𝐃𝐑𝐀𝐆𝐎𝐍𝐅𝐈𝐑𝐄 │❛¿Alguna vez has intentado enfadar a un dragón? Son capaces de reducirte a cenizas con su fuego.❜
❛ 𝗧𝗛𝗘 𝗙𝗔𝗟𝗟𝗘𝗡 𝗟𝗘𝗚𝗘𝗡𝗗𝗦 𝗨𝗡𝗜𝗩𝗘𝗥𝗦𝗘. ❜
✧ A Song of Ice and Fire Fanfiction.
━ Rhaegar Targaryen x Fem! OC.
✧ R...
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05 | LA LOCURA TARGARYEN.
King's landing, 277 d.C.
Los nudillos del príncipe Rhaegar golpetearon la puerta, pronto comenzaría la ejecución de la esposa extranjera de lord Denys Darklyn y estaba obligado a asistir, al igual que su prometida. Esperó unos segundos a obtener el permiso para ingresar a las habitaciones de Vaelys y al no recibir respuesta frunció el ceño un tanto preocupado e ingresó.
Al ver que su hermana se encontraba bien la expresión en su atractivo rostro se relajó, por desgracia cometió una grosería y por respeto apartó la mirada de inmediato, escuchando a las doncellas jadear sorprendidas. O lo hizo hasta que la suave risa de la princesa capturó su atención de nuevo, estaba mirándolo con una sonrisa socarrona. Las jovencitas que ayudaban a Vaelys terminaron de atar el corsé del vestido y se retiraron con una reverencia.
—Me disculpo por entrar de esa manera, pensé que...— la platinada levantó una mano, silenciando su disculpa.
El joven se permitió deleitarse con la vista que atestiguaba. La princesa portaba un vestido blanco con el dragón tricéfalo bordado en la falda, dos mechones de su largo cabello habían sido atados en la parte de atrás para despejar su rostro y el resto de los caireles plateados caían sobre los hombros, el escote dejaba ver el inicio de sus senos. No llegaba a rozar lo vulgar pero Rhaegar pensó en quitarse su capa y cubrir a Vaelys con ella.
Por sí sola, la princesa ya robaba suspiros a los hombres con su belleza, pues había dejado de ser una niña desde hacía tiempo y se convirtió en una hermosa doncella. Él mismo podía darse cuenta de eso, no era ciego. A veces se cuestionaba si ella era tan hermosa como la reina Rhaenys lo fue. Temía que si alguien la veía, luciendo tan mágica como en ese momento, –aun si no era partidario de las batallas– tendría que recurrir a su espada para apartar a todo aquel que intentara alejarla de su lado.
Su señora madre tenía razón, Vaelys Targaryen poseía una hermosura irreal que cualquier hombre querría custodiar. Una guerra podría librarse en su nombre si ella así lo quisiera. Por fortuna, los Dioses habían bendecido a su hermana al darle sabiduría, por lo que era diferente a la princesa Viserra, una de las infames hijas atrevidas del Viejo Rey, quien se decía que se aprovechaba de su belleza para enfrentar a jóvenes entre sí.
De cualquier forma, cuando ella estaba con él, sonriéndole sólo podía pensar en lo agradecido que debía estar con los Dioses por permitirle que una mujer tan preciosa y encantadora iba a ser su esposa. No existía otra candidata más adecuada que ella para ser su futura reina y madre del Príncipe que fue prometido.
