Capítulo 34

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Sarah

Creo que jamás olvidaré la expresión de mi padre en el momento en que Neo se presentó ante él como mi novio. Era una mezcla entre asombro y sed de sangre, pienso que en partes iguales. Pero de algún modo se las ingenió para dejar a mi novio de una sola pieza, aunque no ha dicho mucho desde ese momento.

Me alegro que el padre de Neo y uno señor al que me presentaron como Tom se hayan apiadado de él y lo mantienen entretenido.

Por otro lado, los gemelos han decidido que hoy es el día de hacer sufrir a Neo, y se la han pasado secuestrándome momento si, momento también para contarme toda clase de fechorías, travesuras y bromas en las que ha caído Neo a lo largo de su vida y debo admitir que estoy más que encantada de poder escuchar sus historias. Y bueno también el hecho de que algunas de ellas venían con una o dos fotografías.

Mi favorita hasta ahora es una en la que un pequeño Neo, de unos seis quizás, está sentado sobre las piernas de un Apolo adolecente frente a un piano. Pero fuera de la ternura que encierra la escena, en especial me encanta la forma en la que el pequeño mira con fascinación el piano. Al ver la fotografía siento casi transportarme en ese momento.

—Por Dios, dime que los gemelos Weasley no han rebelado todos mis secretos. —Escucho la voz suplicante de Neo a mis espaldas. Guardo con cuidado la fotografía en mi bolso antes de girarme y verlo.

Está sencillamente arrebatador con una camisa a cuadros roja con azul, un par de jeans que le quedan de infarto y sus rizos alborotados. Y es que no necesita hacer mucho para verse espectacular, cosa que debería ser ilegal.

—Oh, cariño. Hicieron eso y mucho más —digo por tomarle el pelo.

No esperaba ver una expresión de absoluto terror en su rostro.

—Oh Dios.

—Venga, no seas dramático. —Nix la hermana de Neo se acerca a él—. Que, si Sarah no ha salido huyendo conociendo a esta familia de locos, hay pocas cosas que la espanten.

—Yo no estaría tan segura —agrego guiñándole un ojo a Nix.

Neo de inmediato posa sus ojos en mí y se da cuenta que todo es una broma. Es hermoso el momento en que lo veo sonreír.



La tarde pasa rápido y entre conversaciones, bromas y una que otra discusión por parte de los hermanos la noche llega. Cuando creo que me he salvado de ver un rostro que no me hace mucha ilusión observo a Alejandra subir las escaleras a toda prisa.

No la he visto en toda la tarde y vaya que tiene muy mala cara. No veo a Neo cerca, así que me armo de valor para ir a comprobar si está bien. Al fin de al cabo es la mejor amiga de mi novio, voy a tener que verla muy seguido.

Subo las escaleras tan rápido como las muletas me lo permiten, no es tarea sencilla. Al llegar al segundo piso escucho vagamente la voz de Alejandra venir de una de las habitaciones. Comienzo a buscarla guiándome por el sonido de su voz. Hasta que llego a la última puerta del pasillo.

—...tenemos que parar esto. —Escucho a decir a Alejandra, su voz denota angustia.

Sé que está con alguien porque un hombre le responde, su voz es tan grave que apenas es audible desde donde me encuentro. Escucho pasos acercarse hasta la puerta. Miro a mi alrededor en busca de un escondite, lo último que deseo es que me encuentren aquí. Entro en la habitación más próxima en el momento justo.

Escucho pasos por el pasillo, momentos después el silencio reina en el lugar. Con cuidado abro la puerta y compruebo que no haya nadie cerca. Por suerte para mí está completamente vacío. Despacio camino hacia las escaleras. No estoy segura de que haber subido haya sido la mejor decisión que he tomado, pero algo era seguro, se estaba cociendo algo y algo me dice que a Neo no le va a hacer ninguna gracia.

SAGA LUX II | El amor de NeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora