She will always hate me

297 20 1
                                    

Oh Dios, dolió el momento en que te vi con alguien más
El único al que pertenecías

-Casémonos.

-¿Qué?

-Artemis Crock ¿Quieres casarte conmigo?

-Claro que sí, nene. Pero hablaremos de esto luego; necesitas hidratarte, descansar... ¿hace cuánto que no has comido? Debes estar muriendo de inanición.

Ahí va tu hija, permitiendo al velocista recargarse en sus hombros. Un puñado de sus antiguos compañeros los rodeaban. Apenas salió de donde sea que haya estado los pasados 2 años y ya está hablando de matrimonio.

Te das media vuelta y emprendes la marcha. Nadie sabe que estás ahí, nadie tiene por qué, así que caminas hacia el helicóptero y no miras atrás.

Nunca pensé ahogarme en mi corazón superficial

- Hola, papá -te está apuntando con su pequeña ballesta, la que le entregaste cuando el arco y la flecha dejaron de suponer un desafío para ella.

- Baby girl, hush. No querrás desperatar a ese juguete tuyo.

- Es mi prometido, no mi juguete -baja su arma, pero no la suelta.

- Cree lo que quieras. Tú y yo sabemos que no durará ¿El pequeño renacuajo quiere alejarte de la vida? ¿Qué tal resultó la última vez? Lo extrañas: la adrenalina, la acción, el peligro. No puedes ir en contra de lo que eres, Artemis.

- Creo haber oído esas palabras hace algún tiempo. No tuvieron el efecto que esperabas, ¿o sí? Te equivocaste entonces y te equivocas ahora.

- Muy bien, solo no digas que no te lo advertí.

Me gustaría decir las cosas que nunca solía
Pero hoy no volverán a ser útiles

Al día siguiente ella visita a Paula, a darle la noticia, supones. Dejas de seguirla cuando entra al viejo departamento.

Artemis se va a casar. Tu bebé se va a casar.

Nunca aprendí a usar mi corazón superficial

- Es difícil, porque quiero odiarlo; sin embargo, sigue siendo mi padre.

- Oh, Artemis. No quiero presumir, pero tengo experiencia estando enojada con tu papá. Créeme cuando te digo que no le hace daño a él sino a ti.

Yo... nunca quise lastimarte
Es algo que suelo hacer
Supongo que no es una buena excusa.

¿Hiciste mal en entrenarlas con tanta severidad? ¿Te arrepientes? No. Hiciste lo que tenías que hacer, no había otra manera de que tus niñas sobrevivan ahí afuera si no eran mortales, máquinas letales y bien aceitadas.

Mostrar afecto las hubiese hecho débiles.

Al mirar al pasado, me di cuenta que estaba aferrándome
A lo bueno que tuvimos
Pero sé que estaba mal también
Porque al final ella nunca sostuvo mi corazón

-Jade...

-Lo siento, papá. En esta familia, es cada chica por su cuenta.

No importa que sean pocas las veces en que necesitas su ayuda -como en una proporción de 1 de cada 1 000 misiones-, ella no salvaría tu pellejo a menos que sea parte del trabajo.

Y ahora ella lo sabe
No quiere conocerme

- Paula.

-Lawrence. Creí haber dejado en claro que no eres bienvenido aquí.

Nunca pensé que ella podría tener un corazón tan frío

- Puedes ir. Es tu hija, después de todo. Pero no la escoltarás al altar, no lo mereces. Oli... Alguien más lo hará. Ahora vete, antes de que ella venga.

Yo... nunca quise lastimarte
Es algo que suelo hacer

"Enfréntalo, sis. Mamá no va a salir pronto de prisión y me rehuso a vivir en esta casa con solo papá"

Supongo que no es una buena excusa

-¿Dónde está tu hermana?

-Se fue.

Aún recuerdas la voz quebrada de Artemis a los 8 años; su cara podría estar estoica, pero sus ojos y su tono siempre la delataban. Estaba triste, tenía miedo. Quería llorar.

-Su pérdida -mientes- Ahora, ¿qué te dije sobre mostrar debilidad?

Y ella siempre va a odiarme sin importar lo que diga

-Ya se cumplirá un año ¿No vas a volver con esa hija tuya?

-Cuidado papá, casi suena como si te importara.

-Cree lo que quieras, pequeña. Todo lo que quiero decir es que esa niña será blanda si la dejas a cargo de ese debilucho ¿Cuánto más tendrá que degradarse mi legado?

-¿Tu legado? Si mal no recuerdo, corté toda conexión contigo cuando me fui de casa, papito querido.

Por primera vez en años, Jade te da la espalda al marcharse.

No importa lo que diga, el amor se ha ido

- ¡Papá!

Giras en dirección a la voz. No eres a quien tu nieta llama.

-Tranquila, Lian. Es solo una mariquita, no te hará daño ¿Lo ves?

Y no hay duda, el amor se ha ido.
Sí, ella siempre va a odiarme.
Dijo: "Me perdiste, cariño"

Observas a lo lejos, escondido como de costumbre. Aplausos y gritos. Blanco, crema y verde pastel. Sientes náuseas; quieres creer que es por lo patético que te parecen las bodas y toda esa felicidad pasajera, no porque has perdido lo último que te unía a la menor de tus hijas: Artemis ya no lleva tu apellido, no legalmente.

La perdiste. Igual que a su madre y a su hermana.

No importa lo que diga, el amor se ha ido.

Too young for thisWhere stories live. Discover now