XIII

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*Capítulo dedicado a la preciosura de: ElizabethArriagada4
Perdón por haberte engañado con el día que actualizaría.💔*

"Las cosas no son como parecen."

Los minutos cada vez eran un poco más largos, las horas eternas y aquel único pensamiento en su cabeza lo estaba matando. Había estado evitando a Kevin toda la tarde, siendo la persona cobarde de siempre, y por mas arrepentido que estuviese no encontraba la manera de verlo a la cara.

Había pensado en mil maneras distintas de acercarse y disculparse por haber salido corriendo, en ese momento había entrado en pánico, Kevin estaba por confesarse y él había salido corriendo... ¡Que patético! Es que no lo entendía, tenía claro que era un chico atlético, popular entre las chicas y muy codiciado, además de que había cientos de rumores de cuan bueno era en la cama y otros cientos de rumores de posibles relaciones amorosas con mujeres mayores que él, pero dentro de todo seguían siendo solo eso, solo rumores. El pobre Doble D no entendía, ¿cómo un chico de perfil tan bajo como él (por no describirse de otra manera) tan siquiera podía imaginarse entrar al mundo de alguien como Kevin?

La noche ya había llegado y se sentía igual de larga que todas aquellas noches donde se preguntaba qué pasaría luego del beso, en la tarde al salir del colegio se mantuvo encerrado en su casa, ignorando las llamadas de sus amigos con sus idead creativas, estudiando y viendo documentales sobre pingüinos y la diversa fauna en la selva amazónica, buscando distracción. Así que de tanto cansancio sus parpados comenzaban a pesar y el sueño amenazaba con dejarlo noqueado, llevaba todo un día ejercitando su cerebro, este ya comenzaba a exigir su merecido descanso.

... Dos golpes en la ventana, un brinco en la cama y el corazón a punto de estallarle. Eran las once de la noche, adicional a su distinguido amigo enano no había nadie que quisiera verlo a esa hora, así que solo le restaba pensar que eran ladrones, pero los ladrones no tocan puertas. ¿Entonces estos eran demasiado amables como para antes de robar tocar la ventana? ¿Eso tenía sentido?

Dos golpes más...

Con paso lento, tembloroso y ahogando un grito de auxilio llegó hasta la venta, movió un poco la persiana hasta observar la silueta que se encontraba a los pies de esta. Reconocía esa figura, lo perseguía en sueños y pensamientos, lo había besado y casi se le había confesado, y ahora se encontraba a los pies de su ventana.

¿Por qué? ¿Por qué estaba ahí? ¿Qué quería? ¿Por qué ahora?

Tenía una laguna de dudas, pero suponía que de igual manera así debía sentirse el, así que no debía seguir huyendo. Debía encontrar valentía, enfrentar su mayor miedo, las cosas no podían ser tan malas. Solo necesitaba un pequeño impulso.

Bajo las escaleras, paro frente a la puerta y suspiro. 'Esto es lo que siempre has querido, que llegara a ti, no debes frenarte', se repetía.

"Por aquí debe ser más seguro," comento al abrir la puerta, observando avergonzado al chico parado en la esquina.

"No es mi intención molestar, sé que es tarde pero no podía dormir, no podía dejar de pensar en ti, en que saliste corriendo, no te vi en toda la tarde y necesitaba saber si estabas bien." Había dicho todo tan rápido, su corazón palpitaba a cien millas por hora. "Tenía miedo, doble d."

Se mantuvieron en el marco de la puerta, mirándose fijamente. Podías cortar el aire con una tijera, podías escuchar sus latidos desde la montaña Everest y podías contar el segundo exacto en el que Kevin decidió acortar toda distancia, eran más las ganas de besarlo que las ganas de explicar su llegada, una cosa compensaba la otra. Y la luna era el único testigo de cómo en aquel marco de aquella casa vacía dos jóvenes se comían a besos de una manera torpe, pero demasiado adorable. Había demasiadas emociones en aquel torpe beso, pero también necesitaban respirar.

"Eso probablemente no resuelve muchas de tus dudas," comentó entre risas tímidas el pelinaranja.

"Sera mejor si entras, no me gustaría que cojas un resfriado." Le reprendió el más pequeño.

Ambos decidieron en un espacio más común, pues aunque Kevin ya había recorrido toda la casa, esta vez se sentía diferente. Era de esperarse, en las anteriores veces había sido entre amigos, esta vez habían compartido saliva... ¿entienden?

"No soy muy bueno con palabras Edd, y tan poco para describir lo que siento, porque en realidad ni yo lo entiendo." Bajo un poco la cabeza, "tampoco entiendo por qué saliste corriendo."

"Ke-Kevin, yo... tu... ti-tienes que entender," Edd aparto la vista. "¿Y si todo es una broma de mal gusto? Yo no quepo en tu mundo, son muy distintos."

"Yo se la fama que tengo, yo sé muy bien lo que debes pensar, probablemente hay cámaras y gente escondida grabando esto..." Edd volvió a alzar la vista, alarmado. "¡Estoy bromeando! Sería incapaz de jugar contigo." Lagrimas amenazaban con salir de los ojitos del pequeño azabache. "Y no sé de qué mundos hablas, porque aunque no lo sepas, ni te hayas dado cuenta, desde hace un largo tiempo tú te convertiste en mi mundo, doble tonto."

Eso lo había tomado por sorpresa, Kevin se había quitado la gorra, rascaba su nuca de manera nerviosa y el no pudo detener las ganas de llorar. "No lo he dicho para que llores," le comento el pelinaranja preocupado mientras se acercaba a limpiarle las lágrimas.

"Kevin," fue lo único que logro susurrar con la voz quebrada, y no basto más para que este se acercara lo suficiente como para plantarle varios besos de pico.

"Supongo que ya no saldrás corriendo," lo miro divertido el mayor, a lo que Edd negó.

¿Los ladrones tocan la ventana y llegan a robar corazones? ¿De casualidad tienen pelo naranja, un muy buen cuerpo y buen aroma? Me gustaría reportar uno...

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No he muerto, y no me odien ):

Mi vida es un caos, debería comenzar un canal en youtube y mostrarles. Quizas asi me hago rica, jaja. Mentiras, ¡siempre pobre!

Mucho love para todos ustedes, nos vemos lueguito.
Sabrina
💛

Todo MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora