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Joe había encontrado la localización del Soldado del Invierno.
Finalmente había dado con él.

Llamó a Nickolas Fury, director de SHIELD y solicitó un escuadrón de apoyo para capturar al asesino y llevarlo a las instalaciones en Washington y hacerle una serie de preguntas.

Él y el escuadrón estaban preparados, todos ellos tenían armas, chalecos anti balas, unas esposas que serían difíciles de romper por el soldado, una pistola de ondas que lo dejaría fuera de la pelea y, por si acaso, un lanzallamas.

Joe sabía que habían exagerado en traer todo eso, de hecho cuando vio el lanzallamas pensó que era una pésima idea y que quizás las cosas se podían voltear si el criminal conseguía esa arma letal.

-A mí señal, ustedes van por el este -ordenó a un grupo de 6 hombres- ustedes por el sur y nosotros por el norte.

En total eran 20 hombres de SHIELD y Joe. Él traía un arma de calibre ligero y otra de calibre pesado, que si bien le iba, la bala que disparara al Soldado del Invierno perforaría su piel y lo dejaría mal herido.

Los hombres que entrarían por el esté y por el sur se colocaron en sus posiciones y esperaron la señal de Joe.

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Dentro de aquel almacén donde se encontraba James Buchanan Barnes, o mejor conocido como el Soldado del Invierno, esperaba con ansias a que los hombres de afuera entraran y comenzara la masacre. Por mientras disfrutaba de una tranquila comida que había preparado el mismo.

No hacían faltan cámaras de seguridad para ver que lo habían encontrado, él había visto por una ventana a más de un soldado y los había escuchado.
De hecho, a su lado, sólo colocó un cuchillo muy largo, un arma de calibre ligero y detrás de un mini refrigerador tenía su Lanza Misiles, misma que utilizo la noche que asesinó a Howard y Maria Stark, pero que él no recordaba.

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Joe hizo una señal con dos dedos y los tres grupos de escuadrones colocaron bombas en sus respectivos lados.
Cronometraron 5 segundos y se cubrieron.
Cuando las bombas explotaron, todos entraron.
Los que iban al frente se cubrían con unos escudos y tenían unos sables de luz que daban toques eléctricos.
Todos formaron un círculo, alrededor de donde estaba Barnes terminando su comida.

Él sólo los observó y terminó su merienda con toda la tranquilidad del mundo.

-Soldado Barnes, queda bajo arresto por SHIELD. Tiene derecho a permanecer callado. No recibirá un abogado...

James negó e ignoró todo lo que el oficial le decía, dejó su cuchara de lado y tomó el cuchillo, lo observó unos segundos y luego lo lanzó a la garganta del agente traspasando el escudo y llegando directo a la yugular.

Todas los demás se asustaron cuándo vieron a su compañero caer de rodillas mientras se ahogaba con su misma sangre.

Pronto las balas comenzaron a volar en dirección a Barnes y el se cubrió con su brazo metálico, arrancó el escudo de uno de los hombres y lo utilizó como barrera para que las balas no le llegaran.

Hombre a hombre fue cayendo en manos de James. Uno a uno. Cuerpos y más cuerpos.
Pero dieron pelea.

El penúltimo hombre logró dispararle a Barnes en el hombro, aunque la bala sólo le rozó y le hizo una pequeña herida. El asesino lo miró con odio y el agente supo que era su fin. James se acercó a él y le arrancó el arma de las manos, con su mano de metal lo sostuvo del cuello y lo levanto del suelo. El oxígeno con rapidez abandonó el cuerpo del agente, de sus ojos brotó sangre, al igual que su nariz. Cuando ya no hubo aliento en su cuerpo y su mirada se volvió vacía Barnes lo soltó dejandolo caer al suelo manchado de sangre. El cuerpo hizo un gran estruendo que se mezcló con el sonido de un disparo.

FIGTH AND FIRE; STEVE ROGERS LIBRO IWhere stories live. Discover now