Little Bouchard (Gilbert Blythe)

5

Charlotte asentía cada vez que la señorita Stacey la miraba, como si se estuviese enterando de lo que hablaba. En esos últimos días no había pegado ojo desde que se enteró de la situación de Mary, había acudido todo lo que podía para ayudar a la familia, incluso se quedó dormida sobre la masa haciendo un bizcocho, con suerte llegó a despertarse antes de que Bash o Gilbert la encontrasen en ese estado.

Los ojos se la cerraban involuntariamente, Ruby a su lado la dio un codazo, pero varios se habían percatado y reían por lo bajo.

Era miércoles por lo que se tenía que quedar después de clase, se sentó en el pupitre, a su lado Gilbert, bastante incómodos los dos, no habían hablado desde la pelea en clase de la señorita Stacey, la pobre tuvo que presenciar un arrebato de dos adolescentes.

La profesora se sentó en frente de ambos, pero sobretodo miró a la rubia.

-Charlotte, ¿Por qué no vas a casa a dormir?- Stacey obviamente notó que la rubia no descansaba y su cabeza ocupaba otro mundo. Charlotte negó y sacó su pluma.

Ambos tenían mala cara, se notaba, Gilbert sin embargo hacía lo que podía en centrarse, era una vía de escape de los problemas, de vez en cuando miraba a Charlotte de reojo pero rápidamente volvía a lo suyo.
-Deja de mirarme Blythe.- susurró.
-Has vuelto a escribir el mismo párrafo dos veces.- Charlotte se fijó en lo que escribía y efectivamente lo había escrito dos veces sin darse cuenta.
-Gracias.- soltó seca.
-Denada.- contestó igual. La señorita Stacey podía escucharlos aunque hablasen en susurros, intentaba no sonreír, le hacía gracia como aquellos dos se comportaban.

Harían una fiesta en honor a Mary, y utilizarían el amplio jardín de los Barry. No había hecho falta insistir, los padres de Diana accedieron de inmediato.

Charlotte ayudaba a vestir a Mary, la rubia se mantenía en silencio.
-¿Me contarás por qué esa cara?- Mary miró como los ojos de Charlie empezaban a asomar lágrimas.- Cielo, estoy aquí.- rápidamente se formo una sonrisa falsa en el rostro de Charlotte.

-No es nada, quiero  que tengas la mejor fiesta del mundo.- Mart la miró preocupada pero sabía cuando no presionar a una persona.
-¿No has vuelto a hablar con Gilbert?
-Ni hablar.
-Escuché a la señora Lynde que harían un baile.
-Yo no sé bailar.- dijo Charlotte sentándose en el sillón de la habitación.- haría el ridículo.
-¡No harás el ridículo!- exclamó la mujer negra a la vez que empezaba a toser, y eso ponía mala a Charlotte, Mary siempre intentaba sacar lo bueno de todo y en esa situación Charlotte odiaba el positivismo de Mary.

Al salir de la casa, Charlotte tapó con sus manos su rostro, aguantando el sollozo.

Se sentó en el porche. Escuchó unos pasos inseguros, alzó la mirada y vio a Matthew Cuthbert con Delphi entre brazos.

-L-Lo siento, ya me iba.- Se dio media vuelta para dejar a la adolescente sola de nuevo, pero se le vino su querida Anne a la cabeza, y con bastante timidez se sento al lado de la rubia.

-¿Quieres que avise a Anne?- Charlotte negó acordándose que no se hablaba con Anne, e hizo que la diesen más ganas de llorar.- Puedo decirle a Gilbert...

-No puedo más.- dijo entre pausas.- Señor Cuthbert, ¿Ha sentido alguna vez que tiene todo el peso del mundo en sus hombros y no sabe si quiere luchar por ello?

-Charlotte, ¿Qué es tan grave para que no puedas solucionarlo?- preguntó Matthew sorprendido por las palabras de la chica.

-La mayoría de mis preocupaciones no están en mis manos para cambiarlas.

-Eres una chica lista y fuerte, como tu padre.- Matthew quiso no haber dicho aquellas palabras, pero se alivió al ver como las comisuras de los labios de Charlotte formaba una sonrisa.

-¿Sabe?, Anne tiene mucha suerte de tenerle.- se levantó de un brinco, al mismo momento que un olor no muy agradable entraba por las fosas nasales de ambos.- Déjemela, lo hago yo.- Cogió a Delphi y la llevó dentro.

Al terminar de cambiar a la bebé, entraron Bash y Gilbert por la puerta.

Llevaban una corona de flores que Anne había hecho a la mujer, Mary lo recibió encantada. Bash la cogió en brazos y la llevó así hasta la casa de los Barry.

Charlotte visualizó a Matthew y le entregó a Delphi para acercarse a Caleb, este pasó un brazo alrededor de su hermana.

-Lo has hecho genial.- susurró a Charlotte, quien se mantenía callada mirando la escena. La sentaron para que pudiese admirarlo todo. Marilla le llevó un ramo de flores y Anne le hizo un libro de recetas de Mary para Delphi.
Todos estaban felices de poder haber hecho este regalo a Mary antes de que pasase lo inevitable.
Anne se acercó a Charlotte, estaba ayudando a Minnie May a encontrar los huevos de pascua.
Charlotte notó su presencia y se dio la vuelta a mirarla. Anne sacó una corona de flores y se la tendió.
-Te hice una corona, entiendo si sigues enfadada pero por favor acéptala.- Charlotte simplemente abrazó a su amiga, ya daba igual.
-Lo siento.- susurró en el hombro de la pelirroja, Anne apretó el abrazo. Diana veía la escena y sonrió.
-¡Por fin!- exclamó yendo junto a ellas, Charlotte se puso La Corona en la cabeza,  llena de margaritas y lobelias, el color azul pegaba con los ojos de la rubia.
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Cuando La Paz como un río acompañe a mi ser
Cuando las penas se hinchen como nubes
Sea cual sea mi suerte
Me has enseñado a saber
Todo está bien en mi alma
Esta bien en mi Alma.