4. Sospechas Sospechosas

3.7K 466 287
                                    

Un día más en el cuerpo de otra persona, Katsuki en el cuerpo de Ochako estaba durmiendo plácidamente en su cama, más bien la de Uraraka.

Hasta qué el ruido de su celular lo despertó, irritado contestó.

—¿que quieres? — su antigua voz se oía alarmada y preocupada —¡Ochako que carajos quieres!

¿Desde cuando la llamaba Ochako? El día anterior habían hecho un trato y tuvo que cumplir con ello. Nada de agresiones.

—¡Bakugou-kun algo está pasando! —chillaba como rata en matadero —¡Hay un horrible bulto en las sábanas!

La Uraraka falsa suspiró y sonrío maliciosa, uno de los trabajos de un hombre es tener que  "controlar el titán" todas las mañanas

—Bueno, calmate maldición —intentaba contener la risa —Es algo normal en un chico.

—Pero es muy incomodo —sollozaba desde la otra línea —¡No se baja! Sigue ahí, parado... —eso último lo susurró apenada —¡¿Que hago?!

—Deja de gritar, eso bajará después —asintió —Ahora prepárate que iremos con la bruja esa.

—Esta bien, pero recuerda que tu irás con las chicas. Te diré lo que te pondrás —rodó los ojos y asintió —Ahora levántate y ve hacia al armario y te diré que ponerte.

Y así pasaron más de dos horas intentando vestir a su antiguo cuerpo, algo muy incomodo para el rubio.

Mientras tanto, Eijirou ya se había levantado y se acercó a la puerta de Katsuki, era extraño que no se levantará. Escuchó unos murmullos.

—Me encanta como te vez con eso, es el vestido que más me encanta verte. Combina con tu color, más bien con el mio. De acuerdo te veré después, me asegurare de que nadie me vea, adiós.

Se despegó de la puerta y dio unos pasos agigantados hacia atrás al sentir que se acercaban a abrir

—Bueno días Kiri-¡pelos de incendio! —ni siquiera abrió la puerta con totalidad solo asomaba sus narices —¿Que tal?

—Buen día —saludó nervioso —¿Estás bien? O ¿tienes planes para hoy? —indagó, el rubio miraba para todos lados nervioso.

—¡No te importa! —cerró la puerta, eso era lo más probable que el verdadero Bakugou hubiera hecho.

Eijirou entrecerro los ojos dudoso, recordó lo que dijo Todoroki y se encaminó directo a él laboratorio donde habían quedado de verse.

Por otra parte Midoriya estaba saliendo de su habitación, a mitad de camino se topó con cierto pelirrojo.

—¿Kirishima-kun? —papardeo varias veces —¿Que sucede?

—¡Tenemos que irnos Midoriya! —lo jaló del brazo literalmente arrastrando al pecoso —¡Tenemos que hablar de algo muy serio!

—¡Espera, tengo hambre! —se quejaba mientras era arrastrado.

Finalmente llegaron al laboratorio, golpeó con desesperación la puerta hasta que Kaminari abrió.

—Pasen —susurró mirando a los costados, entraron y ahí dentro estaba Sero, Todoroki y también Iida que estaba congelado como un rehén.

—¿Que está pasando? —Dijo Kirishima —¡Suelten a Iida!

—Iida es un traidor que nos proporcionará información —lo miró de reojo Todoroki —¿No es así?

—¡No tengo idea de que hablan! —excusó indignado —¡liberenme que debo desayunar!

Este cuerpo ¡No es mío! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora