Remitente Busca Remite

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Sobre el papel nada es lo que parece. A veces quieres las mentiras y otras solo las verdades escupidas en la bebida. Luego, de repente, llega alguien que más que hablar te canta, y te dice que las palabras no son más que letras, que dejes las ventanas abiertas, que tal vez alguien te lea y te escuche más que si dijeras mil estrofas cortas con versos que dan mil vueltas a un tema que nunca entiende ni quien lo cuenta. Sobre el papel la mayoría de cosas escritas son estupideces en realidad, que han sido pegadas a la fuerza con las horas vanas perdidas en la soledana autoridad. Tórridas hojas tostadas que solo pasan por las pieles de quienes más las sufren, en el momento en el que lo leemos, lo probamos, y cuando lo probamos lo sabemos: es amor disfrazado de texto.

Empedernido lector, que posiblemente busques tu nombre en el remite de cada sobre, te pido que leas cada poema sin esperanzas de encontrar algo que no lleves ya dentro. Cada poema es impulso que nos enfrenta a ponernos frente a un espejo, de ver lo que hay sobre el papel: verdades escupidas y mentiras esculpidas. Se lo pido porque posiblemente aquella persona que dijo que las letras eran palabras y las palabras eran letras nada más, tuviera razón. Tal vez las letras solo son palabras revueltas, y las palabras solo son letras en la sopa, y nosotros, con las cartas sobre la mesa, escribimos nuestros poemas, que hacen de una sopa de letras el cristal que nos refleja.

¿Se puede pegar el cristal? Where stories live. Discover now