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✨Capítulo 12✨

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Capítulo 12

Aquella mañana amaneció como cualquier otra, el gallo nos despertó cantando y otro día más había que irse a la escuela. La señora Bissette nos cosió unos guantes y nos sirvió especialmente para ese día tan frío, eran de un tono azul apagado.
El camino hacia la escuela fue un poco aburrido, Caleb y yo caminábamos medio dormidos, y tampoco había nada interesante de lo que hablar.
-¿Que crees que habrá de cenar?- preguntó mi hermano, me encogí de hombros.
-lo que sobró ayer supongo- bufó y pateo una roca. Cuando entramos todo el mundo hablaba, otros leían y otros simplemente callados mirando el ambiente. Vi a Gilbert acercarse al profesor, e intentaba que le prestase atención pero ambos nos dimos cuenta de que estaba mirando a Prissy..
-solo le pido una mínima parte de su tiempo señor- dijo con educación, bajo la mirada penetrante del profesor Phyllips.
-¿Eso es todo?- preguntó con ironía- ¿mi tiempo?dime, ¿tu padre regalaría la cosecha cualquiera que se la pidiera solo por que creyera merecerla?-Pausó- no lo haría, el tiempo es oro señor Blythe- la cara de Gilbert mostraba dolor y repulsión, Ruby, quien se encontraba a mi lado también lo estaba escuchando.
-¡mi padre murió, señor!- toda la clase se giró al escucharlo.
-ya, Bueno, la metáfora sirve igual- le hizo un gesto para que volviese a su sitio. En ese instante Diana entró corriendo y se sentó al lado de Anne.
-padre está acatarrado, tampoco vamos a la fiesta de la tía Josephine.
-¿Que? Pero....- fue interrumpida por el profesor.
-Bueno cerebritos míos, al libro de lectura, lo retomamos donde lo dejamos- abrí el libro y estuvimos leyendo unos cuantos capítulos, ni siquiera puedo deciros el libro que era, ya mi memoria falla. Al terminar la escuela Diana, Anne y Cole fueron al escondite mientras que yo me quede esperando a Gilbert fuera, cuando salió no se dio cuenta de mi presencia, me puse a su lado sobresaltándole.
-¿Doctor Blythe?- dije burlona, sonrió de lado, sonrojándose un poco.
-se que puedo serlo.
-tienes que estudiar mucho.
-lo sé.
-si necesitas ayuda, pregúntame lo que sea, aunque dudo que la necesites.
-me vendría bien, gracias.- nos sumimos en un silencio, ninguno hablaba.- ¿sabes algo de tu padre?
-no, solo sabemos que si llega una carta con sus pertenencias es que ha muerto. Ha pasado un año.¿cuánto tiempo tendrá que estar allí?
-volverá.- nuestras manos rozaban, las suyas estaban heladas.
-tienes las manos muy frías- saqué los guantes y se los tendí.
-póntelos tu.
-¡me niego!¡las tienes heladas!- lo cogí de la mano e intenté ponerle el guante pero me esquivó.- ¡Blythe!- empezamos a reír, le intentaba alcanzar pero era ágil y se escabullía.- Ahora enserio Gilbert.
- póntelas tu, Charlie, prefiero enfermar antes yo que tú.
-no seas cursi y póntelas.
-¡no!- por fin pude sujetarle y le puse uno de los guantes, el otro me lo puse yo, le tendí la mano. Sonrió divertido.
-dame tu mano- veía que no entendía lo que quería hacer- iremos de la mano, en las que no tengamos guantes y así tendremos menos frío.
-¿Quieres ir de la mano conmigo?
-No te lo volveré a repetir, ¿Quieres o no?- tiró de mi mano hacia él y metió nuestras manos dentro del bolsillo del abrigo.
-quien lo diría, nosotros yendo a casa de la escuela, de la mano.
-Quien lo diría, el joven Blythe sin intentar coquetear con una chica.
-eso es lo que tú te crees- abrí la boca sorprendida.- otra cosa es que no te des cuenta.
-eres un caso perdido.- el camino fue divertido, éramos totalmente personas diferentes a lo que fuimos hace un año, nuestras vidas cambiaron a algo que nunca imaginamos.
Cuando llegamos a mi casa, la señora Bissette esperaba en el porche, con los brazos cruzados.
-Gracias por acompañarme a casa, nos vemos.-me quité el guante que llevaba y se lo guardé en el bolsillo antes de que protestase- ahora lo necesitas más que yo.- salí corriendo apresuradamente hasta la puerta.- lo siento, ha sido culpa mía.
-quítate las botas antes de pisar el...da igual- ya había entrado con las botas en casa.
Me encontraba limpiando mis botas cuando escuché el ruido de la puerta principal.
-Señora Bissette es un gusto volver a verla- escuché la voz de Anne, baje corriendo las escaleras para encontrarme a Anne, Diana y Cole.
-¿Que...?
-Queríamos preguntarle si Charlotte podría venir con nosotros a Casa de la tía Josephine, los padres de Diana no pueden venir y Cole vendrá con nosotras, es un hombre alto y fuerte, y tiene que hacer unos recados a sus padres en Charlotte Town él será la carabina perfecta para acompañarnos a la fiesta.- estaba confusa, la señora Bissette me miró, rápidamente cambie mi expresión y asentí con la cabeza.
