaelys quiso disculparse por su actitud. Lo que estaba sintiendo era nada comparado con lo que su madre había soportado tantos años casada con un ser despreciable—. Él te ama mucho.

Vaelys sonrió sin gracia. Sí, era su hermana y debido a ese amor fraternal la cuidaría. Pero ella no deseaba ese amor, para eso tenía a Viserys. Su codicia la hacía querer que su hermano mayor la quisiera de otra forma. Igual que el heredero de Winterfell lo había hecho.

—Pero no de la manera en la que Brandon me amaba.— susurró. Cuando se dio cuenta de sus palabras, ya era tarde y su madre la miraba con pena. Y no existía algo que detestara tanto como eso; se supone que era un dragón y los dragones generaban respeto o miedo, pero jamás lástima. Eso es lo que su padre decía siempre.

Rhaella dudó un momento antes de tomar la palabra.

—Una vez te dije que valías tanto para que una guerra se desatara en tu nombre, ¿lo recuerdas?— la princesa recordaba ese día, fue la primera vez que los ojos de Brandon vinieron a su memoria luego de mucho tiempo—. El chico Stark fue tu primer amor, y aunque jamás vas a olvidarlo, debes aprender a dejarlo ir. Ambos deben seguir con las vidas que les tocó vivir y estar con las personas elegidas para pasar toda la vida junto a ustedes hasta el día de su muerte.— Rhaella sonrió con tristeza—. En otras circunstancias, podrían haber sido felices, pero no en estas: Brandon Stark es el heredero de Winterfell y tú eres la próxima reina consorte de Westeros.— el tono de la reina continuaba siendo suave, a pesar de las duras y necesarias palabras. Una madre regañando a su hija, pero sin quitarle el lado comprensivo—. No tienes que sufrir por un recuerdo, mi amor más querido. Mereces a alguien que te ame con cada latido de su corazón.— su voz bajo, al punto de ser un susurro—. Rhaegar siempre ha sido tu destino.