Capítulo 34

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Espero ansiosa a que Neo regrese con una porción de pastel para mí. Si algo debía admitir que me gustaba de mi recuperación es que podía darme uno que otro caprichito de vez en cuando y no tengo que estar en dieta permanente.

Un hombre joven, rubio se sienta en nuestra mesa y me sonríe abiertamente. Ya lo he visto antes en las celebraciones de los Lux, pero nunca nos hemos cruzado hasta ahora.

—Bella dama, ya que ninguno de esos animales me ha presentado, he venido yo solito a hacerlo. —Planta una rodilla en el pasto y toma mi mano llevándosela a la boca en un acto de galantería.

Me habría incomodado de no ver a Nix colocarse a sus espaldas.

—No le prestes atención, Sarah. Es un ligón sin remedio. —Aunque trataba de disimularlo puedo notar la molestia en su voz.

Al ver la reacción de Nix no me queda la menor duda que el encantador hombre que está frente a mí es Jesse. Recuerdo que lo mencionaron mucho cuando salí con Phoebe y ella.

Jesse se pone de pie despacio, sin perder ni por un segundo su sonrisa. Me guiña un ojo antes de volverse para enfrentar a una enfadada Nix, que lo mira inexpresiva de brazos cruzados.

—Ligón, no preciosa. Un hombre al que su madre lo educó muy bien. Y además mi corazón le pertenece a mi musa y a nadie más.

Solo un ciego no vería la forma en que las palabras de Jesse traspasaron cualquier barrera que Nix hubiera levantado entre ellos. No entendía el por qué se resistía a la atracción que existe entre los dos, pero si algo sabía muy bien es que cada uno libra sus propias batallas.

Neo aparece en ese momento pasando su mirada por la pareja frente a mí.

—¿De qué me he perdido? —pregunta sentándose a mi lado, en el lugar que había dejado hacia un momento.

—No mucho.

Jesse se vuelve rompiendo la tensión con Nix.

—Le decía a esta bella dama que, ya que ustedes no me han presentado, he venido a hacerlo por mi cuenta. Jesse McConnell para servirte.

—Sarah Petrov, encantada —respondo amablemente.

Neo rueda los ojos con dramatismo.

—Si hubieras llegado a la hora que era te la habría presentado como a todos los demás —comenta.

Nix se sienta al otro lado de la mesa atenta.

—Lo habría hecho si gruñón, no me hubiera pedido que pasara por las entradas que olvidó en la sala de ensayo esta mañana.

Mañana por la noche comenzaba la gira de los Lux, comenzando con dos conciertos en Los Ángeles y luego de ello seguirían por todos los estados.

—¿Y para qué necesitaba Apolo entradas? Todos tienen un pase.

Eso era correcto. De hecho, mi padre y yo también teníamos uno para el concierto de mañana.

Jesse se encoje de hombros y señala a Apolo por encima de su hombro.

—Él dijo algo de un sorteo para el club de fans.

—Es verdad, se suponía que Ale vendría hoy al cumpleaños de Athan, pero llamó diciendo que se le hacía imposible por algo de la universidad —comenta Nix.

Sin embargo, yo sabía que eso no era verdad, había visto a Alejandra dentro de la casa. Algo no andaba bien, pero decido que es mejor no comentar nada de momento.

SAGA LUX II | El amor de NeoTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang