Little Bouchard (Gilbert Blythe)

10

✨capítulo 10✨

-dice que quiere hablar conmigo, hoy, a las doce, imposible- dije doblando la carta.
-¿por que no?- preguntó alarmado Edward.-¿no le irás a dejar plantado?
-estoy con vosotros, no puedo ir, además la señora Bissette no me dejará.
-¿y quien dijo que te debería dar permiso?-sonrió travieso, lo mire cómplice. Edward se acercó a Stanley y a Vicent,les susurró algo al oído, estos sonrieron ampliamente, luego también le dijo algo a Caleb, quien asintió, todos corrieron escaleras abajo, me quede con Rose.
-¿por que no vas, Charlotte?-me preguntó.
-estoy con vosotros.....-me interrumpió.
-la verdad.-me quede callada, no sabiendo que decir.
-creo que me gusta Gilbert.
-¿entonces?
-Siento que esa carta no la escribió el- la miró, con el ceño fruncido.- Gilbert me hubiese buscado en el momento, no es típico de el hacer esto.
-No lo sabrás hasta que lo hables con el.
-Iré, gracias, Rose- le di una sonrisa, esta me la devolvió. Corrí abajo donde estaban mis primos y mi hermano, todos con abrigos.
-¡Papá!- grito Stanley- ¡nos vamos a dar una vuelta!-Tom contestó un vale, Caleb me tiro mi abrigo rojo, abrieron la puerta rápidamente, eran las doce menos cuarto, justo se tardaba quince minutos en llegar al lago.
-¿por que venís conmigo?- pregunté.
-hemos de estar juntos, en lo malo y lo bueno, por eso somos familia- dijo Vicent alegre- ademas nos aburríamos, lo bueno es estar al aire libre, hay más espacio para imaginar- empezó a correr, se escondió detrás de un árbol, lo siguiente que sentí fue un golpe frío en mi cara, vi a lo demás riéndose, me agaché a coger nieve, cayó directo en la cara de Caleb, después de aquello comenzó una guerra de nieve, Stanley miró su reloj de bolsillo, abrió los ojos.
-¡Son las doce!- todos nos levantamos, Edward me cogió del brazo y empezó a correr. Giré la cabeza y vi como Stanley, Vicent y Caleb se quedaban atrás, quietos.
-¿y los demás?- medio grite.
-¡déjales!- exclamó- ¡vamos!- seguimos corriendo, ya podía ver el lago, y la figura de Gilbert, mirando el lago. Mi primo paro en seco, lo mire esperando a que andase.
-¿Esperas a que me meta en una conversación de tórtolos? No gracias, me quedo aquí esperándote.
-deséame suerte.
-en las buenas y en las malas, ¿recuerdas?- asentí, metí mis manos en los bolsillos del abrigo, ande con paso rápido hacia Gilbert.
-Gilbert- llame, este giro a verme, me sonrió un poco.
-Charlotte, hola- saludó, ambos nos quedamos callados.
-¿que querías?- pregunte, este me miró confundido, saco una carta de su abrigo.
-eso debería preguntarte yo- saque la carta que se supone que es suya. Nos las intercambiamos.
-Querido Gilbert,
Espero que esta vez contestes a esta carta,
Nunca podré decirte todo lo que siento,
Cuando estabas en alta mar tenía el corazón destrozado.
Me contestarás a esta carta si vienes o no.
A las doce en el lago,

-Charlotte Bouchard- susurré.- Gilbert, yo no he escrito esto, y supongo que esa carta tampoco la has debido de escribir tú.
-No, pero si que quiero darte una disculpa- dijo el.
-ahórratelo- dije, este bajo la mirada.- no tengo nada que perdonarte, soy yo la que tengo que pedir perdón, Billy me metió cosas en la cabeza, tuve que hablar antes contigo, que hacerle caso a él, lo siento.- extendí la mano, miró durante unos segundos, y cuando la estrechó, me acercó a él, abrazándome. Al principio me desconcertó pero finalmente terminé abrazándolo, y cuando corté el abrazo no pude contenerme.- Gilbert
-¿Si?
-¿Volverás a irte?- pregunte temerosa, ahora que volvíamos a estar bien, quería disfrutarlo. Gilbert sonrió a medias, observó el lago para posar su mirada en mi.
-me tendrás que soportar otro poco- para mi eso no era ni un si ni un no, lo mire con una ceja alzada.- he vuelto, para quedarme.

                                               ❄️

Vi a Ed esperando.
-creo que debería irme.
-¿es tu primo?- preguntó entrecerrando los ojos.
-si, cada vez pienso que estoy más cerca de tener un nuevo hogar.- pareció darse cuenta de algo y metió su mano en el bolsillo de su chaqueta para sacar un libro envuelto.- Gilbert, no puedo aceptarlo, devuélvelo.
-Es mío, bueno, en realidad era de mi madre, ábrelo, por favor- rasgue el papel, recopilación de cuentos de los hermano Grim.- mi padre siempre me lo leía cuando era más pequeño.
-¿Estas seguro....?
-No se lo daría a cualquiera, ¿no?- me preguntó sonriendo. Me acerqué a el, y le di un beso en la mejilla.
-Gracias Gilbert, y buenas noches- me fui alejando hasta llegar donde estaba mi primo.
-veo que fue bien- le metí un codazo.
-¡Fuiste tu!
-¿yo?
-por supuesto, ¡las cartas!
-No se de que me estás hablando- dijo con sarcasmo. Entrelace mi brazo con el suyo, para volver con mi familia.