-Esta bien, puedes ir, pero como reciba noticias de algún comportamiento inadecuado por tu parte...
-me dejarás durmiendo una semana en el granero, lo sé.
-mas te vale.- empezaron a celebrar y yo seguía quieta en mi sitio.
-¿Por qué no subimos a mi habitación?- sugerí, los tres estaban sentados sobre mi cama mirándome con  culpa.- le habéis mentido a vuestros padres.
-No del todo.
-Sabéis, de algo he aprendido sobre la mentira y es que nunca acaba bien.
-Vamos Charlie, es una mentirijilla de nada, nadie lo Sabrá.- dijo Diana sonriéndome.
-¿Que vestido usaréis?- me di por vencida.
Lo siguientes días estuve preparando las cosas y guardándolas en una maleta.
-Es un fin de semana solo.- me dice Caleb contento tirándose en mi cama.- Mas comida para mi, más silencio, oye, ¿no has pensado en quedarte allí y no volver?- le tiré una almohada.
-¿Has pensado en dejar de respirar?- escuché los llamados de la Señora Bissette anunciando la llegada de Diana, baje la pesada maleta de mano con cuidado y me despedí de mi hermano y de la Señora Bissette.- ¡Nos vemos el Domingo!- me monte en el carruaje donde se encontraban todos.
Al llegar a la famosa Mansión de la tía Josephine nos enseñó todo el decorado.
-¿Te gusta Charlotte?- me preguntó Josephine.- no te veo muy animada.
-Es precioso pero me estoy dando cuenta de que no tengo ni idea de que hacer en una fiesta, no sé bailar y tampoco se me da muy bien relacionarme con gente.
-Niña, aquí no importa nada, la gente se te acercará y siempre terminarás hablando con alguien.- asentí no muy convencida.
Al día siguiente la fiesta estaba a rebosar, había muchísima gente, algunas hablaban idiomas que no entendía. El recital de piano era bonito pero no terminaba de llamarme la atención como a Diana y a Anne, aplaudimos cuando terminó y me fui a servir comida.
-Vaya, ¿que hace alguien tan joven en esta fiesta?- preguntó alguien detrás mía, era un hombre vestido de mujer.
-Vengo de Avonlea, con Diana, la sobrina de Josephine.- la mujer puso una cara de asco.
-Esa niña es como sus padres, no ven normal lo que nunca han visto.
-Permítame que le diga que a mi me ha sorprendido, como usted ha dicho esto en Avonlea no se ve todos los días.
-escucha, he estado años...- fue interrumpida por un hombre bastante guapo.
-Goliat, te están esperando. "¿Goliat?" Me pregunté.
Mientras discutía si quería ir o no con el hombre me escabullí hacia dónde se reunía mucha gente, ahí se encontraba Anne bailando, estuvimos ahí un largo rato hasta que nos cansamos.
Todo el mundo se puso alrededor de Anne y Josephine y recitaron unas líneas de un libro, también estuvieron hablando sobre la fallecida Gerthrude.
Al terminar mi cuerpo pedía algo de beber, en una mesa vi copas con agua y me dirigí a coger una, estaba bastante llena. me lo bebí del tirón, sentí mi garganta arder, desde luego eso no era agua, me empecé a marear, fui hasta Diana.
-Diana, que encantadora estás hoy.- ni siquiera le dio tiempo a contestar me enredé entre mid propias piernas y caí al suelo.
-¡Charlotte!- me ayudó a levantarme.- ¿Estás bien?
-¿Porque no iba a estarlo?
-¡Anne, Cole!- llamó, ambos vinieron, cogí a Cole de la mano y empecé a llorar.
-Cole, ¿Tu crees que me dice la verdad?- entre los tres me llevaron a las habitaciones de arriba y me tumbaron en la cama, hablaba sin sentido y sin vocalizar.
-Charlie, ¿Que has bebido?
-Agua- empecé a reír a carcajadas.- ¿Os gusta el agua?- pare de reír de repente y volví a sollozar.- Anne.- se puso a mi lado.- ¿A Gilbert le gusta Ruby?
-N-no lo sé.
-¿Quien va a querer a la pobretona y malhumorada de Charlotte Bouchard?, ¡Ni siquiera su madre la quería!- le di una patada a la mesilla de noche, Diana gritó del susto.- Sabes, creo que mi padre está muerto.
-Charlie no digas eso.- dijo Anne.
-Esta borracha no sabe lo que dice- dice Cole, me incorpore de la cama torpemente.
-Se p-perfectame-mente lo que di-digo Billy.
-¿Billy?
-Quiero verle.
-¿A Billy?
-No quiero ver a ese idiota. Quiero ver a...
-¿A quién?- volvieron a preguntar.
-A Gilbert Blythe, es mi futuro doctor.- reí- Vendrá y me curará.
-¿y que te duele?
-El corazón, Anne, ¿vendrá Gilbert, le habéis dicho que lo quiero ver?
-Si Charlie, ahora viene, pero mientras viene tienes que descansar.- me arroparon.
-Buenas noches.

-Buenas noches

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Little Bouchard (Gilbert Blythe)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora