Cielo de invierno - I

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Estabas sentada en una banca esperando. La nieve cubría todo a tu alrededor y los sonidos se hacían nulos, porque tu corazón nervioso los superaba. Miraste tus manos que estaban desnudas y suspiraste, habías olvidado agarrar tus guantes para cubrirte, pero eso no importaba pues podías ver como temblaban ansiosas. En ese momento una lata cálida cayó sobre tu mano derecha. 

Levantaste la vista y te encontraste con una figura alta y grande, podías apreciar sus ojos turquesas que te observaban detenidamente, era él, Sousuke. 

Él llevaba otra lata, que luego de verla de nuevo descubriste que era chocolate caliente, junto a su rostro mientras sonreía agradable. Te levantaste de tu lugar para poder comenzar a caminar.  

Iban juntos en el sendero blanco mientras la nieve –lentamente– seguía cubriendo todo a su paso; miraste el cielo y jugabas a encontrarle forma a las nubes grises, pero ninguno de tus comentarios tenía sentido y sólo provocabas que Sousuke se riera un poco de ti. Hiciste un mohín como una niña pequeña y rápidamente sonreíste. 
 

Continuaron caminando mientras observabas todos los colores que aún no estaban cubiertos de blanco, y en un momento Sousuke no parecía escucharte, pero no te diste cuenta. Él miró tu mano derecha e intentó tocarla en repetidas veces, sin embargo no lo conseguía, porque te movías demasiado y porque también le daba algo de vergüenza rozarte. 

Sus dedos grandes y ásperos se encontraron con los tuyos y sin importar ya más nada, tomó tu mano por completo, la tomó con la fuerza de su nerviosismo y con cuidado, como si fuera una ave herida. Sentiste la presión en tu mano y te volteaste a verla, viste como la sostenía en la suya y luego lo observaste a él. Tenía la mirada en otro lado pero podías contemplar sus orejas coloradas y eso logró avergonzarte a ti también. 

Bajaste la mirada con pudor y sentiste como los calores viajaban a tu rostro, pero apretaste un poco el agarre para que no pensara que te desagradaba. Volvieron a mirarse y sonrieron casi con normalidad, pues las mejillas de ambos seguían sonrosadas. 

Las pisadas se volvieron un poco más seguras ahora y la ciudad te pareció aún más bonita, y para no crear un ambiente incómodo para los dos, continuaste haciendo comentarios sin sentido. 
 

Se detuvieron por un momento... 
 

Delante de ustedes se encontraba una pareja joven discutiendo, ambos de cabello oscuro, ella llorando y gritándole a su chico, sentiste que se volvía difícil respirar y te costaba mantener tu ritmo cardíaco; el chico tomó a la joven jalándola del brazo y la besó tiernamente. 
 

Sousuke y tú se sonrojaron violentamente, pero fue él quien reaccionó primero y te tiró de la mano para seguir caminando. Aquél silencio que quisiste evitar ahora los envolvía, no sabías qué hacer. 

Se oyó a lo lejos una débil música que a medida que se acercaba se oía más fuerte; pasó un automóvil con esa misma canción que habían escuchado y a ti se te ocurrió una idea. 
 

Saltaste hacia delante y comenzaste a bailar obligándolo a que él también bailara, y lo hizo, te siguió el juego y ambos bailaron y rieron como dos niños por unos minutos, pero entonces tu pisada se volvió inestable y terminaste cayendo sobre la nieve. Él te miró preocupado y tú reíste haciéndole saber que estabas bien, entonces Sousuke te ofreció su mano para ayudarte y tú la tomaste.  

El jalón fue tan fuerte que de un sólo tirón ya te encontrabas de pie, pero había sido más que eso, con una mano te había jalado y la otra la acomodó en tu nuca para poder acercar sus rostros. 

 
 

Sus labios se encontraron pero a ti te pareció tan repentino que abriste los ojos con sorpresa, pero al sentir la calidez que te transmitía Sousuke sólo deseabas devolvérsela, cerraste los ojos y lo abrazaste colgando tus brazos en su cuello. 

A Sousuke le pareció que tus labios estaban fríos por un momento y se separaron cuando sintieron la nieve cayendo más fuerte sobre ustedes. Miraste el cielo algo decepcionada, había arruinado un lindo momento, volviste a verlo a él y te diste cuenta que estaba sonriendo satisfecho y comprendiste que ese era su primer beso juntos pero que no sería el último. 
 

Juntaron sus frentes y se contemplaron a los ojos, pudiste ver en los de Sousuke que todavía tenían mucho para compartir y eso te hizo sonreír una vez más. 

Yamazaki Sousuke x Lector [One-Shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora