Cinco

124 2 0
                                    

Ahora estaba sentada junto a Rodrigo, tal y como había dicho llamarse el socorrista. Mientras el conducía yo iba pensando en cómo mis amigas me habían dejado tirada con un desconocido.

-¿Te importaría si paro en mi casa un momento? Nos pilla de camino -me preguntó.

-Que me va a importar, conduces tú -le dije algo arisca.

-No hace falte que pagues conmigo el cabreo que llevas con tus amigas.

Lo miré incrédula.

-A ver, te agradezco que me lleves, pero entiéndeme, esto es un poco raro...

-¿Raro porqué?

La situación se estaba volviendo extraña y escalofriante a la vez.

-Después de todos los encontronazos que hemos tenido estos días -dije desbocada-, no me digas que esto no te parece raro.

Se quedó pensativo sin mirarme mientras se agarraba al volante.

-No sé a qué te refieres, la verdad.

-¿Es broma, no?

-No -me dijo convencido.

¿Cómo podía ser que no se acordara de mí? Si en los últimos dos días me lo había encontrado en la fiesta ibicenca y en la piscina.

-¿No recuerdas la que estaba en las duchas de los socorristas hoy?

-Sí, una pesada que se ha colado para ver si podía verme desnudo seguro. -dijo chuleándose.

-Pues no, era una chica que se había equivocado -dije intentando desviar la atención.

-Oye. Y eso, ¿cómo lo sabes?

-¡Porque he sido yo! - le dije-. Y empezó a reírse.

-Voy a tener que parar, ¡oh, Dios mío! -dijo entre los estertores de la risa.

No me lo podía creer. El tipo estaba partiéndose el culo de mí. Vi como ponía los intermitentes y paraba el coche a la derecha.

-No sabía cuándo confesarías, pero ha sido mejor de lo que imaginaba -reía, y a la vez se daba golpes en el muslo.

-No sé de qué te ríes.

-A ver, dime si no es gracioso, pero parece que andas persiguiéndome últimamente.

¿Quién? ¿Yo? Me parece que alguien se las daba de famosillo o algo, pero ¿qué se ha creído?

¿Quién? ¿Yo? Me parece que alguien se las daba de famosillo o algo, pero ¿qué se ha creído?

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

-A ver, nada de eso. Una señora me mandó allí porque había cola en los vestuarios y luego... -le estaba diciendo hasta que me cortó.

-No hablo de hoy -dijo, una vez que la risa había remitido, pero aún me hablaba con una gran sonrisa en la boca-. Hablo de la fiesta ibicenca.

-Sí, te vi una vez -dije.

-No, dirás qué casi te me echaste encima. Pero antes habías estado alrededor mío toda la noche. Cada vez que me giraba, ahí estabas tú.

¿El qué? Bueno, bueno... O estaba ciego o yo tenía dobles por ahí, porque no me lo explico.

-¿Qué dices? De eso nada, yo solo te vi al chocarme contigo.

-¿Enserio? Porque yo te recuerdo pululando a mí alrededor.

-No sé de qué hablas.

-Bueno, no importa -zanjó-. El caso es que el destino ha querido que estuviéramos cerca el uno del otro.

¿Cerca el uno del otro? JA JA, me parto. Ahora resulta que el tipo cree en el destino y todo.

-Arranca antes de que nos asalte alguien.

Cuando calienta el sol  [EROTIC SUMMER SERIES]Where stories live. Discover now