Otome - VI

2.5K 211 56
                                    

Era viernes en la noche, ¡qué suerte! Hacía tanto tiempo que no te desvelabas en el computador. Estabas preparada para hacer una de las cosas que más te gustaban, jugar juegos otome.

Tenías bolsas de frituras y dos botellas de gaseosas listas, tus padres ya se habían ido a dormir y te habías encargado de bajar muchos juegos nuevos para probar.

Se sentaste en tu cómoda silla y colocaste tu mano en el mouse, mirabas la pantalla emocionada. El primer juego se trataba de estudiantes, tenías que ligar con alguno de ellos.

Éste era de estudiantes de secundaria, el senpai, el kouhai, tu compañero de clase o tu vecino. Sin darte cuenta terminaste yendo por el senpai. Éste era amable pero tenía una mirada que daba miedo por eso nadie se le acercaba, era atlético y en su equipo lo tenían como el mejor, pero era poco responsable y por eso no era el capitán.

Ya ibas casi al final de la ruta con el senpai que habías elegido, habían pasado varios años y tu personaje y el senpai ya estaban de novios, pudiste conseguir un "Happy Ending".

El siguiente era de una aventura, te encontrabas perdida en un bosque y un cazador muy alto andaba por ahí, te encontró inconsciente y te llevó a su casa. Allí, al despertar, te presentó a sus cuatro hermanos. Obviamente, tenías que decidir con quien los cinco quedarte.

La aventura no era lo tuyo, tenías que hacer muchas misiones y casi no avanzabas en tu relación con los cazadores, sólo habías conseguido un "Bad Ending", así que decidiste probar otro.

Abriste un juego que se trataba de príncipies, los había rubios de ojos claros, morenos de ojos mieles y un pelirrojo de ojos profundos. Ibas bastante bien, los príncipes eran lindos, tenían fuertes sentimientos por la protagonista y al final habías decidido ir por uno de los morenos. Ya ibas casi al final cuando el príncipe le preguntó a tu personaje:

"¿Podrías hacerme el favor de casarte conmigo?" Las respuestas eran claras, sí o no. Estabas a punto de cliquear en "sí", cuando recibiste un mensaje.

Extrañada miraste la hora en la pantalla del computador, ¿quien sería a las dos de la madrugada?

Tomaste tu teléfono que habías dejado en la cama y cuando viste la pantalla te sonrojaste.

"Yamazaki Sousuke"

Suspiraste tratando de calmar tu corazón y abriste el mensaje.

"Lo siento, me quedé dormido mientras hablábamos"

Sonreíste enternecida. Escribiste un mensaje y antes de terminarlo, llegó otro.

"Lo siento, parece que tú también estás dormida, o tal vez se te haya quedado sin batería el teléfono."

Enviaste el que ya habías escrito y te apresuraste a contestar el nuevo, y otra vez, antes de poder enviarlo, Sousuke ya había contestado el anterior.

"Ya veo, así que estabas en el computador, ¿y qué hacías?"

Escribiste que estabas tonteando, jugando juegos otome y lograste enviarlo antes de que llegara otro. Pero pasaron dos minutos y Sousuke ya no respondía...

Tres minutos.

Cinco minutos.

Diez...

"Llamada entrante Yamazaki Sousuke"

Te alteraste al ver su nombre en tu teléfono y saltaste asustada, tu celular resbaló de tu mano y casi se cae al suelo, hiciste malabares con él hasta poder sostenerlo y sin darte cuenta ya habías aceptado la llamada. Maldijiste que los celulares táctiles fueran tan sensibles.

Acercaste tu teléfono al oído pero no se escuchaba la voz de Sousuke.

—¿Sousuke-kun?—murmuraste con algo de miedo.

"¿E-Estás jugando juegos otome?", podías sentir la voz del joven muy tensa.

—¿Eh? Sí, lo hago todos los viernes—sonreíste divertida, aunque sabías que él no podía verte.

"Y-Ya veo...", sonaba nervioso, y con un aire de decepción.

—¿Pasa algo?—siempre eras muy tímida con él cuando se veían personalmente y aunque hablar por teléfono te daba mucha vergüenza, sin duda podías desenvolverte más.

"¿Es mi culpa, verdad?", dijo de repente, un poco exaltado. "¿Te forcé en algo? Si hice algo malo, me disculpo, así que no..."

—¿Eh? ¡No, qué dices! No has hecho nada—comenzabas a asustarte. ¿Estaba tratando de romper contigo?

"¿Entonces por qué tú...?, escuchabas atentamente, "¿Por qué juegas esas cosas? ¿No soy lo suficientemente bueno? ¿He sido muy cariñoso, o tal vez demasiado frío? Si hay algún probl-"

—¿De qué hablas?—lo interrumpiste—Tú no has hecho nada malo.

"¿Entonces por qué juegas a eso? Sé que en esos juegos las chicas buscan a su 'príncipe azul'", no podías creer lo que estabas oyendo. Sousuke te estaba haciendo una escena de celos por un juego. Reíste sin ocultarlo, no entendías por qué se ponía celoso de algo así. "¿Por qué te estás riendo? ¡Hablo en serio!"

—Lo siento, no pude evitarlo—suspiraste—. Sólo me gustan estos juegos, no es que busque en ellos los que no tienes tú. Sousuke-kun, si realmente no quisiera estar contigo no habría aceptarlo ser tu novia, así que deja de preocuparte por estas cosas...—hubo un momento de silencio y oíste como él suspiraba aliviado.

Te levantaste de la cama y te acercaste al computador, miraste la pantalla.

"¿Podrías hacerme el favor de casarte conmigo?" decía el príncipe del juego.

Sonreíste y le diste click en "No", cerraste el juego y te acostaste en la cama nuevamente. Te encantaba oír la voz de Sousuke tan cerca y aunque él no lo supiera, y nunca le dirías, habías estado jugando mucho otome durante el último período porque Yamazaki andaba muy ocupado con su entrenamiento.

Sousuke hablaba amablemente en tu oído y reía con ternura, decía tu primer nombre con delicadeza y soltaba pequeños suspiros, de a ratos podías oírle emocionado dependiendo de lo que hablaran y finalmente se dieron cuenta que era mejor irse a dormir cuando los rayos del sol comenzaban a filtrarse por sus habitaciones.

Seguramente volverías a jugar el otome de los príncipes al día siguiente pero no estabas arrepentida de haber perdido toda una ruta con un príncipe que te había propuesto matrimonio.

Tú ya tenías tu príncipe y era uno tan atento que hasta le daban celos de un personaje que no existía.

"Lamento haberte mantenido despierta todo este tiempo".

—No pasa nada, yo lo siento, tenías que levantarte temprano para entrenar y ahora ya no tendrás tiempo para descansar.

"No importa, mañana pasaré por ti, iremos a un parque y me dejarás usar tus piernas de almohada ¿está bien?"

Esa era una jugaba muy sucia. Estabas completamente roja y no podías contestarle de la vergüenza. Sousuke lo sabía perfectamente, rió divertido y antes de colgar te dedicó unas palabras de amor.

Yamazaki Sousuke x Lector [One-Shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora